Melody
Novio, novio, mi novio…
Es lo único que reproduce mi cerebro al ingresar nuevamente al juego, creo que mi concentración se quedó en el sitio donde me enteré que mi entrenadora y el chico que me salvó la vida en algún momento, son novios.
Claro que no es como si me interesara mucho porque él y yo no somos ni siquiera conocidos, sin embargo, el peso que llevo en el alma por haber cometido aquella equivocación, me acompañará por el resto de mi vida. Pero las mariposas no dejan de revolotear en mi panza desde que lo vi besando a Mack.
¡Melody no es tu asunto!
Me abofeteo mentalmente porque necesito centrarme en el juego y no en ese cabello rubio cortado en punta que debe ser una seda al tacto…
— ¡Basta Melody, no seas tonta! – me recrimino por la tontería que estoy pensando — además Derek es un papito ¡ay dios ahora estoy divagando en serio!
No puedo sentir cosas por Arsher, no lo conozco de naditas salvo que, me defendio ese dia, él… él me defendió. Mi cuerpo tiembla y siento un calor raro que me abrasa. Suspiro entrecortado.
Debo centrarme, debo centrarme. Ignorarlo, eso es lo que debo hacer, pero ya hoy estoy comprometida para salir con Mackenzie a buscar un vestido para lucirlo este sábado e ir a la misma fiesta que lamentablemente él irá.
¡Eso no es buena idea, no lo es ¡mierda!
Escucho miles de voces que gritan y yo me encuentro de pie en el rink, pero de ninguna manera estoy concentrada.
— Mel necesito que me pases el disco que está entre tus pies – siento El golpe en la hombrera derecha y giro para encontrarme con Jen que parece tener casi un infarto.
Miro hacia abajo y me percato de que ha comenzado el partido y yo ni siquiera me enteré golpeo el disco hacia el centro y este sale disparado con un golpe del palo de Jenefer directamente hacia la portería de las rivales haciendo una anotación.
— Lo siento mucho – me disculpo con ella y niega la cabeza señalándome con el índice.
— Sí lo que sea, pero presta atención al juego - es muy competitiva no le gusta perder y si lo hace por mí creo que voy a estar en problemas.
Mackenzie viene hacia mí, su palo se encuentra en alto pidiendo unos segundos de tiempo. Su expresión no es de disgusto más bien de preocupación.
— Cariño te encuentras bien ¿Sucede algo? - niego con la cabeza no tengo idea de lo que decirle —, si necesitas algo y no puede seguir jugando, si estás exhausta o desconcentrada podemos hacer un cambio – niego, hoy he descubierto que puedo hacer otras actividades y lo voy a aprovechar, me niego a permitirle a mi estúpida bipolaridad que me haga desistir de esto.
— ¡No! – hablo mas fuerte de lo debido y me enfurruño, debo calmarme un poco — no pasa nada estoy bien solo fue… un momento, prometo que estoy bien - ella sonríe con su amabilidad característica y yo le devuelvo el gesto.
— Está bien, pero tú nada más dime sí no te sientes del todo cómoda y lo arreglare de todas maneras, son tres tiempos – se dirige hacia su lugar en la portería y levanta el palo en señal de que se ha acabado el tiempo solicitado.
El partido se desarrolla de modo normal tal como el tiempo anterior, las chicas son todas muy buenas y de las nuevas solo he clasificado yo dada mi rapidez en la pista.
Nuestra portera no deja de sacar los discos del otro equipo, es tan buena que no se le escapa ninguno, yo particularmente presto atención a todas mientras me dirijo hacia el centro de la pista con el disco y de ese modo Jenefer pueda hacer el tiro e ingresarlo para que ganemos también el segundo tiempo al cual solo le restan tres minutos.
Suena el silbato y todas se segregan ubicándose en las esquinas para descansar los diez minutos correspondientes.
— ¡No puedes por nada del mundo distraerte enana! - Jen llega con cara de pocos amigos a retarme.
— ¡Lo sé! – le digo sinceramente. — Siento mucho haberme distraído – entrecierra los ojos y asiente señalándome a la cara con el dedo indice.
— Muy bien chiquillas este es el último tiempo como les digo cada que nos quedan estos últimos minutos de partido, todas somos una gran familia y por ningún motivo debemos olvidarlo - sus lindas palabras me hacen sonreír, mi vista se va al grupo de chicos donde se encuentra Derek y los demás.
Dejo de escuchar a Mack para concentrarme en lo atractivo que es y en lo bonito qué se refiere a mí. Sí bien escucho todo el tiempo de mis tías en mi familia que los hombres muy atractivos son un dolor de huesos, no puedo evitar sentirme atraída por él.
Comienza el último tiempo y todo va como la seda, Miriam lanza al disco desde el extremo izquierdo y es interceptado por una de las chicas del otro equipo, pero Jen es más rápida en quitárselo para anotar otro gol. Las gradas se alzan en una ovación al equipo de la universidad que va a la cabeza con cinco puntos.
Mackenzie retiene el disco y a lanzarlo lo intercepto para regresárselo ya que una de las jugadoras del otro equipo (bastante gruesa, por cierto) se lanzó sobre mí tirándome al piso y aplastándome en el trayecto. Siento que me sonaron todos los huesos y uno de mis brazos sufrió bastante, a Dios gracias soy tolerante al dolor, pero el impacto fue muy fuerte.
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Editado: 30.05.2025