Prólogo

—Sé que no vas a lastimarme, me amas y sé que me escuchas, —hablo con la voz rota. — necesito que vuelvas, has lastimado a tanta gente, todo lo que jurabas nunca ser, ella te está obligando a serlo. Ella tiene que entender que solo querían a su hija con ellos…—

Su voz sonaba lejos pero claramente podía notar ese tono de angustia y temor, no por él… ya no… si no por mi… siempre por mi…

—Ella esta consumida por el odio, los miedos, sus dudas… Tú no eres eso y jamás lo serás…— Sentía mi corazón encogerse más a cada suplica, —Por favor… Vuelve… Tú eres mi lazo… Y yo soy tu complemento…—

—Ella está muy lejos de poder salir, yo estoy aquí para completar mi plan. Puedes amarla todo lo que quieras y suplicar por su regreso pero debes entender que yo tome su lugar… Ella me lo debe y aunque lo sepa todo…Ella estará encerrada… ahora es mi turno…— Mi voz sonaba tan seca, distante y con repudio hacia el ser que estaba frente a mis ojos pero yo no controlaba las palabras, la crueldad…

Era ella quien las soltaba…Ella era quien lo lastimaba y en el proceso me estaba hiriendo a mí también…

—Veras como caes… Yo sé que es más fuerte que tú, solo eres veneno en su cuerpo… Ella es y siempre será más real que tú, por mucho que sean la misma figura, voz, rosto… Pero nunca sentimientos…— Siempre me recordaba eso, que mis sentimientos eran importantes y que yo quería de una manera única… ahora estaba muy lejos de esas palabras, como si la última vez que me lo hubiera dicho fuera hace 100 años y en realidad fue hace 2 días, antes de que todo se desatara.

—Es mi última advertencia, o te vas y me dejas concluir lo que llevo planeando o ella se va a la tumba conmigo… ¿decides tu o decido yo?