— ¿Tu? — pregunte con confusión. Reda estaba parado frente a mí con una cara de vergüenza. Por el tono de su piel no podía distinguir si se sentía así, pero sus ojos si mostraban el sentimiento.
— ¿Estas bien?, lo siento, no me fije y tenía que llegar a la escuela y corrí y tu...— lo interrumpí, no quería escuchar excusas, solo quería ponerme un poco de hielo en el brazo.
—Estoy bien— sonrió de lado y siguió su camino.
Vi a Ada con cara de ¿No piensas contarme?, a lo que me reí, tenía una expresión tan graciosa que hubiera sido bueno tomarle una foto... Le conté que Reda me golpeó el primer día y que después lo sentaron frente a mí.
— ¿Reda? No me suena… ¿en verdad está sentado frente a ti? No he notado que este ahí. — lo decía más para ella que para mí, pero tenía razón, casi nadie conocía a Reda no hablaba mucho y no participaba en clase, era una persona muy callada y tímida pero espero que cambie eso en algún momento, se ve ¿buena persona? No lo sé, no lo conozco lo suficiente pero puedo decir eso de él, tal vez le hable.
[...]
Otro largo día por delante... ¡Agh! Odio en estos momentos a la tonta persona que invento la escuela.
Pensándolo bien ¿quién habrá inventado la escuela?
¡Ahhh! ¡Cállate! ¿Qué estas diciendo? Pareces tonta Pareces tonta haciéndote ese tipo de preguntas
Llego al salón de clases y veo a Reda hablando con el chico de ojos miel, al parecer se hicieron amigos, cuando venga hablaré con él, a ver qué es lo que dice.
Dejó mis cosas y salgo al barandal, esperando a que Beth llegué, como dije tiene un serio problema con la puntualidad.
La veo correr a lo lejos, esta toda despeinada y tiene el suéter abierto y la mochila colgando de su codo. Llegó a ella riéndome y ella me mira molesta,
— ¡No te rías! Me quedé dormida y mamá no me levanto, tuve 5 minutos para arreglarme, ¿me veo tan mal? —pregunto muy angustiada.
Reí una vez y esa fue mi respuesta a su pregunta, me agarró de la mano y fue el momento de borrar mi sonrisa e intentar huir, sabía lo que venía, cuando Beth entra a un baño para arreglarse tarda más de quinientos años en salir y yo no quería perder ninguna clase.
Me solté de su agarré y corrí hacia el salón, cuando quise pasar a mi lugar mi suéter se atascó con el asiento de Reda, al parecer el universo conspira a favor de Beth para secuestrarme, jale de él suéter y sólo logre romperlo, mire el hoyo frustrada y lo jale, hasta que repentinamente una mano pequeña como la mía se interpuso en el camino.
Alce mis ojos y fruncí el ceño.
— ¿qué estás haciendo? Lo vas a romper más... —Reda tomó el hilo desprendido y lo jalo para romperlo y sacarme del problema.
—Listo— dijo y sonrió, ¿me acababa de ayudar? Sí, eso hizo. Pero ¿Por qué? Al notarme tan callada dijo —Un gracias estaría bueno ¿no?
— Ah sí, ¿gracias?... —deje la frase inconclusa y el simplemente se dio la vuelta pero recordé que quería hablar con él, así que grite — ¡Reda, espera vuelve! — Se volteo confundido pero regreso, —Quería hablar contigo, quiero… mmm… que ¿seamos amigos?—dije lo último en un susurro, sentía la vergüenza en mis mejillas, esperen un segundo...
¿Vergüenza? ¿Por qué sientes vergüenza al hablarle a Reda?
Creí que no me había escuchado pero al ver una sonrisa de lado y confundida me di cuenta que si escucho.
— ¿Quieres qué? — ¿A caso aparte de tonto es sordo?
¿Por algo regreso no?
No quería pasar la misma pena que cuando le grite, así que frustrada repetí lo anterior, — Quiero hablar contigo, quiero conocerte más, ¿Acaso hable en otro idioma que no entendiste? — estaba enojada porque no me gustaba sonrojarme y menos enfrente de las personas, me dio mucha vergüenza lo que dije y no tengo idea de porqué pero me molesto que tuviera que repetirlo.
—wow... — dijo solamente y se quedó pensando, ¿qué tanto pensaba? No era muy difícil decir sí o no o bueno para mí no lo era.
— ¿Sólo eso vas a decir? ¿Wow? — al decir eso regreso de su viaje astral y me miró dulcemente e hizo algo raro... Agarró su banca y puso su respaldo hacia la pared y se sentó, me miró unos segundo y dijo —Estoy listo, vamos a conocernos... — lo mire confundida, nunca creí que una persona tan cerrada pudiera estar dispuesta a acceder fácilmente a una persona con curiosidad...
Tal vez no tenga nada mejor que hacer… pero y ¿¡si es un psicópata!?
Vamos… No lleguemos a los extremos… no se ve como uno.
Me senté y puse mi mejor cara y empezamos con su vida, esto iba a ser muy interesante...
[...]
Las cuatro horas antes del receso hablamos de todo, Reda era una persona muy inteligente pero demasiado floja, se le daban bien las materias pero necesitaba presión para hacer cualquier actividad, todo el tiempo saca conclusiones bobas sobre el maestro, su materia o como impartía la clase y yo intentaba no reírme tan fuerte, ya que podrían sacarme y eso no era bueno para mí.
Reda estaba muy hablantín durante ese tiempo y me agradaba escucharlo hablar sobre lo que le gustaba, me contó que amaba el fútbol, tenía un equipo con algunos de sus primos y amigos de su barrio, yo solo jugué fútbol como 3 veces cuando era más chica pero mis padres decían que no era un deporte para chicas, que era muy peligroso, por lo que me metieron a vóleibol, Softbol y patinaje artístico, para ellos era deportes "Femeninos" a lo cual yo respondía que todos los deportes son "femeninos" pero a la fecha aún no lo entienden...
Al seguir hablando de sus equipos y jugadores favoritos un recuerdo vago llegó a mí...
• 7 años atrás •
— ¡Mami! ¡Mami!— Llegué corriendo a los brazos de mi mami y la abrace fuerte, estaba muy emocionada por lo que iba a decirle.
— ¿Qué pasa mi cielo? ¿Por qué tan feliz? —sonreí ante la pregunta, no podía aguantar más.