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Inserte código de inseguridad

Acabo de llegar a la escuela y para acabar ¡Tarde! Por culpa de mi hermana salimos tarde y me da pena entrar cuando todos están sentados y pueden observar...

Llegando a la puerta del salón me detengo porque hay alguien afuera, al parecer no fui la única que llego tarde hoy.

No reconozco a la persona de lejos, solo veo que es… el cabello de él… Si ÉL, porque es un chico, es rizado, tiene una buena cantidad de gel para que no se le mueva... Me acerco un poco y al parecer me siente porque se voltea cuando estoy a unos cinco pasos de él.

¡Él chico de los ojos indescifrables! Es él... Ahora que lo veo de cerca sus ojos son… ¿¡VERDES CON CAFÉ!?

Lo que es estar más ciega que un topo…

¡Hey! ¿Cómo querías que adivinara? No podría verlo a 18 metros de distancia…

Pero resaltan ese tono limón que tiene. Sus espesas pestañas adornaban sus preciosos ojos, se veían hermosos bajo ellas.

Me escaneo de pies a cabeza y terminó por regresar a mis ojos y se sonrojo, ¿por qué se sonrojo?

—Ehh... Hola, Alisson ¿cierto? —pregunto cómo asustado o eso reflejaba su voz, no sabía porque. —Pensé que nunca llegabas tarde, siempre te veo dentro y puntual, que raro es de ti. —dijo y está vez su voz era firme y calmada.

—Sí, bueno… soy Emma, dime Emma no me gusta que me digan por mi primer nombre, gracias. — respondí cortante por cómo dijo mi nombre de Pila, no me gustaba que me llamarán por él, sentía repulsión o algo así.

— ¿Con que no te gusta ehh? —preguntó con una sonrisa y eso me molesto más porque lo estaba haciendo con burla…

¿No había entendido mi indicación o qué?

—No, te agradecería que me dijeras Emma, ¿entendiste? —soné grosera pero no quería que nadie me dijera Alisson.

Bien padres, gracias por un nombre que no utilizo y me da miedo.

—Está bien, una pregunta, ¿se escribe con dos emes o una? — pregunto el muy listillo, ¿Enserio acaba de preguntar eso? Yo que sepa no existen Emma's con una M.

—Ehhh... Se escribe con d... —respondí pero fui interrumpida por la puerta del salón, salió una mujer al parecer enojada por encontrarnos afuera, tarde y encima hablando como si fuera un sábado en la playa.

—Ustedes dos, ¿qué hacen afuera? ¿No saben el horario de entrada? —dijo con el tono molesto que supuse, su cara mostraba arrugas por el gesto y si las miradas matarán, ya estaríamos plantando margaritas tres metros de bajo nuestro.

Él chico de ojos hermosos y rulos, no dijo nada, bajo la cabeza y espero un ¿regaño?, ¿porque no decía nada? 
Tomando un valor que no poseía en ese momento, avance un paso y le conteste con todo el respeto del mundo.

—Si maestra, claro que lo sabemos, solo que el coordinador nos entretuvo un poco en la entrada y no queríamos interrumpirle la clase, se veía concentrada, así que decidimos esperar a que terminará sus indicaciones a la clase, ¿no es así? — explique de manera que la maestra se convenciera y toque el brazo del chico, ya que no sabía su nombre, era la única manera de que él confirmara la pequeña mentirijilla que dije.

—S-sí, ella dice la verdad, disculpe usted si la distrajimos, no era la intención de ninguno causar molestia al estar afuera esperando. — confirmó mi compañero, empezando con un balbuceo y sorprendiéndome con la firmeza de su voz después.

La maestra nos analizó, buscando un indicio de mentira en nuestra cara, yo intentaba mostrar la seguridad que llevó a todos lados pero me resultó un poco difícil conseguir aparentarla ya que si le juntamos que llegue tarde, que me encontré con el blanco y que estoy a nada de que me manden a coordinación, ese tipo de cosas me pone de los nervios y no puedo disimular muy bien mis emociones.

Tranquila yo te ayudo, sabes que todo puedo hacerlo bien.

—Está bien, por esta vez les pasaré el retardo, a la próxima que suceda los mandare a coordinación con un reporte y los regresarán a sus casas, pasen y pregunten la actividad que deje. — solté un pequeño suspiro mientras pasaba a mi lugar, las mentiras me las creían pero gente como la maestra me aterraba que detectarán ese tipo de detalles que dejó cuando miento.

Me senté en mi lugar e instantáneamente Reda se volteo a verme.

—Em, buenas noches, ¿Qué te pasa? ¿Me ibas a abandonar? —me preguntó, aunque lo sentí más como un burla.

—Si Reda, eres tan molesto que pensaba abandonarte y dejarte con estas hienas que dicen ser nuestros compañeros. —dije sarcástica y él me miró con una cara rara, entre confundido y riéndose por la broma.

— ¡Hey! No digas eso, no puedes dejarme a mí, soy un amigo increíble, no podrías vivir sin mí... — dijo con una risa.

—Ja ja, si claro, un amigo muy molesto que no deja que respire. — me miró ofendido con el comentario, se empezó a reír pero su vista se enfocó en alguien más y regresó a mí con una sonrisa que me dio mala espina.

—Em, ya vi que conociste a Asher, ¡Ehhh! ­­­— me miro de una forma rara, no sé cómo describir su mirada pero sentí rara su mirada.

—Sí, es un buen chico aunque muy callado y muy chismoso, ¿Te puedes creer que me llamo por mi primer nombre?, ya me cae mal— mostré una cara de disgusto por recordar el momento en que me llamo Alisson.

— ¿tienes dos nombres? — Reda me observo con confusión y curiosidad, no quería que nadie me llamara Alisson, ese nombre enserio que no me gustaba… Tenía malos recuerdos por ello…

—Sí pero no me gusta nada ese nombre, así que no insistas, ni te lo voy a decir y ni te vas a enterar, ¿entendido? — le aclare de una buena vez a Reda porque por la carita que puso después de mi pequeño discurso, sabía que iba a preguntar cuál era.

— ¡AGHHHHH! ¿Qué te sucede? Yo quiero saber cuál es tu otro nombre, por fis, por fis, por fiiiiiisssss… — me rogo Reda.

Yo no quería compartir ese detalle de mi vida con alguien que no conocía bastante bien, empezaba a confiar de Reda pero no era lo suficiente para poder contarle algo tan mío y tan familiar para mí.




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