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NARRA AMBER BECKER

 Me encuentro en mi habitación con Jack, pues tanto Elian y la otra chica se habían perdido y sin nada que hacer en esta mansión, nos pusimos a platicar de nuestros felices días..... Cuando aún vivíamos en el mundo humano.

-¿No extrañas a los chicos?-Preguntó Jack.

Lo miré curiosa y divertida a la vez, ya sé por dónde va esa pregunta-¿Por chicos te refieres a?-Pregunté.

-Dereck, tu novio-Respondió.

-Para nada, conseguí lo que quería de él-Hice una pausa en mis palabras recordando aquel día en que él me entregó su virginidad-Fue mío, eso era lo único que quería de él, estrenarlo yo-Confesé sin vergüenza alguna.

Jack como era de esperarse me miro mal-¿Sabes que él te odia?-Su enojo es obvio. Pues Dereck era su cuñado, y  digo era.... Porque desde que esa chica se lo robó y lo trajo aquí, le dejó muy claro que él le pertenece.

-No me interesa que me odie, ya me lo folle-Dije despreocupada.

-Sus amigos y mi ex novio también te odian-Solto molesto.

-¡Me importa poco! A casi todos los estrené yo, menos a tu ex, ese chico no es de mi gusto-

Antes de que Jack pudiera darme uno de sus muchos regaños. Elian salvó mi vida haciéndose presente.

Éste chico con solo verlo me prende, es un gustito que me daré, lo haré mío.

-¿Que hace un hombre en tu habitación?-Preguntó el tatuado mirando de mala manera a Jack.

-Nada de lo que seguro estás pensando, el es mi mejor amiga-Respondí tranquilamente.

-Es mejor que se largue, fui muy claro al decir que ningun hombre podía estar contigo-Me recordó Elian.

Jack no esperó escuchar nada más, se marchó no sin antes desearme buena suerte, así de buen amigo es. Huye cuando mi vida esta en peligro.

-Amber, no me gusta que estés en tu habitación a solas con un hombre-Su seductora voz me impide el prestarle atención a lo que esta diciendo.

Corté la distancia con Elian hasta quedar muy cerca de su rostro-No tienes por qué preocuparte, es más seguro que a Jack le gustes tú, que yo-Acaricié su muy marcado cuerpo.

-No hagas eso-Quiso apartarse de mi, pero se lo impedí y devoré sus ricos labios.

Él siguió mi beso, pero tan solo segundos después, se separó de mi y solamente me abrazo.

-No se a que tipos de chicos estás acostumbrada, pero yo no solo quiero sexo o pasar la noche, te quiero para algo más-Dejó un beso en mi frente-Serás mi esposa y sólo el día de nuestra boda, tendremos intimidad, antes no-Dejó claro.

-No seas tan puritano, podemos tener sexo y hacerles creer a todos que sigo virgen-Solté con diversión.

-No te faltaré el respeto de esa forma, soy un brujo que tiene costumbres y las respetaré, te haré mía hasta el día que seas mi esposa-Repitió molesto.

-Ya verás brujo, te haré gemir mi nombre antes de que eso suceda, desde hoy inicia el juego-Besé sus labios mientras acariciaba su lindo trasero.

-¿Que juego?-Preguntó confundido.

-El de seducirte, te seduciré y haré mío, Elian-Respondí emocionada.

-Eso esta por verse-Dijo el brujo.

Lo que resto de la tarde la pase con Elian conociendo su clan, todos se refieren a mi con mucho respeto e incluso me ven hacen una reverencia.


 

Después de pasar la tarde con el brujo, me había pedido que cuando fueran las 7 pm fuera a su despacho, según por que quería explicarme ciertas cosas.

Toque la puerta esperando escuchar un "pase".

-¿Quien es?-Preguntó Paxton.

-La dueña de tus gemidos-Respondí divertida.

Dentro del despacho pude escuchar la risa ronca de Elian, rápidamente abrió la puerta y me hizo pasar. Él regresó a sentarse donde supongo  estaba.

-Por si nadie te lo ha dicho, dejame decirte que tienes un trasero hermoso-Dije seductoramente.

-Amber, es mejor que te sientes, creeme que no caeré en tu juego, llegaremos vírgenes hasta el matrimonio-Dijo con seriedad.

No pude evitar reir al escuhar eso, si bien recuerdo dejé de ser virgen a los 15 años. Pero el saber que él es virgen, aumentan mis ganas de querer hacerlo mío.

-¿Por qué te ríes?-Preguntó interesado.

-Nada, solo recordé algo-Me senté frente a Elian-¿Sabes donde están mis padres? No los he visto desde que llegamos-Traté de cambiar el tema de conversación.

Algo muy dentro de mi me dice que es mala idea el decirle a Elian que ya no soy virgen, así que omitiré ese detalle.

-Ya instalados en su nueva casa, después de dejarles claro que de aquí no te moverías, pues supongo que se dieron por vencidos-Respondió tranquilamente.

-¡No puedes decidir por mi!-Exclamé molesta.