Llegamos al parque en taxi, eran las cuatro de la tarde. Teníamos que hablar más sobre nosotros, principalmente sobre él y su historia con Catalina. Estábamos caminando por el parque hablando, yo me agarraba de su brazo y lo escuchaba. Talvez hablar de eso, le ayudaría a desahogarse.
—El día en que murió, yo llegué a dejarle sus flores favoritas, cuando abrió los ojos, me asusté pero me puse feliz y más porque me regaló una sonrisa, pero cerró los ojos con un suspiro y murió.
—Lamento mucho Alexander. No debí preguntar.
—No te disculpes por preguntar, ya era hora que lo supieras de todos modos.
— ¿Qué pasó con sus padres?
—Aveces me los encuentro de lejos. Su padre me odia, cuando me ve pasar, es como si no existiera
— ¿Y su madre?
—Solo me sonríe y sigue caminando. Después de la muerte de Catalina, se divorciaron.
—Qué fuerte. ¿No te gustaría enamorarte de otra persona y tenerla a tu lado?
—Enamorado ya estoy, pero aun no la hago mi novia.
« Talvez nos gustemos, pero algo me dice que eres como ciertos chicos que buscan otra cosa o son infieles » empieza mi subconsciente a ser negativa. Pero dudaba que Alexander sea así, pero si me daría miedo de lastimarlo, no soy infiel ni nada, pero cuando estoy enojada suelo ser un poco ofensiva o si llegara a pasarme algo y que se le repite la historia con Catalina.
—Tengo miedo de salir lastimada Alexander, no quiero nada serio. No quiero romper tu corazón si llegase a pasar algo.
Alexander toma mis mejillas y dice:
— ¿Quién dice que será una relación seria y aburrida? Nada va a cambiar, solo que... más amorosos por así decirlo, pero las locuras y todo eso, seguirá igual, no tengas miedo, no permitiremos que nada de eso pase.
Sonreí, besé su mejilla y le doy un abrazo.
—A mi lado, te cuidaré y te protegeré, ambos tendremos nuestro primer beso de amor. Pero soy capaz de esperarte hasta que aceptes que hay una oportunidad entre los dos.
Me gustó mucho lo que me dijo Alexander, lástima que en el mundo no existan hombres como él, el mundo es tan injusto de haber hombres interesados, alborotados, malos, ladrones, violadores, etc. Pero Alexander no, es muy diferente, pues de todas las mujeres del mundo, yo sería la suertuda de tenerlo a mi lado. Alexander es tan independiente, aventurero, inteligente, le gusta ayudar, divertido, siempre sabe que decir, siempre está sonriendo y es muy positivo, talentoso, etc. Son tantas cosas buenas, que en resumen podría decir que es perfecto.
—Alexander, sobre el concurso, quiero darte la mitad del dinero que me dieron por la compra de mi arte.
— ¿Por qué? Si eso es tuyo, vos te lo ganaste.
—No lo hubiera hecho sin tu ayuda, creo que es lo justo.
—Te volviste loca, no lo voy aceptar.
— ¿Qué tengo que hacer para que lo aceptes?
Alexander sonríe y se ponía de brazos cruzados mientras pensaba mirando el cielo. Se tomó unos minutos y dijo por fin:
—Hagamos una apuesta.
— ¿Qué clase de apuesta?
—Ambos nos gustamos ¿no?
—No te lo niego —evitando sonreír y sonrojar.
—Consiste, en que unos de los dos, tiene que besar al otro en el momento indicando.
—Mmmm —pensé, aun no sé a qué quiere referirse con eso pero añadí—: Continúa, se escucha interesante, aunque no entienda nada aun, pero continúa.
—Bueno, consiste en que si yo te beso primero, no acepto el cheque, pero si vos, llegas a besarme primero, aceptaré el cheque. El punto, es que en algo salimos ambos beneficiados.
— ¿Se puede saber en qué salimos los dos beneficiados?
—En resumen, tú me besas primero, acepto el cheque y me convierto en tu novio, si yo te beso de primero, no acepto el cheque y te conviertes en mi novia. Pero, sin que el otro se dé cuenta que será besado.
Es una apuesta o una propuesta muy interesante.
— ¿Apostamos? —extiende la mano.
—Apostamos —estrecho su mano.
Que empiece el juego entonces. Alexander tenía una sonrisa pícara y se fue a comprar unos conos de helados mientras yo esperaba en el quiosco del parque central. Cuando Alexander regresó, nos fuimos abrazados caminando alrededores del parque.
Regresé a mi casa en la noche, mi papá aún seguía en mi casa. Me comentó que quería que yo fuera con él y con mi mamá a San José y a Alajuela a conocer unos tíos y primos de él. Nunca los he conocido, pero si por Facebook. Mi mamá decía que eran unas lindas personas y que incluso que ellos solo me conocieron cuando era bebé. Estaba ansiosa, siempre he querido conocerlos. Tenía la semana libre de todos modos, falta mucho para la competencia de arte internacional.
Subí a mi habitación a empacar mis cosas, no sabía si llevar libros o no, lo más probable mis familiares que conoceré me querrán comprar cosas y lo más seguro que yo le pida libros. Mi mamá dice que a ellos también les gustaba el arte y la literatura, me imagino que tendrán una sala con una gran biblioteca. Mi teléfono empezó a sonar una canción de mi banda favorita, era Alexander que me estaba llamando, tome mi celular y contesté.