Conociéndote Cuando Menos Lo Esperaba

C A P I T U L O 19

A la mañana siguiente, estábamos almorzando al aire libre en el restaurante del hotel cerca de las piscinas. Yo estaba comiendo unas papas fritas con una ensalada a lado, jugo de naranja y otro vaso con gaseosa. El almuerzo estaba graciosa, ya que Alexander estaba de chistoso, quien sabe que zancudo lo habrá picado, porque desde la mañana ha estado muy imperativo, no ha dejado de hablar ni un solo segundo y daba ideas para realizar antes de irnos de Londres.

—Joisbell Francela.

Lo miro.

—Mira este truco.

Golpea el tenedor para que la uva saliera volando por los aires y atraparla con la boca.

—Soy un suertudo para lograrlo matemáticamente y con las reglas de la física.

Le aplaudo.

—Eres un tipo de matemático que no necesita usar la calculadora ni anotar las formulas cuando tienes el poder de tu mente.

—Esa exactamente la respuesta correcta.

Alexander mira la hora en su teléfono.

— ¡Falta un hora! Terminemos rápido para irnos —dijo muy emocionado.

Nos fuimos en taxi al aeropuerto de la ciudad de Londres para irnos a Ámsterdam. Mientras mi madre buscaba los boletos de avión, vi una librería por lo cual, entré a buscar que libros me llamaban la atención o encontraría los que siempre he querido leer, por suerte había libros en español. Encontré un libro de Shakespeare, para distraerme en el vuelo. El libro costaba cinco euros, estaba barato en mi punto de vista. Mi madre estaba esperándome y caminé a ella para entrar ya al avión.

Estaba empezando a leer el libro, mientras Alexander estaba a mi lado escuchando música mientras pasaba las fotografías de su cámara a su laptop.

— ¿Qué estás leyendo?

—Shakespeare —sin dejar de leer.

—Un gran poeta. Dime unos de los poemas que has leído.

—Este se llama "El tiempo es muy lento para..."

—De acuerdo, di el poema.

—"El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad"

—Que pureza, que hermoso, que realidad, es algo muy cierto.

—Eso estoy notando en la mayoría de los poemas. Cuando termine de leerlo te lo presto.

El viaje duraba solo cincuenta y cinco minutos, aterrizamos en el Aeropuerto Ámsterdam-Schiphol. Mientras caminaba con nuestras maletas, vimos un local llamado Flowers & Bulbs, me acerqué a oler las hermosas flores que vendían, cuando me había volteado para ya irme, Alexander estaba detrás de mí con unos girasoles para mí, ni si quiera me di cuenta en que momento las compró. Seguimos caminando para comprar comida en el McDonald's del aeropuerto mientras la señora Nora iba a buscar el transporte. Cuando estábamos afuera del aeropuerto, había unas letras que decían "I Ámsterdam", entonces Alexander y yo fuimos a tomarnos fotos en ese letrero.

Cuando llegó la Señora Nora con el auto alquilado, nos fuimos al Hotel Hilton Ámsterdam. En nuestro cuarto de hotel incluía dos cuartos con dos camas en cada cuarto. Tenía una vista espectacular al lago Noorder Amstelkanaal, hasta incluso las casas que estaban cerca del hotel, que curiosamente todas eran del mismo color. Lo único que no me gustaba del cuarto de hotel, es que la sala era toda azul, los diseños de las paredes, cortinas, sillones, comedor y hasta incluso la lámpara eran en azul.

Alexander y yo estábamos emocionados de ir a caminar por las calles en donde fueron grabadas algunas escenas de la película Bajo la Misma Estrella, ir al Museo de Anna Frank, entre otros lugares, yo solo iría donde Alexander me llevara ya que él era mi guía.

Fuimos por los canales de la Venecia del norte, pasamos por la zona del Herengracht, que es la más lujosa de la ciudad, había casas preciosas con una construcción suntuosa, el nombre de este barrio significa "Canal de los Señores", que es unos de los lugares en donde se gravó Bajo la Misma Estrella. En este barrio de la época pasada, era un barrio judío y a su vez, la zona más lujosa y elegante de la ciudad.

Pasamos por Keizersgracht, es el segundo canal más importante de la ciudad, vimos la atracción de la Casa de las Cabezas. En las paredes había seis cabezas de los Dioses Romanos, Apolo, Minerva, Ceres, Marte, Baco y Diana.

Luego llegamos a Prinsengracht, también es llamado como "Canal del príncipe". Apreciamos zonas más modestas y también acogedoras de la ciudad. Apreciamos el Museo de Ana Frank y la fachada de la Iglesia de Duif.

Es aquí mismo en donde nos detuvimos y fuimos hacer fila para entrar al museo de Ana Frank. En todo el paseo, disfrutamos muchísimos y tomando fotografías. Alexander me explicaba un poco de la historia, me hablaba sobre la primera y segunda guerra mundial, más que todo la segunda guerra mundial porque comentábamos sobre el libro del Diario de Ana Frank.

—Mira la estatua de Ana Frank.

—Pero ni si quiera se parece a ella.

— ¿Segura? A mí si se me parece.

Logramos entrar al museo, que lo primero que veríamos en el recorrido era la estantería, había un librero que era corrediza que era la entrada a la casa de atrás. Había unas escaleras y una puerta que dirigía al lavado, encontramos otra puerta, entonces entramos a conocer el cuarto de Ana y Fritz, había muchas fotografías en las paredes, estaba el escritorio de Ana y en la ventana estaba los binoculares para espiar a los vecinos. Había una puerta en la habitación y conocimos el pequeño cuarto de Otto, Edith y Margot.




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