Conquista A Un Millonario

CAPÍTULO 3

Cuando llegamos del almuerzo varios se me acercan a calebrarme por haber terminado de pagar mis créditos, incluso me preparan algo donde celebrar. Además todos están seguros de que lo pagué por mi cuenta y eso me hace sentir medio extraña porque quien lo va a pagar es mi jefe a cambio de que conquiste a su hijo. Además todos me dicen que tipo de auto me debo comprar y yo les aseguro que ya tengo un modelo visto aunque no tengo idea qué vehículo me pasará mi jefe.

Llegamos a nuestros puestos de trabajo y continuamos como si no acabara de decirle que sí a la propuesta de mi jefe, soy una idiota. Es eso de media tarde cuando llegan todos los Hamilton aún celebrando el cumpleaños de Ymir, que obviamente viene feliz por la sorpresa de su novia, quien se sorprende al saber que como secretarias todas estábamos al tanto de todo y tal parece que ahora Ximena ya no se lleva tan mal con Sabina. 

—Becca, mi jefe te necesita — dice Fancy antes de ir al ascensor cargando unos documentos.

Me levanto de mi puesto y voy a la oficina del jefe, quien me pasa unas llaves de un vehículo. Lo miro sorprendida recibiendo lo que me pasa.

—Ya sé lo que hiciste, bastante inteligente de tu parte — dice divertido.

—Es que no quería que todos me dijeran arribista — asiente con la cabeza.

—Es un Volkswagen T-Cross AT Comfortline, es de color Plata Reflejo, está a tu nombre.

—Alto ¿Cómo es que pudo tramitar todo eso tan rápido? — pregunto confundida.

—Digamos que ya tenía todo listo en el caso de que dijeras que sí, pero si decías que no, tampoco había problema — se encoge de hombros como si nada.

—Wow.

—Pues bueno, aquí está todo y tiene el tanque lleno — me pasa una carpeta — además ya está en el garage de tu apartamento, así puedes venir cuando te sientas lista y segura de presentar tu auto.

—Gracias, ya nos la ingeniaremos con las chicas, han sido de mucha ayuda.

—Les daré alguna bonificación por su ayuda — me sonríe y me deja ir a mi puesto nuevamente.

Apenas me siento llega una chica que sale del ascensor como si nada, viene con lentes de sol y tengo que tragar saliva para no reír por lo ridículo que es eso. Mira hacia todos lados y va hacia el pasillo Izquierdo, ruedo los ojos, ya sé a lo que me enfrento.

—Perdón, pero no te puedo dejar pasar así ¿Me dices quien eres y a qué vienes? Por favor — le llamo la atención.

—Claro linda, soy Tara Robertson, la esposa de Hades Hamilton — tiene acento de seguro es extranjera.

—Buenas tardes — saluda otra chica que acaba de llegar — Vengo a ver a Hades Hamilton, me dijo que venga a esta hora — dice la pelirroja.

—Maldito Hades Hamilton — musito en voz baja y parece que la “esposa” me escucha, porque suelta una risita.

—¿Con que novia de Hades? — pregunta la chica sonriendo.

—Sí — asegura ella — llevamos poco saliendo.

—Interesante. Pues no pensé que a días de habernos casado ya me estaría engañando — la pelirroja da media vuelta y se marcha avergonzada mientras pide perdón.

—Muchas gracias, realmente ya no sé cómo lidiar con todas las “novias” del señor Hades. Sígame que la llevo a su oficina, por lo general su asistente nunca me contesta por el interfono — me levanto y la llevo por el pasillo por el que ella se dirigía.

—¿Eres nueva? — me pregunta con curiosidad.

—Llevo quince meses aquí — digo con seguridad.

—Por eso no te conocí…Con Hades nos casamos para salvar ciertas cosas que él arruinó con mi hermano y pues ahora ya solo le vengo a presentar los papeles para que firme…Por suerte pude alejar a mi hermano de las malas influencias — suspira — ¿su secretaria? — pregunta al ver el lugar vacío.

—¿Qué crees tú? Las cambia cada dos meses — llamo a la puerta de la oficina.

—Dios…Maldito Hades Hamilton — dice ella y abre la puerta mientras vemos como ellos se ajustan la ropa.

—Mierda — musita el chico.

—Señorita, me hace el favor de acompañarme con el señor Hamilton — pido a la secretaria — Señor Hamilton, su esposa lo buscaba y la traje a ella, pues su novia igual lo buscaba pero traje a la que tenía un título más importante.

—Gracias, Señorita Green — dice entre dientes.

Le sonrío y salgo con su secretaría siguiendo mis pisadas, la llevo donde el jefe y Fancy me mira confundida, pero luego suspira y nos hace pasar. El señor Hamilton no se sorprende y me deja salir antes de quedarse con la chica que será despedida. Me regreso a mi puesto de trabajo, reviso mi celular y tengo un mensaje de mi hermana diciendo que en la guardería ya saben que yo retiraré a mi sobrino. Luego de unos minutos veo a la ex secretaria de Hades marcharse con todas sus cosas, me mira con odio y se va, no entiendo por qué todas me miran así, yo sólo cumplí con mi trabajo.

—Señorita Green, un gusto haberla conocido — dice la “esposa” — mañana llegarán los papeles oficiales para Hades, por suerte ahora estaré oficialmente soltera y podré casarme con mi novio.

—Felicitaciones por su divorcio.

—Gracias, lo único que pido es que llegue la mujer que lo haga bajar a la tierra y ojalá sea pronto. 

—Que le vaya bien — digo sonriente.

—Ya que delataste a mi secretaria, tendrás que suplir su puesto.

—Hasta que venga una nueva — le sonrío con ironía — por cierto, felicitaciones por tu divorcio.

—Mi papá no tiene que saber de eso.

—Tranquilo, tu secreto está a salvo — digo mientras continúo con mi trabajo.

—¿Mi novia? 

—Se fue cuando se enteró que tenías esposa, por suerte hoy no me llevé ningún golpe — digo soltando un suspiro de alivio.

—¿No quieres suplirla?

—Hay maneras mas discretas para pedir sexo — digo rodando los ojos y tambien ofendida — y la respuesta es no, no voy a tener sexo contigo.

—¿Por qué siempre me rechazas?

—Porque eres un cerdo que va con una mujer y otra, no me sorprendería saber que ya hasta trios u orgias hayas hecho — digo como si las palabras fueran lanzas.




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