Conquista en el Hielo

Capítulo 4: Paula

1 de enero de 2018

Son las 5 de la mañana y acabo de despertar. Después de muchas semanas puedo decir que levantarse a esta hora no es una pesadilla ni frustración. Al fin puedo salir a correr, a pesar de que es una mañana muy fría, me encanta respirar el aire de invierno. 

Mientras corro, me dedico a pensar en lo que soy, patinadora artística sobre hielo, me dedico a este deporte desde que tengo 8 años y no puedo contar la cantidad de veces que me caí para aprender, para mejorar y para perfeccionar. 

Hace dos meses y medio, tuve una lesión en el pie a raíz de una caída, no fue la culpa de mi compañero, simplemente fue una descoordinación por unos segundos y ya estaba en el suelo con una punzada. Siguiendo la secuencia lógica, el doctor me dijo que tenía que asistir a terapia, a la par de reposo absoluto y eso hice, me enfoque a fondo en mi recuperación y en ponerme a la par en las materias de mi escuela. El último año es muy estresante, pero considero que el drama social es mucho más interesante, no soy una participante activa, solo una fiel observadora de la telenovela que de desarrolla en vivo y en directo. Reconozco que no me gusta ser una persona socialmente activa.

 

Pude correr 3 kilometros sin problema y es un buen inicio de año. Mi lesión en el pie ya es cosa del pasado y con un mejor balance jamás pasará de nuevo. 

Después de una ducha, me decido, tengo el celular y hago “La llamada”, me contesta al tercer timbrazo.

- Hola Yulia, ¡Feliz año nuevo! ¿Cómo has estado? Tengo buenas noticias, estoy lista para volver, el doctor ya me dio pase libre.

- Paula, que bueno escuchar de ti, entonces me dices que el doctor ya te permitió volver a entrenar.

- Si.

- De acuerdo, lo llamaré preguntando sobre tu estado y asumo que quieres que me contacte con Dominic.

- De nuevo si.

- Esta bien, pero los dos tienen que solucionar sus dilemas, de lo contrario no llegarán ni a semifinales en junio.

- Si, lo tengo en mente.

- Yo me encargo de llamarlo para separar la pista y tu llámalo, sea lo que sea haz las paces con él y que sea HOY.

- Esta bien, nos avisas que día entrenamos.

Después del desayuno, doy rondas por mi cuarto, me muerdo las uñas por el nerviosismo y mirando el celular decido no marcar hasta la noche.

El día pasa sin sucesos relevantes. Mi celular me indicaba que ya eran las 8 de la noche y ya no lo podía retrasar más. No quiero que mi familia se meta u oiga la conversación que estoy a punto de tener así que salgo al patio y como guiada por los instintos comienzo a caminar y llamo a Dominic. El timbrado suena y suena, como si no tuviera fin.

- Hey, ¿como estas? - hay un silencio incómodo 

- Hola Paula.

- Feliz año nuevo, espero que hayas pasado una buena medianoche.

- Gracias, lo mismo para ti.

- Yo … te llame porque ya me dieron luz verde, termine rehab.

- Entonces…

- Quiero volver a entrenar y antes de eso, lo mejor sería vernos y conversar sobre todo. ¿No crees?

- Esa conversación es inevitable. Paso por ti el miércoles.

- Comamos algo ese dia.

- Esta bien.

 

Ese fue el fin de la conversación y además ya estaba nerviosa por los próximos cuatro días, hasta llegar al día miércoles. Sumida en mis pensamientos, solo quería más tiempo de soledad regresando a mi cuarto pero el destino me juega una mala pasada.

 

- Hey

- ¿Hola?

- Soy Dante, sobrino de Rita 

- Oh, la vecina Rita. Pues, soy Paula, bienvenido al vecindario - no me quedo de otra más que presentarme.

Hay un silencio incómodo

- Yo… estaré una temporada en la casa de mi tía, y me mencionaron que quizás me podrías mostrar los alrededores. Ellos están bastante ocupados y pues sere sincero, he caido de sorpresa entonces me gustaría ser un tanto más independiente aquí - aun no logro distinguir si hay un significado detrás de sus palabras.

- Ya veo … 

- Prometo ser una buena compañía. Por mi cuenta va la comida, el transporte y lo que implique el tour por la ciudad.

- Quizás mi hermana y yo podamos mostrarte varios lugares útiles uno de estos días, por ahora creo que debería entrar a mi casa - le digo un tanto incómoda.

- Si … entonces no te molesta si toco tu puerta un dia de estos.

- Eh … claro si, como ya sabrás es esta puerta. Así que buenas noches.

- Ok, gracias y buenas noches - Me da una sonrisa bastante fugaz.

 

Después de una de las conversaciones más raras del planeta para conocer a alguien camino un tanto rápido a mi casa y miro de reojo a través de la ventana. Suspiro con un gran alivio ya que si lo veo entrar a la casa de la señora Rita. Por un momento pensé que podría ser un rarito, stalker o peor aún, ser un secuestrador.




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