Conquista en el Hielo

Capítulo 14: Paula

16 de enero de 2018

No me encontraba con mucha motivación para tener el dia del deporte del vecindario. Pero toda mi familia, mamá, papá y Raquel si estaban entusiasmados, solo que este año no estaríamos agrupados por familias, por el contrario, habían cuatro capitanes seleccionados y cada uno podía ir reclutando a los vecinos. Eso es lo que me dijo Dante y me confirmó papá ayer por la noche.

 

No sabia que tan bien podía funcionar, pero ese sería el destino de mi único día libre. Siento que no era la época más adecuada este año, ya que es invierno, pero que se hiciera en el gimnasio local significa que no moriremos de frío.

 

Mi papá y Raquel escogieron el equipo azul, mamá el amarillo. Así que sería su enemiga. Ellos ya tenían sus camisetas, a veces si me daba la impresión que eran personas sacadas de una telenovela, nos veíamos bastante latinos y que habláramos español en casa a veces a los vecinos les resultaba raro, pero la ascendencia llama y es inevitable, tampoco nos negábamos a una buena reunión o fiesta. Fiesta muy bailable, era muy probable que mi mamá soborne a la persona a cargo de la música para tener buena música, con lista y todo.

Volviendo a la realidad, me di cuenta que al llegar tenía que reclamar mi camiseta y cambiarme.

Mientras estábamos en el auto, camino al gimnasio del distrito mi mamá me menciona que le emocionaba la idea de los posters y la campaña de Hervies, finjo emocionarme pero es cierto, sin patrocinadores, para una chica de clase media como yo sería aún más difícil. Agradezco que ella casi siempre haya podido estar ahí, trabajando y también yendo a mis concursos, siendo mi representante.

Ella estaba feliz y yo sabía lo que pensaba, para mi mamá, el accidente, el que rompiera con Dominic es parte de la vida, y como su hija que soy, debo ser fuerte como ella y seguir tomando el mejor camino. En parte sí tiene razón pero aun sigo trabajando en la parte de solo ser amigos, en el fondo quiero que ella tome en cuenta que eso nunca es fácil. 

Note que mi papá me miraba por el retrovisor, lo mire avisando que todo estaba bien y siguió mirando a la calle. 

Cuando llegamos al gimnasio, hay mucha gente mezclada por lo que no se donde ir a pedir una camiseta roja. Llamo a Dante, es lo que se me ocurre sería más rápido, cuando está timbrando veo a un chico saltando y alzando la mano como a 30 metros de donde estaba.

- ¡Hey!

- Hola - le respondo 

- ¡Atrápala! - me lanza una camiseta

- Espero haya acertado tu talla - la veo y asiento

- Iré a cambiarme, ¿Con qué competencia comenzamos?

- Según Ian, empezaremos con una mini carrera de postas, luego un partido de volleybal mixto, partido de basketball para hombres, carrera en sacos de papas, ponle la cola al burro para los niños. El itinerario lo están colgando cerca a las puertas - se rasca la parte de atrás de su nuca - como ayudante del organizador pido disculpas por el desastre.

- No te preocupes, asi es siempre, no puede ser de otra manera. Si sobrevives, el siguiente año será lo mismo.

Reímos por un momento y luego me fui a cambiar. Al regresar veo a Dante conversando con todos, como el chico mas sociable, creo que esta sacando ventaja de que es el chico nuevo y pues ya voy viendo que quizás era todo un casanova antes de mudarse. Me hace recordar a la impresión que generó Dominic el año pasado, la única vez que lo invitamos y terminamos teniendo una pelea por celos. Alzo los ojos mirando al techo, imagino que es el cielo y pido que me permita el señor de todo ya sacarlo del cerebro o del corazón.

 

Pasamos una tarde jugando, al final ganó el equipo de papá y Raquel, si los tenían a ellos, era obvio que tenían a dos de las almas más guerreras en todo Denver.

Por mi lado, conocí a un par de chicos de mi edad, vi sus caras en la escuela pero hoy al menos puedo llamarlos conocidos, George y Liz se veían buenas personas y mis futuros compañeros de graduación. En ese grupo también estaba Dante así que digamos que al final del día éramos el cuarteto del equipo rojo, no ganamos nada pero dimos batalla. Todo iba bien y los cuatro nos estábamos tomando un refresco, hasta que Liz me pregunta si puede tomarse una foto conmigo.

- Claro, sigamonos en Ig - le digo mientras suena el click de la foto del celular.

- Seguro, es genial que te hayas recuperado.

- Gracias.

- ¿Seguirás compitiendo? De hecho hay varias personas en la escuela que te desean ánimos pero no sabíamos como decirtelo.

- No lo sabía - me quedo sorprendida, ya que suelo ser una persona de bajo perfil y nadie en la escuela ve canales de deporte entonces estaba genial por mi.

- Dime cuando será tu próxima competición, me gustaría ir a dar ánimos.

- ¿En serio?

- Si, pues cuando te vi con las muletas. Parecía que querías tu espacio, es por eso que no me atreví a hablarte en la escuela.

- Ya veo.

- De todos modos, me alegra haber hablado contigo. Nos vemos mañana, si quieres, almuerza conmigo, te presentaré a más personas, prometo que no muerden - me dijo cuando vio lo que supongo eran mis cejas alzándose de una manera rara.

 

Los chicos se nos quedan mirando y es cuando Dante se une a la conversación.

- Entonces, en la escuela, ¿hay un grupo de fans para Paula?

- Algo así, solo soy yo admirando a la pareja dorada de Denver.

- ¿Pareja dorada? - dice Dante.

- Si, algunos vemos el canal de los deportes. Incluso hace dos años, cuando eran juniors lograron juntar donaciones de algunos locales para la escuela.




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