Conquista en el Hielo

Capítulo 16: Paula

18 de enero de 2018

 

- ¡Mamá acelera, vamos a llegar tarde!

- De todos modos ya estamos tarde. No puedo creer esa confusión por parte de Alicia.

- No hay que tomarle demasiada importancia -  le digo mientras mi pie empieza a sonar contra el piso del auto, como un traqueteo indicando mi impaciencia.

 

Apenas llegamos y corremos por el pasillo del gimnasio hacia la pista de patinaje de Magness. No es un buen calentamiento pero sirve para la ocasión de hoy. Solo quería que este día fuera lo más tranquilo posible.

Al llegar, quedo sorprendida porque veo como Dominic está patinando con otra chica. Su cara me resulta un poco conocida pero no recuerdo exactamente de donde. Al costado de los que parecen ser el director de cámara y ayudantes, estaba Alicia, la mamá de Dominic, observándonos con una cara seria. La llevaba conociendo lo suficiente para notar que estaba queriendo denotar enojo, pero parecía un poco fingido.

Mi mamá es la que habla primero.

- Lamentamos la tardanza Alicia, sin embargo no estamos en falta.

- Paula gusto en verte querida, a ti también Rebeca. Dominic ya me había dicho que tenías un cambio de imagen bastante peculiar. ¿Qué pasó? ¿Porque la tardanza? 

- Inconvenientes en escritura. El correo que me envió tu asistente con los detalles de la programación de hoy decía que la cita empezaba a las 9:30 - afirma mi mamá mostrándole su teléfono.

- Ya veo, no se preocupen, me encargaré de darle un memo a Leila, mi asistente. Como tenemos el tiempo limitado de los señores a cargo de filmografía y fotografía tuvimos que avanzar con unas tomas del patinaje en pareja. No te preocupes Paula, nadie notará que no eres tú - me dice mientras reposa su mano en mi hombro a modo de aliento. 

- Ya veo.

- Anda a prepararte para las fotografías - me dice mientras un chico que asumo era uno de los asistentes del encargado del comercial, traía un uniforme deportivo - En un momento todos nos moveremos hacia el gimnasio, ahí están montando un ambiente para las tomas, tu mamá y yo te seguiremos en breve.

 

Desde que Alicia posó su mano en mi hombro, yo lo sentí como la mano gélida de una enemiga de cuentos Grimm. Sabía muy de antemano que yo no le agradaba, solo me toleraba porque era una buena compañera de baile para el patinaje de Dominic; tampoco tomó muy bien cuando D y yo estábamos juntos.

Creía que con el tiempo, mi talento, mi buena voluntad y buena fé la harían ver que realmente soy una buena persona, pero supongo que ante sus ojos soy una persona con mucho ego, aprovechada de mi habilidad al patinar que busca sacar provecho de su único hijo. Supongo que ahora, con mi lesión en mi historial debe tener un plan b asegurado. Mi sexto sentido me decía que esa chica en la pista era una carta en el juego de Alicia.

 

Después de que una maquilladora pasara un poco de base sobre mi cara y me dijera que estaba lista, procedió a irse. Al verme al espejo lucía como si hubiera tenido alguna enfermedad y estuviera pálida. Si estaba en una sesión de fotos no tenía sentido que me maquillaran así, con esa acción sabía que habían instrucciones previas para que la maquilladora hiciera lo que hizo. Estaba segura de que era Alicia la que movía los hilos. 

 

Seguia mirandome al espejo, mire mi pelo rojo y lo imaginé prendiéndose como el fuego. Eso era yo en esos momentos, no me iba a dejar intimidar, ni mucho menos dejar vencer. 

Sentía que la guerra había empezado.

Gracias a las habilidades que pude aprender de mi hermana e internet y al hecho de que había traído en mi mochila un estuche de maquillaje, puse mis manos a la obra. Estaba mejorando ese estúpido maquillaje de enferma que decidieron se vería bien en mi en un tiempo récord. Me empezaba a sentir orgullosa de mi misma y no terminaban las buenas ideas. Busque a uno de los encargados de la pista y pregunté si había espacio para reservar, gracias a los dioses que así fue.

 

- No querida, esta libre hasta las 3:30 que vienen los universitarios del club de hockey. Hasta que pisen el hielo 3:45 - me dice con un guiño rápido el chico en cuyo chaleco estaba el pin de Magness y tenía escrito Timmy.

- Lo tomo, anótalo a la cuenta de “DP” - le digo con una sonrisa para que el trato no se esfume en el aire.

- Anotado - me dice el chico un poco sonrojado. 

 

Supongo que no esperaba que le sonriera de vuelta y de una manera un poco coqueta. Necesitaba jugar mis cartas para agradarle y que no me niegue la reservación de la pista. Era evidente que estaba tratando con uno de los nuevos empleados del lugar. 

Solo quedaba una última cosa, llame a una de las pocas personas que podría tener de apoyo en estos momentos desde uno de los teléfonos públicos del lugar ya que no tenía el mío en mano. 

 

- ¡Yulia! Que bueno que contestaste.

- ¿Qué pasa niña?

- Por favor dime que tienes tiempo libre ahora. Necesito que vengas a Magness, hay una sesión de fotos para promocionar un energizante, ya debe terminar dentro de poco pero tengo un presentimiento de que Alicia querrá que Dominic esté acompañandola todo el día y ambas sabemos cómo terminará eso.

- Suena grave y tienes suerte, no estoy haciendo nada, voy para allá. Yo los cubro.

- Gracias, te debo una grande Yulia.

 

Cuelgo y me dirijo hacia la sesión de fotos con la mejor actitud. Por la lesión y mi rehabilitación tuve un poco de tiempo libre y pude leer algunos libros, uno de ellos fue el Conde de Montecristo. Lo que pude aprender de ese libro fue que uno nunca tiene que mostrar nerviosismo ni debilidad ante sus enemigos. Tiene que dominar el juego y ya había tomado las medidas necesarias.




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