A medida que subía las escaleras notaba su ansiedad incrementabdose no dejaba de preguntarme si era correcto hacer la propuesta de falsa relación, por otro lado ya era tarde para arrepentirse la función debía continuar su curso.
— Ellos son mis padres Chris — presento sacandome de su telaraña de pensamientos —, y ese par de ahí son mis hermanos con sus respectivas esposas.
— ¡Gerard hijo me da gusto que vinieras! — mi madre en un vestido color olivo se acercaba a mi besando ambas mejillas —. ¿Me presentarás a la chica o debo preguntar?
— Amanda deja que nuestro hijo llegue, asustas a la chica —bromeaba mi padre , un hombre de altura considerable, cabello rubio donde algunas canas resaltaban sin hacer menos su porte elegante y apuesto.
— Antoine solo era una pregunta...
— Su nombre es Christina madre — la tomo de la mano —, es mi novia — sabe que es falso y yo también, aún así es inevitable sentirme extraño, se mis objetivos y este no es momento para divagar.
— Novia, eso debo verlo — interrumpe mi inoportuno hermano, somos similares físicamente de resto no, nos parecemos en nada —. Sebastián nuestro hermano ya tiene a alguien que soporte su mal humor.
— Gabriel no es momento para tus inoportunos comentarios.
— Olvidaba que al igual que Gerard eres otro amargado — comenta Gabriel con fingida inocencia.
— ¿Y dónde se conocieron? — ahora era la mujer junto a Sebastián quien preguntaba.
— Si cuñado cuéntanos. — secundó una pelirroja uniéndose a la conversación.
Sabía que traer a Christina a esta cena sería complicado y un tanto incómodo, mis padres y hermanos tenían esa manía de querer saberlo todo, mis hermanos eran dos figuras importantes en la política francesa ambos ya estaban casados, y mis padres eran dueños de uno de los viñedos más importantes de Francia.
Yo por otro lado tenía otras prioridades, hacerme de mi propia fortuna, crear un imperio incluso más de lo que mis progenitores lograron, una mujer solo me distraería de mis objetivos. Pero llegó Christina, ella era la pieza para callar a mis padres además ella también saldría beneficiada en ese acuerdo.
— Señores ya pueden pasar al comedor la cena esta lista —anunciaba el mayordomo.
— Gracias André moría de hambre — agregó papá para romper la tensión del ambiente.
La familia se dirigió al comedor exepto mi padre que aguardaba por mi, era notorio — Gerard hijo ¿Vienes?
— Si en un momento papá, no tardaremos.
El hombre se marchó dándome espacio.
Quería tomar un respiro aquella bienvenida era solo un aperitivo para lo que venía a continuación, las preguntas que me vendrían a continuación serían aún peores.
«Sabía que Gerard no estaba cómodo los músculos tensos de su cuello delataban el estado de ánimo» —Gerard aún estamos a tiempo de irnos —pensaba que estaba a tiempo podía llamar un taxi que le llevara a París —; no te ves convencido de esto...
— Ya es tarde Christina, no digas tonterías.
— Pues yo no me quedaré aquí aguantando tu mal humor, me largo — se dió la vuelta para salir de la mansión, no iba a permitir que se marchase ya era muy tarde para eso.
Detengo su huida la sujeto del brazo impidiendo así que ella llegue a la salida.
Sus pies giran con brusquedad, azul y pardo manteníamos un enfrentamiento donde ninguno quería darse por vencido.
— Señor su padre pregunta por usted esperan solamente por ustedes para cenar...
— Ya vamos André —suelto el brazo d la escurridiza latina—, vamos Christina — ordeno y ella rueda sus ojos.
Ofrezco la mano molesta me ignora el gesto de caballerosidad, ella pasa de mi siguiendo al mayordomo, cabreado no me queda más que seguir a la pequeña y temperamental mujercita.
— ¿Dónde estaban? —pregunta mi madre al verme junto a mi acompañante a tomar asiento en la mesa.
—Amanda quizás Gerard y su novia solo querían un minuto a solas mujer — mi padre adoraba a mi madre pero estaba consciente de lo absorbente que podía llegar a ser mi madre.
— Solo preguntaba cielo — responde ella, ignorando a papá, noto que centra su atención en mi y Christina —, y bien Chris hablame de ti querida, Gerard no, nos había hablado de ti.
Christina me mira, no sabía exactamente que decirle a mi madre de nuestra falsa relación —¿Qué desea saber Amanda? — averigua.
— Bueno, tu acento por ejemplo es peculiar se nota que no eres de París, pero no logro identificar de dónde es.
— Bueno señora yo no soy Francesa.
— Interesante —agrega papá uniéndose a la conversación—. ¿Y de dónde eres Christina? tampoco logro deducir de dónde eres.
— Soy latina — responde Christina con normalidad, tomando un bocado de comida la cual una muchacha acababa de poner en la mesa para ella.
— Interesante, no tienes rasgos de Latinoamérica.
Christina reía ante el comentario de mi madre, ganándose la atención de todos en la mesa, si bien el comentario estaba fuera de lugar lo tomaría con humor, yo solo esperaba ella no hablara demás.
— Bueno soy de descendencia italiana, pero venezolana de nacimiento y corazón, es un error créer que todos los latinos son de tes oscura y ojos cafés, en mi país y en muchos otros países latinos hay una gran diversidad de personas.
— Entiendo — intervino papá para amainar la tensión de la mesa —. Gerard ¿Cómo se conocieron tú y está encantadora chica?, hace un momento te preguntamos tus hermanos y yo y no, nos contaste hijo.
— Yo le cuento —se adelantó Christina a responder quitandome la palabra —, su hijo iba ocasionalmente a él café donde trabajaba antes quería aprender español y así comenzó nuestra historia de amor, ¿no es así cariño? — preguntaba Chris regalandome una sonrisa yo solo quería callarla para que no siquiera.
Procesaba lo dicho por Christina eso no estaba en el plan yo ya tenía nuestra "historia de amor" planeada, ya era tarde no le quedó más que asentir ante la improvisada versión de Christina acerca de como se conocieron él y su "novia".