Abro mis ojos con parcinomia la noche anterior apenas y dormí pues mi "novia" no paró de dar vueltas en la cama «lo que le falta en estatura, le sobra en energía», pienso soltando un bostezo. Me incorporo al mirar el otro lado de la cama, estaban las sábanas en total desorden.
— Christina — busco a la chica mirando de un lado a otro al no tener respuesta —. Christina. ¿estás en el baño?
Al no obtener señales de la chica me levanto dirigiéndome al baño, toco un par de veces la puerta abro y el lugar esta vacío, me meto a lavarme los dientes y cara para acto seguido buscar a mi falsa novia fugitiva.
Salgo de la alcoba cuando iba por la mitad de las escaleras un ruido llamó mucho mi atención, grande fue mi sorpresa al ver a Christina aún usando mi camiseta como pijama sujetando a mi padre y este también tenía a la muchacha tomada de la cintura, mis ojos se abrieron al máximo en cuanto la mujer hizo girar a mi padre la larga camiseta se levantó mostrando más las piernas de Christina.
— Muy bien señor Antoine ya está logrando soltarse un poco — felicitaba Christina a papá —, luego de las lecciones de salsa sigue la bachata me escucha —decia la latina moviendo las caderas al provocativo ritmo de la canción.
— Es que tengo una buena instructora — responde papá muy animado con sus lecciones.
— Oui monsieur Antoine — reía guiñando un ojo a mi padre —, ahora cante conmigo está canción. ¡Regálame una noche que no termine nunca
Donde el cansancio sea solo el vencedor
Saciándonos de ganas de pasión y locuras
Cubriéndonos la piel solo con el amor...!
— ¿Qué haces Christina? — pregunto colapsado a punto de querer ahorcar a la pequeña atrevida, pues las fachas de la mujer aferrada a mi progenitor dejan pocos cuestionamientos.
Christina ladea el rostro encontrándose con el abismal y profundo e iracundo enojo con el que la miro, sabía que le reclamaría por algo así para ella esto no tenía nada de malo, pero para mí si, eso era un escándalo de proporciones mayores, me preguntaba si esto era algo de todas las latinas ¿O solo a mi me tocó la loca?
— Nada amorcito —responde la atrevida latina con fingida inocencia «la mato» —, mi suegro preguntaba si es cierto que los latinos tenemos ritmo y yo le doy una muestra y que mejor que la salsa latina; mira una lección y ya el señor Antoine baila con soltura...
— Chris, vamos un momento a mi habitación cariño — pido entre dientes casi ahogandome con mi saliva —, ahora — finalizo haciendo salir un poco mi molestia.
La veo soltar un bufido mientras murmura un casi imperceptible “aguaguestas” mientras se despide de mi padre —, luego seguimos la lección si — musita ella en francés para subir de una vez a mi habitación, luce una mirada retadora, ella sabe que la he escuchado, su intención es cabrearme y odio admitir que lo está logrando.
Era difícil seguirme el paso, sus piernas cortas no le ayudaban, al subir las escaleras iba de dos en dos escalones, lo sabía era esa una pequeña venganza por no seguir el plan la noche anterior, llegamos a mi habitación ella toma asiento en la cama mientras mira molesta molesto. Christina ideaba un plan para salirse con la suya, pero nada funcionaria para amainar mi humor.
— ¡¿Qué pretendes mujer?! — espeto exaltado alzando mis manos perdiendo la paciencia .
— Gerard cálmate o te dará un infarto — decia ella con simpleza esto para mí era peor —, si te da el telele aquí, dime ¿Qué le diré a tus padres? En especial a tu madre puedo ver que no le agrado ni un poco — suelta una risita pícara que hace brotar un tic en mi ojo por su actitud despreocúpada y su español extraño.
Mi ceño se frunce ante la tranquilidad inmutable de esa mujer, claro estaba así por no saber nada, me estaba arrepintiendo del trato pero ya no había marcha atrás mis padres ya creían que Christina era mi novia.
— Mujer ten un poco de pudor con mi padre. Christina por favor estabas medio desnuda.
— Celoso cariño —dijo la latina cruzando su pierna de manera seductora, ella claramente disfruta esto puedo notarlo —, tranquilo no me gustan mayores, cálmate Gerard te va a dar un patatus si sigues de histérico.
Normalmente era un hombre con control de mis emociones racional, pero esa pequeña mujer de conducta altiva me sacaba de mis casillas con una facilidad increíble.
— Si vas a hablarme en español, al menos usa un español que yo entienda, ¿qué es telele y patatus? Con Camile nunca aprendí ese tipo de palabras — repito sabiendo que esto le quitará esa sonrisa de la cara.
Al escuchar eso la sonrisa de Christina se borra de sus labios como era de esperarse, se levanta de la cama como un resorte caminando lo más rápido que pudo al lugar donde la noche anterior había dejado sus pertenencias — pues entonces lárgate con Camile y que ella te enseñe más español idiota — soltó Christina molesta yendose al baño para cambiarse.
Le miro con mis ojos entreabiertos esa mujer era tan complicada, de algo sin importancia hacia un escándalo sin sentido esa actitud se me hacía infantil, sabía que se cabrearia pero no sabía que tanto, y por demás está decir que muy molesta.
•••
Luego de insistir por más de una hora logro sacarme de la habitación e ir por algo de ropa para mí debía estar presentable para esa tonta cena, el camino había sido algo incómodo cada vez que cruzaba mirada me topaba con la altiva chica, ella ladeaba la cabeza evitando otra confrontación conmigo.
— No tenías que hacer esto — musita Christina con la vista en la ventana, evitando verme erms tan infantil a veces que me hace gracia y da algo de ternura —, podía lavar mi ropa y estar en la habitación...
— No digas tonterías hace calor, además hoy vendran unos familiares a casa, mi novia tiene que estar presentable para la ocasión.
— ¿Aunque sea todo mentira? — cuestiona mirandome con sarcasmo.
— Si Christina aunque todo sea una mentira —respondo apagando el auto —, pero a ti esto no debería tomarte por sorpresa tu aceptaste.