Conquistando Al Francés

¿Y SI LA LUNA FUERA DE CHAMPAGNE?

Luego de salir del tocador e ingerir algunas copas Christina ya no tenía la misma tensión de antes; al llegar a la terraza del nuevo restaurante se encontró con una hermosa vista de la orilla del mar y la luna, ella era la protagonista principal esa noche de elegancia y lujo, nunca imaginó estar en un lugar así. Para Gerard este ambiente era usual pero a ella le abrumaba un poco todo aquello.

— Bonsoir à tous.

Miraba al recién llegado por encima del hombro — buenas noches — dijo ella dándose la vuelta para no dar la espalda recién llegado.

— Tú ser una chica muy inteligente, tu español es fluido, dime Christina ¿Qué estás haciendo aquí sola? Tú cómo novia deberías acompañar a Gerard en su noche, para él eres importante, eres su pareja.

Otro que halagaba su español, en otro momento se hubiera emocionado de conocer un sujeto así, el hombre estaba guapo eso que ni que, pero ahora todo era diferente — John muchas gracias y si tienes razón, debería estar con Gerard, pero sabes algo está es su noche no mia...

— En eso difiero linda — contradijo John tomando dos copas de la charola de un mesero le ofreció una a la mujer de vestido azul, ella la tomó con duda, aún así aceptó —. Las mujeres son parte de los éxitos de un hombre Gerard es frío pero veo que te quiere mucho, ese beso que ví la vez que te conocí al menos es lo que veo yo en ustedes ¿No crees?

— Si, supongo — dió un trago a su copa no tenía nada que decir solo tenía que seguir el juego no podía decirle a John que todo lo que había visto era una mentira, la ilusión que Gerard quería mostrar —, es usted una persona muy observadora señor Stone — lo mejor era no llevar la contraria y decir que ella y Gerard eran la pareja perfecta.

— La noche es hermosa y en este lugar aún más — se acercó a la orilla de la terraza apoyando sus codos en esta —. La luna esta también acordé a la ocasión ¿No crees que es preciosa?

Asintió de acuerdo alzando el rostro para ver al dueña de los elogios del rubio de ojos de bosque — parece una perla con un brillo ligeramente dorado, como las burbujas del champagne — dijo Chris alzando la en su mano.

— ¿Luna de champagne? — repitió John con una ceja levantada —, tienes buenas ideas Chris y si, la luna parece una enorme burbuja perlada de champagne.

Ambos comenzaron a reír con una ruidosa carcajada, aquel hombre era muy diferente a Gerard a John no le incomoda en absoluto mostrar sus emociones abiertamente.

— Ahí estabas llevo mucho buscándote Christina — Gerard había estado recorriendo el lugar en busca de la escurridiza castaña.

Miró de soslayo a John, luego se dió la vuelta para ir con el serio francés, le sorprendió saber que él la estuviera buscando — pues aquí estoy cariño — dijo ella haciendo una falsa sonrisa —. ¿Para que me buscabas?

Vió a John tras Christina, lo mejor era seguir la misma tónica melosa de la latina — te extrañaba cielo, además quería que conocieras a unos conocidos, les hablé de ti y quieren conocerte.

— Entiendo — dejó la copa vacía en manos del confundido rubio.

— ¿Cuántas de estás llevas Chris? — inquirió Gerard refiriéndose a la copa en su mano.

La respuesta llegó en forma de beso, la castaña besó los labios del francés tomándole de las mejillas, él intentó hacerse atrás aunque Christina fué más astuta, la latina aferró su agarre enredando sus brazos alrededor de Gerard. El rubio miró extrañado como de la nada aquel beso terminó.

— Ahora si vamos a conocer a tus amigos — Christina comenzó a andar dejando unos pasos atrás a un atónito y notoriamente confundido Gerard —. Hola Paulette ¿Buscas a mi novio? Vamos dijo que me presentaría a unos amigos, seguramente los conoces ¿Vienes con nosotros? — su relación era una mentira pero esa mujer no iba a mirarla como a una cucaracha, en cuanto la vió llegar a la terraza besó a Gerard, sabía que mañana ese beso le tenía que dar una explicación pero ahora mismo no le importaba quizás las copas ya habían hecho efecto.

•••

— Tenias que tomar como si no hubiera un mañana — reprochaba Gerard abriendo la puerta de la habitación, estaba húmeda su vestido estaba hecho un desastre lleno de arena y ella toda despeinada y temblando acurrucándose en su pecho, aunque él no estaba mejor que ella por culpa de ese duendecillo problemático ahora estaba mojado y lleno también de arena —. ¿Por qué te metiste así en el mar? — arguyó adentrándose al baño no podía dejar así a Christina.

— Tengo frío — se quejó Christina con sus dientes castañando por la baja temperatura.

— Pues te aguantas mujer no te puedes ir así a la cama — puso a la baja castaña con su rostro a la pared para poder bajar el cierre del ahora estropeado vestido «eres peor que una niña» —, no debí dejarte tomar tanto Christina — se había desecho del vestido no fue una tarea fácil al estar mojado la tela se pegaba a la piel de la latina delirante.

——(✿♡✿)——

Había sido una primera noche para la inauguración del restaurante, agradeció que todo había salido según lo planeado, su siguiente paso era llevar la sucursal de Saint-Tropez al más alto nivel culinario y luego conseguí el apoyo de Stone para su siguiente paso para seguirse extendiendo.

Una mancha azul llamó su atención se acercó más a la baranda de la terraza — esta mujer está loca — rapidamente saltó la barda yendo tras Christina, ¿la mujer había perdido el juicio acaso? Pensó Gerard mientras veía a la problemática Christina meterse al mar a esas horas las temperaturas eran demasiado bajas —. ¡¿Qué diablos?! — se sacó los zapatos, chaqueta quedando solo en pantalones se metió a las frías aguas.

No le tomó mucho atrapar a la duendecillo que tenía su vida de cabeza, definitivamente Christina era una loca — ¡Ven aquí! — prorrumpió Gerard exasperado por la actitud inmadura de Christina.

— No eres divertido en mi país esto es de lo más normal, no sabes lo chevere que es meterse en la playita de noche...




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