Contigo, hasta la luna

EMILY

Desperté en mi habitación con el sonido de una alarma y salté de inmediato al percatarme que llegaba tarde a clase, aunque no es que eso resulte muy inusual. Mi madre gritaba como casi cada mañana mientras yo bajaba las escaleras lo más rápido posible, intentando peinar mi cabello en una coleta rápida. A pesar de que la escuela quedaba a solo 5 minutos, siempre parecía llegar tarde.

 

Al llegar hasta la planta baja tomé mi mochila y le di un beso en la mejilla a mi mamá antes de salir y ver el coche de Gregory listo para llevarme.

 

Levantó la vista y dijo pacientemente –Lista cariño?.– forcé una sonrisa y unos lindos hoyuelos se volvieron visibles en la cara de Greg.

–Como nunca.– abrió la puerta y por fin entré al carro.

 

–Cómo dormiste?.– preguntó mirándome por un segundo y sus ojos verdes se posaron en los míos.

 

–De maravilla, y tú?.– contesté aunque en mi voz se podía notar aún el sueño

 

–Pues no de maravilla, pero apuesto a que mejor que tú.– dijo riendo y volviendo su vista al frente.

 

–Veo que estás de muy buen humor eh, no sueles bromear tanto los lunes en la mañana.– debatí fingiendo enojo

 

–Y tú no sueles dejar que te lleve a mis partidos, pero podemos cambiar un poco, no?.– bromeó

 

–Greg, sabes que me encanta que te diviertas y eso, pero estar con toda esa gente simplemente no es....–

 

–Tu estilo, lo sé.– completó sin más

 

–Exacto, pero podemos ir al cine si te parece?.– propuse intentando sonreír y él giró su cabeza un segundo para mirarme.

 

–Vale, como digas, eres demasiado terca, lo sabías?.– gruñó y yo sonreí con más ganas

 

–Y tú demasiado sociable, wakala.– murmuré antes de que empezáramos a reír como tontos

 

Al llegar al colegio se abrieron las grandes puertas cafés y Greg decidió estacionar cerca de los chicos del equipo, claro que era normal, ¿por qué razón no se estacionaría el capitán del equipo de lacrosse con el resto de sus compañeros? Bueno, lo crean o no esa razón era normalmente yo; y sé que suena a cliché, pero nunca busqué popularidad en él, de hecho suelo alejarme de sus amigos y de la insoportable bola de porristas sonrientes que los siguen a todas partes, simplemente se me hace algo ridículo que se lleven el crédito por el esfuerzo de ellos. Pero bueno dejando eso fuera, no es muy normal que el chico popular esté con la chica más antisocial de la escuela, ¿cierto? A menos que, como en mi caso, se conozcan de toda la vida y sus padres los quieren juntos, claro.

 

Ahora que ya empezamos las explicaciones básicas, creo que es momento de mencionar mi aspecto, no soy alta, pero tampoco baja de estatura; mi cabello es oscuro y mis ojos son verdes, igual que los de Greg, aunque resaltan más con su cabello rubio que con el mío. No soy totalmente antisocial, pero tampoco busco la atención de nadie, simplemente me conocen por mi novio y ya, ¿me molesta eso? Por supuesto, pero no hay mucho que pueda hacer.

 

Todas las mañanas Greg pasa por mí a mi casa y al llegar cada quien se va por su lado, él con sus amigos y yo con los míos, Oliver y Melissa. Ellos son mis mejores amigos desde que íbamos en el jardín de niños y vamos juntos a casi cualquier parte. Mis mejores historias y los peores secretos que tengo son cosas que ellos conocen y no pienso compartir con nadie más, ni siquiera Gregory.

 

Me tomo muy en serio mis estudios, y puede que sea un poco perfeccionista, pero eso no es un problema. Aunque si tengo un defecto notorio podemos decir que es mi carácter, no porque sea gruñona, o al menos no así, simplemente no puedo controlar lo que contestaré en ciertas situaciones, pero es obvio que nunca soy quien empieza esas cosas, yo solo las termino.




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