Contigo, hasta la luna

EMILY

Un día más, una semana más, ¿qué más da? Si lo único que estaba esperando era que llegara el sábado.

 

Aunque lo que sucedió ese día no fue para nada lo que esperaba que sucediera, de hecho no fue para nada lo que imaginé. Alexander me invitó al parque de diversiones, tonto, ¿cierto? después de llamarme inmadura, decidió que lo mejor sería invitarme a una montaña rusa. Me vestí bastante simple, con shorts y un top blanco que Melissa me había comprado hace unos meses, pero que jamás había llegado a usar, y en caso de que me diera frío, decidí usar la chaqueta que Alex me prestó, ya que contrastaba perfecto con la blusa y sonreí al verme en el espejo, por último decidí recoger mi pelo en una media coleta y ponerme mis sencillos tenis blancos.

 

–Madre, voy a salir.– anuncié cuando leí el mensaje de Alex que avisaba que llegaría en 5 minutos más.– tengo una...em...cita.– me sonrojé solo de pensarlo y luego bajé las escaleras para encontrar a mis padres en la sala.

 

–¿Una cita? Vaya, genial, esta semana no he visto a Greg, será bueno saludarlo.– comentó mi madre, pero yo solo bajé la cabeza.

 

–Hablando de eso...no es Gregory– la sonrisa en la cara de mi madre desapareció.

 

–¿Tendrás una cita sin Greg?¿De qué hablas?– sonaba preocupada, pero no entiendo bien el porqué.

 

–Él y yo terminamos, de hecho, yo terminé con él.– declaré y mi padre por fin hizo acto de presencia en la conversación.

 

–Ya era hora de que lo hicieras, hace tiempo que te veía aburrida.– comentó riendo y me guiñó el ojo, a lo que sonreí.

 

–¿Tiempo de que lo hiciera?¿Hablas en serio Xavier?– dijo mi mamá sorprendida.

 

–Deja a la niña tomar decisiones, además, en caso de que su cita vaya mal, recuerda que invité a los Wright a cenar el domingo y Niall me contó que su nuevo hijastro tiene la edad de Emily.– mi madre por fin sonrió de nuevo y yo giré los ojos.

 

–Oh por favor, no saldré con el hijastro de Niall, además no creo que esto pueda ir mal, al menos no luego de que Gregory Stone me engañara en mi propia cara.– solté y luego cubrí mi boca.

 

–¿Gregory hizo qué?– preguntó mi madre asombrada.

 

–Si, bueno, eso no importa ya, hoy saldré con un amigo y la pasaré increíble.– justo cuando mi madre pensaba decir algo más, escuché el timbre de la casa.– Y creo que justo llegó, así que debo irme.– Salí de la habitación y me dirigí a la puerta.

 

En la entrada estaba Gregory con una flores en las manos y media sonrisa en la cara.

 

–¿Podemos hablar?– dijo casi susurrando– lo siento Emm en serio.–

 

–A la mierda tus disculpas Gregory, te he dicho que no me busques.– contesté y pude ver el coche de Alexander frente a mi casa.– tengo algo importante, hasta a un lado.– él volteó a donde yo miraba y luego hizo una mueca al ver al dueño del coche.

 

–¿Es en serio Emm? ¿Buscas reemplazo en él?–

 

–¿Reemplazo? No soy como tú, Gregrory, además puedo cuidarme sola, así que hasta a un lado y déjame ir ya.– avancé en dirección a Alexander y Gregory tomó mi mano.

 

–Emm, por favor.– rogó

 

–No vuelvas a llamarme, no vuelvas a buscarme y no vuelvas a decirme Emm, Gregory.– me solté de su agarre y llegué al coche de Alex que notó la tensión en cuanto salió de su carro para saludarme.

 

–¿Todo bien nena?– sonreí en respuesta y asentí.– perfecto entonces, hasta luego, Jeff ¿cierto?.– añadió al final sabiendo perfectamente lo mucho que le molestaba a Gregory y yo reí mentalmente

 

–Es Gregory, no Jeff.– respondió en un tono serio y tomé la mano de Alexander.

 

–Oh vamos Gregory, dale un respiro al chico, acaba de llegar.– Alex sonrió y me despeinó con la mano que tenía suelta.

 

–¿Por qué te arreglas gremlin? sabes que puedo arruinar tu maquillaje perfecto, fácilmente.– guiñó y yo me sonrojé, pero luego volteé y noté como Gregory cerraba los puños con fuerza a los costados.

 

–Eres un idiota.– fue lo único que pudo decir y Alex le dijo que no con un dedo.

 

–Disculpa Ken, pero la única persona con permiso de llamarme así es ella.– uso el mismo dedo para señalarme y sonreí

 

–En ese caso, eres un idiota Alexander.– dije desafiándolo y él soltó una carcajada.

 

–Si nos disculpas, tengo un lugar especial para mostrarle a esta señorita, y no pienso llegar tarde, hasta pronto Jeff.– dijo al fin abriendo la puerta de mi lado y ayudándome a entrar.

 

Vi a Gregory irse furioso y me volví a Alex en cuanto entró al coche.

 

–En serio que eres increíble.– dije en tono sarcástico, él sonrió.

 

–Eso ya lo sabía princesa.– giré los ojos y empezó a conducir.




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