Contigo, hasta la luna

EMILY

Entré a la casa y puse la mejor sonrisa que pude al ver a mis padres.

 

–¿Cómo te fue Emm?– fue lo primero que dijo mi padre al escuchar la puerta cerrarse.

 

–Mejor de lo que esperaba, supongo– encogí los hombros y me acerqué al comedor donde mi madre cenaba y la saludé.

 

–No es lo mismo que ir con Greg, ¿cierto?– dijo y la furia que estaba contendiendo empezó a volver.

 

–No importa eso, realmente lo último que necesito es a otro como él, madre, ahora si me disculpan iré a mi habitación, estoy...cansada– comenté mientras salía en dirección a las escaleras.

 

Al llegar a mi habitación solo cerré la puerta y empecé a leer para aislarme de mis propios pensamientos. Luego de unas horas decidí cerrar mi libro y me cambié para dormir, no sin antes checar mi celular con la esperanza de ver un mensaje de Alex, pero no había nada, ni siquiera una llamada.

 

El sábado lo pasé de entre tiendas y asistentes de moda para arreglarme para la cena del domingo, sé que no es algo que suela hacer, pero pensé que podría desquitarme viéndome bien así que decidí hacer todo por cambiar, aunque fuera por un día.

Fuera de eso no pasó nada diferente a ningún fin de semana, solo hice tareas y vi una que otra película.

 




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