Contigo, hasta la luna

EMILY

La madre de Alexander parecía igual de sorprendida que su pequeña hija ante Gregory, pero lo que más me preocupaba era la cara de enojo que Alexander puso al escucharlo y la fuerza con la que podría reaccionar de no ser porque me interpuse entre él y la puerta.

 

–Hasta aquí, no puedo más con....esto– anunció señalando el comedor y luego me miró. –Lo siento gremlin pero estoy harto.

 

–No entiendo lo que pasó...pero entiendo que quieras irte...yo me harto aveces también.– le dije intentando calmarlo y él pasó por mi oreja un mechón rebelde que caía en mi frente.

 

–Nos vemos en la escuela, niña.

 

–Supongo que sí, tonto.–sonreímos como tontos y por un momento olvidé que nuestros padres estaban ahí con nosotros, al menos hasta que Nial carraspeó y nos sacó de nuestro pequeño mundo.

 

–Vale, supongo que esa es nuestra señal, muchas gracias por invitarnos, pero se hace tarde.– dijo Jessica con una voz un poco tímida y asentí.

 

–Que pasen una linda noche, y normalmente no suceden este tipo de cosas.– bajé un poco la cabeza, pero Alexander me la levantó haciéndome sonreír de nuevo.

 

–No te preocupes tonta, la siguiente vez lo harás mejor, yo lo sé.

 

Su madre parecía sorprendida de escucharlo decir eso, pero asintió.

 

–¿Les parece si lo repetimos la próxima semana?– preguntó mi padre, yo le rogué a Alexander con la mirada y Niall empezó a hablar.

 

–Yo estaría encantado de hacerlo, pero no sé si....– miró a Jessica y ella a Alexander en busca de una respuesta

 

–Por supuesto que sí, sería un honor volver la próxima semana.– me guiñó un ojo y sentí como mis mejillas se volvían rojas en segundos.

 

–Será un honor tenerlos aquí.– sin decir nada más, abracé a Alexander y luego de tres segundos él correspondió mi abrazo.

 

Su familia se despidió de la mía y yo hice lo mismo, a excepción de la pequeña Aisha, quién se negó a dejarme acercar y cruzó los brazos cuando Alexander sonrió.

 

–Es bastante territorial, ya se acostumbrará.– dijo él intentando calmarme, pero ella solo giró los ojos y se fue en busca de su madre.

 

–No creo que eso sea pronto, ¿cierto?– negó con la cabeza–genial, la hermana de mi futuro novio me odia.

 

–Tu futuro novio ¿eh?

 

–Eres un tonto, ya vete que te dejarán aquí.– comenté empujándolo por la puerta principal de la casa y sonriendo al ver que volvía para besar mi mejilla.

 

Los siguientes treinta minutos los pasé despidiendo al resto de familias que mi madre había decidido invitar y al terminar pude subir a mi habitación sin escuchar ni una palabra de parte de mi madre, lo cual era extraño.

 

Encendí mi celular y vi que tenía un mensaje de Alexander y decidí contestarlo...luego de eso no dormimos por hablar de las cosas más tontas e irrelevantes.




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