Los sonidos de los camiones de bomberos se hicieron escuchar, al igual que las voces de policías y órdenes de paramédicos que llevaban a los heridos y a los muertos por el evento destructivo que acababa de pasar.
Un día paso desde que la ciudad se derrumbó, todos ayudándose entre todos, dando comida o agua y buscando a varios desaparecidos por los escombros. Hubieron zonas que no fueron tan afectadas, pero la zona donde cayeron los escombros fue muy extensa, más de lo que debió ser, en las noticias se veían marchas en los laboratorios al igual que en los lugares donde estaban los presidentes pidiendo respuestas por lo ocurrido, ningún líder habló más que “Agradezcan que estamos todos vivos, son medidas que se toman para algo más positivo”.
En la noche, Jegmie se encontraba probando su habilidad, podía flotar y mover las cosas como quisiera, y mientras probaba su hermano Gael llegó con una taza de café en la mano a la habitación de Jegmie.
—¿Encontraste una fórmula o algo para eso que estás haciendo?.— Preguntó antes de dar un sorbo al café.
—Creo que sí, aunque no se por qué no podía usar la telequinesis en los laboratorios, pudo haber sido más sencillo.
—Me dijiste que intentabas usar la fuerza, quizás por eso no sabías cuál era tu poder y no podías controlarlo.
—Una vez levanté la mano esperando un golpe para ver si sucedía algo, pero nada.
—Y cuando levantaste ese meteorito, o cuando estás levantando esos juguetes ¿En qué pensaste?
—Solo deseé que esa piedra parara para que no nos mate a todos, y ahora solo pienso en el movimiento de estas cosas.— Jegmie bajó su brazo para que uno de esos juguetes fuera al rincón de su cama
—Bueno, ¿y no sientes nada raro? ¿Algún dolor o incomodidad?
—Tuve la suerte de que me tocará algo no tan peligroso para mí o para los que me rodean, por cierto, cuando levantó por ejemplo esto.— Jegmie levantó una maleta con la telepatía —Es como si lo estuviera cargando con mi cuerpo, mientras más liviano mejor, creo que depende de mi fuerza física.
—Debes ser muy fuerte como para aguantar a un meteorito cayendo en dirección a nosotros y soportarlo por unos segundos.
—Después de eso me dolieron los brazos y las piernas, y me sigue doliendo hasta ahora.
La madre de Jegmie los había llamado a comer, Jegmie puso sus cosas en su lugar, y fue caminando detrás de la espalda de su hermano. Ya en la cocina Jegmie prendió el televisor para poder disfrutar algo mientras comía, y al pasar por unos canales llegó al de las noticias.
—¿La etapa violenta se puede evitar con un buen método psicológico?— Preguntaba un periodista a alguien de tercera edad que se veía golpeado y lastimado
—La verdad yo creo que no, ese muchachito era bien portado cada vez que venía por estos lugares y ahora después de una pelea con un amigo suyo se volvió loco.
Las imágenes cambiaron mostrando a varias personas lastimadas incluso algunas en un estado grave para que después sonara la voz del presentador de las noticias.
—Estas son algunas imágenes de lo que ha pasado en este día, no es obra de los escombros del asteroide, es obra de aquella solución, los Mutantes.
—¿De que está hablando ese señor?— Preguntó la madre de Jegmie quien se acercó al comedor.
Un testigo se mostró en la pantalla, alguien sin golpes.
—Vean todo lo que está aquí, está decena de gente está lastimada y maltratada por solo un chico que no pasa de los 18 años, hizo pedazos todo, con unas cosas que salían de su pecho, parecían balas esas cosas aunque no fueron tan fuertes como para matar a alguien.
Las noticias continuaron, más escenas de violencia por causa de los Mutantes unos grabados donde se muestra a través de una cámara de seguridad a un Mutante que eliminó por completo la pierna de otro joven que pasaba por ahí, los casos no eran muchos, eran pocos pero con una gran consecuencia. La familia de Jegmie estaba ya sentada en la mesa, habían apagado la televisión después de escuchar tanta locura, el silencio fue algo largo, lo único que se escuchó fueron los platos y los sonidos de cuando alguien masticaba o tosía.
—Tal vez sean jóvenes delincuentes, y que ahora que tienen poderes y están libres por todos lados, están aprovechando para hacer sus crímenes.— Dijo el papá de Jegmie intentando alivianar la situación.
—No sé, puede ser cualquier cosa, la vida en esos laboratorios no fue fácil, más reacciones son diferentes para cada quien, Jegmie está bien gracias a Dios.— Comentó la madre de Jegmie.
Hubo un silencio largo con pocos sonidos de los cubiertos y la carne masticada, a pesar de que evitaban hablar del tema, Jegmie estaba algo preocupado “Ojalá eso no me afecte a mi, no los quiero lastimar” pensó. Jegmie terminó de comer, dio gracias y después se retiró a su habitación.
—Debió sufrir mucho ahí.— Habló en voz baja la madre de Jegmie.
—Difícil va a ser ver al Jegmie que criamos desde que nació.— Dijo el padre de Jegmie mientras ponía su mano encima de la mano de su esposa.
Jegmie cerro con cuidado la puerta de su habitación intentando no hacer mucho ruido, después se sentó en la esquina de su cama, y después de buscar por un pequeño momento, encontró el control de la televisión y la prendió. Pasó por varios canales para buscar más noticias pero solo repetían los casos, más de estos jóvenes empezaban a ser agresivos y muy peligrosos por dónde estén, los heridos ya eran bastantes y era difícil capturarlos por sus habilidades. El hermano más pequeño de Jegmie abrió la puerta y fue a abrazar a Jegmie, sin decir ni una palabra Jegmie le devolvió el abrazo.
Los casos de mutantes agresivos seguían creciendo, por lo que el Dr. Fernández fue llamado para dar una explicación o una solución, ya sea una cura o alguna debilidad de estos para que no se lleven más vidas consigo. Las televisoras mostraron la misma grabación de Fernández con su traje y bata blanca, con un yeso en el brazo, debido al golpe que se dio cuando se derrumbó el edificio donde se encontraba, y detrás de él estaba un pizarrón mientras que adelante estaban varios micrófonos de varios noticieros, dio un pequeño saludo y dijo lo siguiente: