Contra Tiempo

Bucle

Abro los ojos, la luz que se cuela por mi ventana me ciega, froto con suavidad mis parpados y me siento en el borde de la cama. Suspiro y miro al techo, una enorme pancarta de mi banda favorita se extiende sobre mi cabeza. Son hermosos, cinco chicos fabulosos que me encantan con su música. Me pongo de pie y acomodo mi cabello rizado que está hecho un caos.

La casa está sumida en un silencio absoluto, mis padres aún duermen, difícilmente se levantan temprano un sábado.

Entro al baño para hacer mis necesidades, me detengo frente al espejo y observo mi rostro blanco y las mejillas rosadas que lo caracterizan, mis labios finos forman una ligera línea y mis ojos marrones sin brillo me recuerdan quien soy y porque estoy aquí.

Me hallo repitiendo este día una y otra vez. Siempre inicia y termina en el mismo punto. He perdido la cuenta del tiempo que llevo dentro de este bucle de desesperación. Mis ojos se cristalizan y una lágrima moja mi inmaculado rostro, por más que intento modificar lo que ocurrió el primer día de este tormento nada cambia, siempre regreso al punto de inicio: mi habitación.

(...)

Primer día del bucle:
 

Despierto emocionada para ir a la feria, la pancarta de mi grupo favorito me recibe en el techo de mi habitación y sus bellos rostros sonrientes me dan los buenos días. Salto de la cama, intento no hacer ruido porque todos duermen. Me preparo para salir directo a la feria de artes que se celebrará en el museo.
 


 

Justo a las 9:45 am llego a mi destino, saludo con la mano en alto a mis amigos que forman un círculo justo al lado del portón del museo.
 


 

¡Agatha! —Sophia corre y me abrasa—. Creí que nunca llegarías.
 


 

¡¿No ves la hora?! He llegado una hora y quince minutos antes de que inicie la actividad —me defiendo.
 


 

Phinex expondrá su primera obra, mínimo eso por tu novio. —Me arrastra junto al resto del grupo.
 


 

Kyle está parado junto a Vanny, son pareja y se aman con la vida. No los envidio, lo que tengo con Phinex es especial. Y Sam, el hermano gemelo de Sophia, recostado en el barandal. Ellos cuatro son mis mejores amigos.
 


 

El mundo se ha volteado y nos ha cambiado de Agatha —bromea Kyle y me besa en la frente apenas llego.
 


 

Espero que pronto regrese nuestra Aggi que siempre llega tarde —me guiña un ojo Vanny.
 


 

No la molesten —interviene Sophia.
 


 

¿Entramos? Estoy ansioso por ver la obra de arte —Sam no espera por la respuesta y entra dejándonos atrás.
 


 

Alguien me agarra el brazo y me giro, es una niña de unos ocho años de cabello lacio y usa un vestido azul turquesa.
 


 

Hola, pequeña, ¿estás perdida? —pregunto mirando a todos lados para ver si distingo a sus familiares.
 


 

Te daré un consejo —murmura muy bajito. Me agacho a su nivel y la miro directo a los ojos.
 


 

Dime.
 


 

Para salir del Bucle debes encontrar el error...
 


 

Todo se vuelve negro de repente, completa oscuridad. Pasa un corto lapsus de tiempo y abro los ojos, la luz me ciega y froto mis parpados para ver mejor, estoy nuevamente en mi habitación.
 


 

(...)
 


 

He intentado encontrar el error de millones de formas, esa niña siempre me encuentra. Puedo quedarme toda la mañana en mi habitación, justamente a las 10:00 am llega esa pequeña y todo comienza de nuevo. El error no existe y estoy atrapada aquí. No hay nada que corregir. Todo es lo mismo. Continuo estancada en esta mañana, sin poder modificar mi realidad. Un bucle infinito, sin errores...
 


 

Soy Agatha Jord y estoy aquí porque no soy capaz de corregir la supuesta falla de mi vida. 
 


 

Agarro mi bolso y salgo rumbo al museo, he andado tantas veces por este lugar que ya puedo recorrerlo con los ojos cerrados. Voy escuchando una canción de mi banda favorita concentrada en la hermosa letra y la fabulosa melodía que me eleva. 
 


 

Un ruido sordo me hace doblarme y agarrarme los oídos. Luego todo se vuelve oscuridad... 
 


 

¿Será que hoy se adelantó todo? ¿Habré muerto? ¿Qué ocurre? Esas preguntas inundan mi mente hasta que vuelvo a abrir los ojos, la luz me vuelve a cegar. 
 


 

¡No puedo creerlo! No estoy en mi habitación sino en un hospital. Un joven de ojos azules aparece en mi campo de visión.
 


 

—¡Despertó! —Grita emocionado y me abraza—. ¡Andrea, estás viva! Hermana despertaste luego de diez años en coma, ¿cómo te sientes?
 


 

¿Cómo me siento? No sabría responder con claridad... Confundida no sería suficiente. ¿Andrea? ¿Coma? ¿Hermana? ¿Dónde diablos me he metido?
 


 

—Andrea Koop —dice un hombre de bata blanca que llega a la habitación de hospital en la que me encuentro—, soy el doctor James y he estado encargado de tu caso desde que ingresaste a nuestra institución. ¿Puedes hablar? ¿Recuerdas algo?
 


 

—¿Quién es Andrea Koop? —es lo primero que digo y ambos hombres me regalan una mirada comprensiva.
 


 

—Supongo que no recuerdas quién eres...
 


 

—Sé perfectamente quien soy —espeto y me bajo de la cama.
 


 

Voy directo al baño en busca de un espejo... Casi me desmayo al ver mi rostro, pero el hermano de la tal Andrea me sujeta.
 


 

Andrea Koop es una versión adulta de aquella niña que siempre me encontraba en el bucle... ¿Será que hemos intercambiado almas? 
 



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En el texto hay: universo, tiempo, magia amor fantasia

Editado: 02.02.2022

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