Capítulo 28 — Cláusula 26: Lo que no digo, igual se nota

🐾 Pensamiento inicial de Garbanzo

Hay días ruidosos y días silenciosos
y luego están los días como hoy, en los que mis humanos no hacen ruido con la boca, pero hacen escándalo con los ojos.
Los miro y veo todo lo que no dicen
todo lo que niegan
todo lo que sienten y esconden detrás de palabras largas
Hoy la tensión no está en las cámaras, ni en el canal
está entre ellos dos
Y yo
como buen gato responsable
tengo la ingrata tarea de verlo todo sin poder firmarles una confesión obligatoria.

*****

El especial estaba casi terminado.

Casi.

La palabra favorita de los productores y la peor enemiga de Valeria.

Faltaban solo unas tomas “sencillas”:
entrevistas cortas
planos de recurso y un segmento llamado Momentos sinceros que hacía que a Valeria se le encogiera el estómago cada vez que escuchaba el título.

La mañana había sido caótica.
Correos
correcciones de contrato
mensajes de Raúl
y un enlace que todos parecían haber visto menos ella.

Hasta que Rocío entró agitando el teléfono como una antorcha.

—Valeria
¿ya viste esto?

—No quiero ver nada más hoy —respondió sin levantar la vista de la carpeta.

—Es sobre ti.

—Eso lo hace peor.

Rocío dejó el celular sobre el escritorio.

En la pantalla se veía un encabezado:

> “¿Triángulo en la cocina? Chef invitado, chef titular y la abogada más famosa de la TV.”

Valeria sintió que el corazón le daba una voltereta fea.

—Qué ridiculez —murmuró.

Pero siguió leyendo.

El artículo hablaba de “miradas cruzadas”
de “tensión entre Julián y Dante”
de “Valeria como centro involuntario de atenciones”
y de “la nueva pareja dorada de la televisión”.

Ni una sola línea hablaba de la parte legal de su trabajo.
Ni de cláusulas bien estructuradas.
Ni de nada que ella considerara realmente importante.

Rocío se sentó en el borde del escritorio.

—Están usando el clip donde Dante te mira como si fueras un postre caro y Julián parece querer apagar el horno con la mirada.

—Qué comparación tan absurda.

—La gente lo está compartiendo.

—La gente no tiene vida.

—La gente tiene tiempo libre y WiFi —respondió Rocío— y tú tienes un problema.

Valeria cerró la carpeta con más fuerza de la necesaria.

—¿Cuál?

—Te incomoda que te lean así —contestó Rocío con calma— y no sabes si te molesta más por ti… o por él.

Valeria apretó los labios.

—Rocío
yo no estoy en medio de nada.
No hay triángulo.
No hay romance.
No hay historia.

—Entonces diles eso —sonrió Rocío— pero te advierto que nadie te va a creer.

Garbanzo saltó a la mesa y puso su patita sobre el papel.

> Si preguntaran mi opinión
diría que efectivamente no hay triángulo
solo dos humanos demasiado tercos
y un invitado con sonrisa de riesgo biológico

Valeria suspiró y le acarició la cabeza.

—¿Tú también estás en contra mía, Garbanzo?

Él ronroneó.

No estaba en su contra.
Solo vivía en la realidad.

*****

En otro punto del canal
Julián estaba sentado en la sala de producción con Raúl y dos asistentes.

Frente a ellos
en la pantalla
el mismo artículo.

El mismo titular.

La misma foto donde él miraba a Valeria con algo que ningún chef podía justificar como técnica culinaria.

—Esto es un chiste —dijo finalmente.

Raúl sonrió.

—Esto es publicidad gratis.
¿Sabes cuánta gente está comentando la foto?

—No quiero saberlo.

—Pues igual te lo voy a decir.

El asistente leyó en voz alta algunos comentarios.

—“Team Dante”
“Team Julián”
“Que se quede con los dos”
“Amo cómo la mira el chef titular”
“Dante es un peligro”
“Los gatos tienen más idea que ellos dos”.

Julián cerró los ojos un momento.

—No quiero que ella lea esto.

—Ya lo leyó —respondió Raúl con naturalidad— y si no lo ha hecho, lo hará.
No puedes controlarlo.

Esa palabra le molestó más de lo que quería admitir.

Control.

Él no estaba tratando de controlar a Valeria.
Solo quería protegerla de una exposición que no había pedido.