Solté el aire, pasando la palma por mi frente en lo que bajé la cabeza, dándome cuenta lo mucho que me contuve para evitar las palabras y hacer lo que sea que me estuvo impulsando a hacer, luego de su beso, pero estaba satisfecho con haber rozado su mejilla con mis labios, sintiendo cómo se tensaba de esa forma tan suave, sin querer que me diera cuenta de la reacción.
Quise dejar de pensar en el hecho, no obstante, el resquezón también me quedó en la piel por unos minutos, lo que causaba que no pensara en la razón por la que había llegar a este lugar: el trabajo.
Necesitaba volver al punto de inicio, porque al día siguiente tenía que llevarle una respuesta segura y preparada para el dueño de este lugar, incluyendo en el proceso los pro y los contra con respecto a su petición.
El problema era que no quería centrarme en los pro, sino en aquello que evitaba que tomara la decisión de accionar y eso era que me parecía muy arriesgado el plan, además de que no podía basarme en el deseo impuesto al que pedían una solución, aún si existían razones claras y cercanas para que me compadeciera del escenario.
Generalmente, cuando tomaba un bando, era porque lo pensaba con la mente demasiado clara, fría, y no había nadie interrumpiendo mis pensamientos, o una mujer llamando mi atención con una propuesta tan cercana y personal, porque quería lo mejor para su madre, pero mi atención estaba afectada por lo que hizo, aunque ni debía de centrarse en mi vida personal, ni en lo que tal vez me hacía falta, sino en aquello para lo que llegué aquí, lo que requería de mí por los datos obtenidos y las razones que volvían esta visita más emocional.
No quería fallarle a nadie, ni siquiera a mí mismo, pues prefería hacer las cosas lo más limpias posibles, porque no me gustaba estar en conflicto con mi yo interno, por lo que necesitaba asegurarme de emitir frente a ese hombre la información real y no lo que ella quería, por mucho que se ofreció como si fuera una carnada.
Al menos a mí, algo como eso no me hacía gracia, sin embargo, se trataba de un compromiso desde ambos ángulos y si su padre no estaba enterado de lo ocurrido, entonces iba a meter la pata hasta un fondo del que no tenía idea a dónde iba a llegar.
Volví a la habitación, habiendo cerrado despacio la puerta para que nadie se diera cuenta de mi presencia en ese sitio, que de por sí, ya era tan personal para Ivon y aún así, me lo había mostrado con tal de involucrarnos para solucionar las diferencias ocurridas ese día.
Subí a la cama en medio de la impaciencia, con mis manos paseándose por todo mi rostro en lo que pude suspirar, decidido en ese instante a continuar con la evaluación, para no alimentar las falsas esperanzas a las que buscaba aferrarse.
Yo no era así, no me gustaba dejar de lado la verdad y mucho menos con el trabajo, por lo que tomé la valentía de echar a un lado los hechos que me habían ofuscado, centrado en la única razón por la que me hallaba en este sitio.
No importaban mis sentimientos, el mundo emocional que su hija vulneró, la propuesta incluso que me hizo o el hecho de que me garantizaba algo si aceptaba la inversión; no podía decir que sí por un impulso, si mi empresa y mis empleados estaban involucrados en esto, si ellos también debían de participar de forma indirecta, al tenerlos conmigo en la cabeza; por lo mismo, la inversión podría llegar a ser una clase de retroceso si aceptaba a causa de mis emociones y no por lo que formulé de forma clara y real, lo que sin duda los ponía a todos en una balanza, para que nada de esto saliera mal.
Bajé la cabeza, inclinado adelante al estar aún en el reposo, con el calor invadiendo mi sistema de una forma extraña, porque la calefacción no estaba tan alta y el clima seguía igual de frío que al inicio; tal vez... solo tenía miedo y se estaba manifestando de ese modo, porque no lograba olvidar lo que vi en sus ojos, en sus miradas y en ese gesto con el que buscó dominar mi parte racional.
Lo bueno era que no muchas veces me dejaba arrastrar por ese tipo de circunstancias y aunque en el mundo emocional anhelara todo eso de lo que habló, ignorando garantías y cualquier cosa que fuera por aceptar la petición de su padre, mi deber no estaba en ponerme de lleno en la ecuación.
Iba a decepcionarla, de eso estaba más que seguro, sin embargo, no quería y no podía decir que sí solo por los términos que manejaban, por obtener más capital para la Industria o porque podría ser un experto dando falsas soluciones y esperanzas; nunca me preparaba para mentir y no lo haría, aunque esta pudiera ser mi primera vez.
—¿Todo bien, amigo?—Miré desde la ventana el paisaje al haberlo llamado, buscando algo de frío para regular las sensaciones en mi cuerpo.
Aún cuando quise responder, nada me salió, no obstante, se mantuvo en la línea todo el rato en que la mantuve abierta, porque a veces no necesitaba expresar ninguna palabra para que me entendiera.
El consuelo me llegó, cabizbajo al sentir la garganta cerrada, por la sensación extraña que se movió dentro de mí, buscando el modo de ordenarse y de encontrar un sitio para asentarse, aún si no había hecho lugar para la presencia del mismo.
—Mientras te sientas bien contigo mismo, eso es suficiente—lo escuché despacio, pasando el brazo cruzado por debajo del que sostenía el móvil—. Nunca has hecho algo que aleje la integridad de ti, Stonn—murmuró—. Estarás en paz con eso.
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Editado: 27.10.2024