Convenio matrimonial

《 Creer 》

El silencio nos invadió, bajo la penumbra que cubría cada kilómetro dejado atrás, mientras la sensación de calma, se hizo más fuerte y aplastante, pero no incómoda como creí que podría sentirse, luego de la decisión que la mujer a un lado de mí, tomó; me había sorprendido en sobre manera el modo en que estaba concentrada en el camino y yo aún estaba pensando en los hechos que pasaron, sin poder evitar que sostuviera mi mano en el trayecto, apretujando mis dedos, despacio.

Mi mundo emocional sintió un subidón, una enervez de adrenalina que hacía cosquillas en todo mi sistema, incluso en el fondo de mí que sentía la unión tensa, nerviosa por el contacto, aún cuando mantuve el agarre con ella.

El deseo que experimentaba me hizo no soltarla, probando el instante cuando llevé sus dedos a mis labios, dejando ese gesto estremecedor marcado también en su dorso, pudiendo tocar la realidad en cuanto detuve el auto.

Suspiré profundo al hundir los hombros, viendo adelante al Jet que esperaba por mí, no por ella, y aún así nos íbamos juntos después de lo ocurrido, aceptando que no quise informar que llevaba una acompañante y a decir verdad, solo lo hubiera hecho de ser algo necesario, si el señor Hewlett hubiese aceptado viajar conmigo en caso de aceptar el trabajo, aunque me atreví a denegar de propuesta.

Prefería que fuera de esta forma porque tenía más privacidad; necesitaba ordenar mi cabeza, los planes que debía de volver a planear y sobre todo, quería disfrutar este instante con ella durante el tiempo que nos quedara en su ciudad.

La voz no me salió cuando quise hablar, sintiendo que deshacía el sostén entre ambos al seguir en la misma posición, con la garganta demasiado reseca, pensando en mucho y en lo fuera de lugar que me hacía sentir ella.

No había experimentado cosas así; en el pasado, para ser sincero, creí que lo sentí con la relación que tuve en esos momentos, pero era el único que experimentaba cosas entre los dos y por mucho que luché, no funcionó.

Con Ivon, ni siquiera era lo mismo, puesto que ella me correspondía, lo que generaba un miedo en el fondo de que un día se fuera, como si pudiera controlar el futuro o por lo menos, verlo demasiado se cerca, lo que tampoco me impidió dejarla en casa, con su familia, esperando que llegara alguien más que pudiese luchar por ella.

Porque, ¿por qué no podría hacerlo yo si tenía la oportunidad? Lo que hubo sucedido antes, no era ese instante, ese hoy que los dos vivimos y esa determinación no iba a encontrarla en otra persona, si me ponía a pensarlo en serio.

La realidad estaba escrita, sin importar lo precipitado, ella quiso irse conmigo, por ella duré tanto para irme, el destino quiso jugarme una buena carta, ¿y quien era yo para ignorarlo o dejar ir algo tan básico que me era necesario?

No estaba seguro de lo que pasaría, ni siquiera tenía idea de con qué iba a tener que lidiar, sin embargo, había una mujer en mi vida, existía una nueva persona, algo que alguna vez me tocó añorar y desear con todas mis fuerzas, así que no tenía intenciones de arruinarlo, por más que la situación se sintiera como algo nuevo para mí.

Mi único deber era recordar, hacer mejor lo viejo, puliendo esa parte de mí que durante mucho tiempo estuvo enterrada, haciéndome sentir un completo inexperto para lo que pasaba en lo actual y que no quería ignorar.

Me gustaba. Me gustaba y me asustaba en la misma sincronía cómo podían fluir mis sentimientos, puesto que no iba a poderlos controlar y era un hombre, a mí me encantaba demostrar la completa masculinidad que tenía, vivía en mí el deseo de proveer para dos personas, de tomar en serio las circunstancias y dar la cara ante mis decisiones o consecuencias, contando así que Ivon era una de ellas.

No quería ignorar, ni negar que esa era la mujer que buscaba, que había encontrado a la fémina que todo hombre necesitaba y la que ansiaba para formar un buen equipo.

No sé si Ivon pensaba lo mismo, ni siquiera tenía una idea clara de cuales eran todas las emociones o sentimientos que experimentaba; en un punto pensé que había tomado la oportunidad para hacerme cambiar de opinión, pero ella no era así, y ese beso que me dio, a lo mejor fue más sincero y menos centrado en una pequeña muestra de lo a tendría, si hubiese aceptado la invitación de su padre con el proyecto.

Sé que fue más allá de eso y sé que a pesar del poco tiempo de conocernos, lo deseaba, por lo que no podía culparla, ni culparme si ella encajaba en mi sueño, uno que podríamos llegar a formalizar si nada se interponía a las circunstancias.

Lo que sí, quería saber si sentía miedo, si algo le impedía continuar, resaltando algo en la decisión que tomó; en mi caso, deseaba dejar a un lado todo eso y aceptar lo diferente, la muestra necesaria para explotar de nuevo el terreno del amor, sin importar el hecho de los pensamientos o la ansiedad que esto genefara, porque quería 《creer》 y rescatar este instante, si en algún momento no volvía volvía ocurrir otra vez.

Puse más alta la calefacción al notarle un poco de frío, dejando el motor encendido con las luces cubriendo parte de la pista, mientras el Jet aún no era preparado para volar.

Tragué la saliva despacio, alrededor del aroma de mi compañera, quien esperó por mí, del mismo modo que la esperaba a ella.

—¿Cómo haremos esto?—Pregunté, bajo el cosquilleo en mi cuello generado por su mirada tímida, en el recorrido de sus dedos que fueron por los míos, sin verla en el instante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.