En la lujosa oficina de Alexander, con vistas panorámicas a la ciudad, el ambiente estaba tenso esa mañana. Alexander, con su habitual seriedad, revisaba documentos mientras su asistente, Marcos, entraba con paso ligero y un aire de urgencia.
-Marcos - (con tono profesional) Alexander, necesito informarte sobre la reunión con el magnate italiano, Giuseppe Bianchi, respecto al contrato para expandir nuestra cadena hotelera en Europa.
-Alexander- (frunciendo el ceño) ¿Cuándo es la reunión?
-Marcos- Está programada para el próximo jueves a las 10 de la noche en la discoteca que se encuentra en a zona centro de la ciedad señor.
-Alexander- (levantando la vista con incredulidad) ¿una discoteca? ¡Es una locura! No puedo creer que me hagan ir a ese lugar.
-Marcos- Entiendo que no es ideal, pero es una gran oportunidad para nosotros. El señor Bianchi es clave para nuestros planes de expansión en Italia.
Alexander- (cruzando los brazos, visiblemente molesto) No me importa lo clave que sea. ¿No podrías haber negociado que la reunión fuera en otro lugar más conveniente?
-Marcos- (manteniendo la calma) He intentado gestionar alternativas, pero el señor Bianchi insiste en que se realice en ese lugar.
-Alexander- (frustrado, levantándose de su asiento) ¡Esto es ridículo! ¿Por qué siempre tengo que lidiar con estas complicaciones?
Su voz resonó en la espaciosa oficina, marcada por la tensión palpable. Marcos, acostumbrado a los arranques ocasionales de su jefe, mantuvo la compostura mientras buscaba formas de calmarlo.
-Marcos- Comprendo tu preocupación, Alexander. Sin embargo, debemos considerar los beneficios a largo plazo de este acuerdo.
-Alexander- (suspirando y pasándose la mano por el cabello) Lo sé, Marcos. Solo… asegúrate de que todo esté preparado. No quiero sorpresas desagradables durante la reunión.
-Marcos- Por supuesto. Me aseguraré de que todo esté organizado de manera impecable.
Alexander se recostó nuevamente en su silla, intentando controlar su frustración. Aunque disgustado por la situación, sabía que era parte del juego empresarial. Resignado, comenzó a discutir los detalles logísticos y estratégicos con Marcos, enfocándose en garantizar que la reunión en aquella discoteca fuera un éxito a pesar de sus reservas iniciales.
JUEVES A LAS 10:00 PM
En el bullicio y las luces intermitentes de la discoteca, Alexander estaba en un rincón apartado de la zona VIP, discutiendo acaloradamente con Marcos sobre la próxima reunión con Giuseppe Bianchi. Su voz resonaba sobre el estruendo de la música, mostrando su clara irritación.
-Alexander- ¡No puedo creer que me hagan ir a ese lugar! ¿Por qué no pueden negociar en una ubicación más adecuada?
- Marcos- (intentando mantener la calma) Lo siento, Alexander, pero el señor Bianchi es muy firme en que la reunión se realice en este lugar.
-Alexander- (frustrado, con gesto de incredulidad) Es un fastidio. ¿Acaso no tienen otro lugar menos extravagante para discutir negocios?
Marcos intentaba explicar los detalles logísticos y estratégicos de la reunión mientras Alexander miraba alrededor con desdén, observando a las personas bailando y disfrutando de la noche. Entre la multitud, notó a Emilia, quien parecía inmersa en una conversación animada con su amiga en la pista de baile.
- (murmurando para sí mismo) Al menos alguien parece estar disfrutando de esta noche.
Marcos continuó tratando de calmar a Alexander y mantenerlo enfocado en los preparativos para la reunión mientras él intentaba controlar su frustración ante la perspectiva de negociar en un entorno que no le agradaba. Aunque la música y la atmósfera festiva de la discoteca intentaban aliviar el estrés, la preocupación por la reunión persistía en la mente de Alexander, incluso mientras observaba a Emilia, cuya presencia parecía destacar en la pista de baile como una luz brillante en medio de la oscuridad de sus pensamientos empresariales.