Llevaba una semana de clases. No habia nadie con quien pudiera platicar, ya estaban comenzando a formarse los grupitos de amigos y yo estaba sola. La sensación de soledad no es mala, solo que charlar con alguien tampoco me parece mala idea.
Habían dos compañeros delante de mi asiento: Carlos y Marce. Ellos desde el primer momento comenzaron a llevarse super bien, debieron conocerse mucho antes o como dicen por mi barrio esos señores que se sientan en el parque para chismear-Destinados ya estaban los carajos para poderse llevar asi desde que cruzaron miradas-. En fin, se les agregó otra chica que se sentaba al costado mio con la que no habia conversado hasta ese momento, se miraba buena persona. No. Todos ellos se miraban buenas personas, pero no fue asi.
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Era un lunes cuando llegue tarde a la primera hora de clase. No habia desayunado, ni dormido, nisiquiera pude lavarme los dientes esa mañana porque un dia antes me enferme<<¡Bendito fin de semana!>>. Pedi permiso para entrar a clase, corrí a mi lugar y saque mis apuntes. Mis ojos derrepente se fijaron a las miradas complices que esas cuatro personas se hacian-¿Qué demonios?- no eran miradas "normales", eran de burla, de malicia...
Cada vez comenzaban a hacerse mas frecuentes las conversaciones sobre mi; burlas sobre mi aspecto o lo que comia. Escuchaba seguido mi nombre en boca de ellos, las carcajadas que daban cuando me miraban comer o haciendo cualquier actividad.
Solo nos separaban ¡dos pupitres!.
Yo no podia entender cuál era la razón de la riña hacia mi persona. Comencé a llorar cada noche por el ostigamiento, lo sinvergüenzas que podian llegar a ser.
-¿POR QUÉ YO?
-¿POR QUÉ YO?
-¿POR QUÉ YO?