Corazón Congelado: La Balada de Lyra

Capitulo 7: La Elección en el Centro de la Tormenta

La reunión de los clanes se programó para dos días después. La atmósfera en el palacio era tensa. Los líderes de los clanes, hombres y mujeres de semblante curtido por el frío, esperaban una señal de fuerza o debilidad.

La noche antes de la reunión, Lyra se encontraba de nuevo en el Balcón de la Ventisca, el viento azotando su rostro. La nieve caía suavemente, cubriendo el mundo en un manto blanco. La decisión pesaba sobre ella como un bloque de hielo.

Sus poderes. Los había reprimido durante tanto tiempo, que la idea de convocarlos conscientemente le producía vértigo. ¿Y si fallaba? ¿Y si se descontrolaban de nuevo, no solo hiriendo a sus súbditos, sino exponiendo la verdadera fragilidad detrás de su fachada?

Una sombra se materializó a su lado. Era Kyle.

"No deberíais estar aquí, Príncipe," dijo Lyra, sin mirarlo. "Es peligroso en una noche como esta."

"Estoy bien," respondió Kyle, su voz calmada. "Y vos también. Pero no para esta tormenta exterior, sino para la que os consume por dentro."

Lyra guardó silencio, el viento susurrando entre los pilares de hielo.

"Sé lo que sucedió, Lyra," dijo Kyle en voz baja, su aliento visible en el aire helado. "El Consejero Brynn me contó los detalles de la Tormenta Helada de Desesperación. Y la pérdida de Elara."

Lyra se tensó, cada músculo de su cuerpo se volvió rígido. No había hablado de Elara con nadie en años. Que él lo supiera, que lo mencionara con tanta facilidad, fue una invasión a su espacio sagrado de dolor.

"No tenéis derecho," Lyra espetó, su voz cargada de una ira fría. "No lo entendéis."

"No, quizás no completamente," admitió Kyle, con calma. "Pero comprendo el miedo. La culpa. Y entiendo que os está impidiendo ser quien realmente sois. Vuestro reino os necesita, Lyra. No a la "Princesa de Hielo", sino a Lyra. La verdadera."

Lyra se giró para mirarlo, sus ojos brillando con una mezcla de furia y desesperación. "La verdadera Lyra... mató a su hermana. Desató una tormenta que destrozó vidas y enterró sobre la cruda nieve hogares de personas y animales junto a ello." Lágrimas de hielo, frías y lentas, comenzaron a rodar por sus mejillas, las primeras en mucho, mucho tiempo.

Kyle se acercó, su mano suavemente acariciando su mejilla, limpiando una lágrima helada. "No, Lyra. Una niña asustada, inexperta con un poder inmenso, causó una tragedia. La Lyra de ahora es una mujer fuerte, sabia y con el potencial de controlar ese poder. La diferencia no es si tenéis el poder, sino si confiáis en vos misma para usarlo con propósito."

Lyra lo miró, su visión borrosa por las lágrimas. La calidez de su toque, la comprensión en sus palabras, era un torrente que amenazaba con romper la última de sus barreras.

"Yo... no sé cómo," Lyra apenas susurró. "Tengo miedo."

"Estoy aquí," dijo Kyle, envolviendo sus manos en las de Lyra, las suyas cálidas y firmes. "Os ayudaré. No os pido que seáis perfecta. Solo que confiéis en vuestro corazón. Y en vuestro poder. Y en mí."

La elección era clara: seguir siendo la prisionera de su pasado, o dar un salto de fe hacia un futuro incierto, pero quizás lleno de esperanza. Lyra miró a Kyle, a la fe incondicional en sus ojos, y por primera vez en dos décadas, una chispa de calor se encendió en su corazón helado. Podría fallar. Podría desatar otra tormenta. Pero esta vez, no estaría sola.




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