La coronación de Lyra fue un evento majestuoso. El gran salón del consejo se llenó de líderes, nobles y ciudadanos. El Rey Theron, con un semblante de orgullo, colocó la corona de cristal en la cabeza de Lyra. La corona brillaba con la luz de la luna, y Lyra se veía como una verdadera reina.
"Ciudadanos de Veridia," proclamó el Rey Theron. "Presento a vuestra nueva reina, Lyra."
El salón se llenó de aplausos, y los ciudadanos se inclinaron con respeto. Lyra se puso de pie, su corazón lleno de amor y gratitud. Miró a su pueblo, y sonrió. No era una figura de hielo, era su reina. Una reina que amaba a su pueblo, y una reina que daría todo por ellos.
"Gracias, padre," susurró Lyra.
"Es vuestro momento, mi reina," dijo el Rey Theron.
Lyra se volteó a mirar a su pueblo. "Ciudadanos de Veridia, os prometo que os protegeré con todo mi corazón. Os prometo que os serviré con toda mi fuerza. Os prometo que Veridia será un reino de paz, prosperidad y amor. No seré la Princesa de Hielo, sino la Reina del que mi pueblo se merece. Con mi corazón lleno de amor por ustedes, mis ciudadanos, os juro que el amor será la fuerza que nos guiará a un futuro brillante y lleno de paz."
La sala se llenó de aplausos, y Lyra sonrió. Sabía que su camino como reina no sería fácil, pero con Kyle a su lado, sabía que podía hacerlo. La Reina del Hielo, Lyra, había comenzado su reinado.