Capitulo 16: El baile

A la mañana siguiente todo el palacio está en constante movimiento por la celebración de esta noche. Me encuentro en mi habitación leyendo un libro que logre obtener de la biblioteca. Desde que llegue a la corte mi mente se ha mantenido ocupada con los problemas de la rebelión y el baile. Pero el silencio hace que mi mente no deje de pensar en mi madre, no había pensado en ella hasta ahora lo cual me hace sentir un poco culpable.

Vine a este castillo con la única razón de encontrar a mi madre, pero no me esforzado en encontrarla. Que alguien me otorgue el premio a la peor hija del año. Un golpe en la puerta hace que levante la vista del pequeño libro en mi mano.

-Adelante. - Un grupo de sirvientes entra con variedad de maquillaje, cepillos, cremas, joyas y coronas. Conforme van pasando van ocupando el tocador

- ¿Qué es todo eso? – pregunto. Las mujeres se aproximan a mi con una reverencia. Una de ellas se adelanta para hablar en nombre de ellas.

-Majestad, tenemos orden del rey para prepararla para esta noche. – me siento tentada a decirles que todavía falta cinco horas para que comienzo el baile, pero ninguna de deja replicar y me empujan directo del baño.

Encuentro la tina con agua caliente y sin ningún pudor me desvisten para introducirme en ella. Limpian mi cabello y restriegan mi piel, ya cuando los dedos de mis mano y pies se encuentran arrugados, me hacen salir con una toalla lista para cubrir mi cuerpo y otra para mi cabeza.

Hidratan mi piel con cremas y aceites con olores frutales, maquillan mi cara de una forma natural pero que hace ver marcadas mis facciones de una forma elegante, mis labios se ven más llenos y de un color rosado. Recogen parcialmente mi cabello para que parte del caiga por mi espalda en ondulaciones.

-Majestad. - aclama mi atención. - es hora del vestido. - me muestra el hermoso vestido que hizo para mi Gerard. Asiento porque los nervios no me dejan hablar. Me colocan el vestido para finalmente volver al tocador para mostrarme que joyas voy a llevar. Me decido por unos aretes en forma de gota que parece hechos de diamante y una corona pequeña plateada con un colgante que cae por mi frente. Conservo mi collar porque mi corazón débil no es capaz de desprenderse de el.

Me permiten verme en un espejo de cuerpo completo y lo que veía me deja sorprendida. No es la primera ves que visto en vestidos elegantes, cuando vivía aquí los usaba constantemente, pero era una niña aquí parezco una clase de señora de la realeza.

Unos golpes en mi puerta me hacen dirigir mi atención a la puerta, me dirijo a ella para abrir y me encuentro a un Arthur sonriente y elegante.

-Vaya- dice con aprobación en sus ojos. - te ves genial. - hace una pausa para observar a las muchachas. - hicieron un gran trabajo. - ellas bajan la cabeza en señal de agradecimiento y forman una línea para salir del cuarto y hacer una reverencia hacia mi hermano.

-Ya que estas lista, deseas unirte a mí para hacer la gran entrada conmigo. – dice al mismo tiempo que extiende el brazo para que yo lo una con el de él.

-donde están los otros.

-Kasper. Trixie y Lena están en el gran salón atendiendo a los invitados junto a padre; Jake y Hanna entraron al baile por la puerta de servicio para no ser vestidos y Killian esta con su padre y la reina Amelie.

-¿La reina del clan sirena?.- pregunto con extrañeza

Amelie Kermaien es la soberana del clan sirena, una mujer hermosa de cabello dorado y ojos grises. Recuerdo muy bien a esa mujer. Nunca fui de su agrado, las sirenas son seres muy egocéntricos y creen que los humanos y mestizos son seres que no merecen estar en su presencia. Razón principal por la cual se expulsa a los mestizos de Amaris, ciudad principal del clan.

-Esa misma. – dice con desprecio

-Creí que esa mujer odia todo lo que no tenga cola de pescado.

-Así es, pero el rey Ezra y ella son amigos. Además, Killian se va casar con Alexa…

-Espera, que. - me detengo abruptamente. - no sabía que Killian se iba a casar.

-En serio. - me mira con sorpresa. - pero es una noticia conocida por toda Fairy Tree.

-Te recuerdo que llevo un par de días aquí así que no he tenido tiempo de enterarme de todos los chismes que han ocurrido aquí. – digo con obviedad.

-Okey, pero no tienes que ser tan gruñona. - gruño un poco para molestarlo. Suelta la carcajada que hace que los guardas dirigen la mirada hacia él.