Capítulo 18: Congela tu corazón

“9 años”

9 años sin saber nada de él, 9 años sin escuchar el tono de su voz. Pero desde que nacimos, su personalidad sigue igual de dominante y peligrosa. Sus ojos, café oscuro nos taladran a todos con un brillo que dice que sabe muy bien que puede acabar con todos y no sería un esfuerzo para él. Desde aquí veo que su cabello negro lo lleva rapado por los lados y abundante al frente. Veo que el tiempo lo ha vuelto en un tipo atractivo; su mandíbula fuerte, su nariz perfilada y sus brazos musculoso y espalda ancha hace la perfecta combinación de hermoso y peligroso.

-Ronan. – exclama con autoridad, pero también capto el dolor de su voz. – ¿esto era necesario? - pregunta señalándolo a él y el resto de gente reunida. - ¿Cuál es tu juego?, acorralarnos aquí a todos para que puedas matarnos.

-Ya quisiera. - exclama con burla en su voz. – pero no, de ese problema ya me encargare más tarde. - su voz se eleva por toda la habitación. - ¿Dónde está padre?

-Si crees que te daremos su ubicación en bandeja de plata, debes estar muy jodido de la mente. - Killian dice con una seriedad que muy poca vez lo caracteriza. - sabes, considerando todo lo que le has hecho al reino ya deberías estar muerto con una espada en tu pecho.

- ¿Tú vas hacerlo? - una sonrisa cruel aparece en sus labios- si quiera me gustaría verte internarlo.

Antes de que alguien pueda mover la mirada, Killian sale disparado hacia Ronan con su espada en la mano lista para atravesarlo con ella, el miedo y la angustia corre por mi cuerpo. Preocupada por Ronan y tal vez también por Killian. Antes de que pueda matarlo, sale disparado hacia el fondo de la habitación y golpea la pared con un sonido que se escucha preocupante y doloroso.

-Y pensar que eres un guerreo y atarme directamente en el frente es lo suficientemente estúpido para hacer. - Para el no supuso un gran esfuerzo, su cabello en perfecto estado y su tranquilidad emanando de él, aún más sorprendente son sus ojos, no son como los de una persona normal. Tiene la misma mirada de un dragón de sangre pura.

Un jadeo brota de mi antes de que pueda detenerlo. Somos mestizos, es biológicamente imposible para nosotros tener habilidades de un dragón promedio.

-Sorprendida. - dice Ronan dirigiendo su mirada hacia mí. - toda nuestra vida se nos recordó que éramos muchos más débiles que cualquier criatura mágica de aquí, que nuestra sangre estaba contaminada. - Dice a medida que se acerca a mí. – bueno, solo eran un montón de imbéciles pomposos.

- ¿Por qué? -digo con un susurro ahogado de dolor, este no es el hermano que amaba. O tal vez sí, pero mi mente y corazón siempre me lo negó.

- ¿Por qué? - dice con enojo y asombro. - ¿Por qué quiero la libertad para las personas como nosotros? - el ambiente de la habitación se hace aún más pesado con su temperamento a punto de explotar. - ¿Por qué me quiero deshacer del imbécil que tengo como padre?.- suelta un risa que resuena en mi interior.-  pase años en una celda tratado con un perro en vez de lo que era, un príncipe.

-Lo que estás haciendo no te hace mejor con ellos. - grito con desesperación. - estas aniquilando gente inocente, lo único que provoca es más odio entre nosotros.

- ¿Cuál es tu solución? - aprieta tanto las manos que estoy segura que tiene los nudillos blancos. - inclinarnos tal como hizo mamá.

-A ella no la metas en esto. – la rabia burbujea dentro de mí. - se que la tienes, ¿Dónde está ella?

-En el lugar donde se merece estar, pudriéndose lentamente. - dice con una calma fría que hiela los huesos de mi cuerpo. No puedo hablar, el miedo de que algo le paso a mamá me aterra.

-Por los dioses, Ronan. - dice Lena que hasta ahora permanecía callada. - sabía que eras un carbón sin sentimientos, pero esto ya es abusar. -dice con sus ojos también como rendijas. - estas admitiendo que estas torturando a tu madre y no te importa.

-Ella me abandono. - es lo único que dice y lo suficiente para despertarme del letargo en el que estaba.

- ¡No tubo opción! - siento una mano que aprieta mi pecho de una manera insoportables. - ella era inocente, a diferencia de que intentaste matar a Kasper sin ni siquiera dudar. El que siempre fue nuestra hermano más amoroso e incluso justo contigo.

-Cállate Iris. - dice con los ojos encendidos en llamas.

Cuando me dispongo hablar un de las paredes de la habitación explota en un montón de escombro y fuego que me deja aturdida por unos segundos. Desde el fondo de mi mente percibo varia voces llamando.