Capítulo 25

Patrick habría exigido una muestra de respeto de no ser hermano de Tanya, si ella no hubiese estado presente le habría gruñido hasta que el jaguar metiera la cola entre las patas y desviara la mirada. Pero sentía el miedo de la humana como una estela en el aire, así que por esta vez, actuó como lo haría un humano civilizado.

Si hubiese sido otro...

—Encantado —dijo extendiendo su mano. 

El apretón fue fuerte, la mirada animal cargada de una oscuridad aplastante. El león de Patrick estaba confundido y alterado por este jaguar tan dominante. 

—Gracias. 

Soltando su mano, miró a Gala y Tanya. 

—Dos leonas están adaptando una habitación para él en el pabellón de leones. —Dirigiéndose a Gala continuó—. Llevalo a conocer las instalaciones y el reglamento de conducta. 

El jaguar le hizo una inclinación leve mientras Gala con un gesto de mano le pidió que le acompañara, Tanya pasó por su lado, Patrick le detuvo sosteniendo su brazo sin mucha fuerza. 

—Quiero hablar contigo. 

Trent se detuvo de golpe, y lo miró por encima del hombro, un par de ojos ambarinos, más profundos que los de un lobo, fueron directo al agarre. 

—Estoy bien —Tanya dijo antes de que su hermano volcara su furia protectora en el león equivocado—. Ve. 

Un siseo apuntó a Patrick, puños se apretaron con fuerza y el hombre de los anteojos de apariencia inocente dejó salir a la bestia que llevaba dentro. El león por poco le estruja el cerebro como advertencia, se trataba de su hermana, por supuesto que debía esperarse tal reacción de su parte. 

—Si la lastimas te juro que... 

—¡Trent! —Exclamó Tanya. 

—Hombres... —murmuro Gala—. Vamos chico, el Alfa no lastima mujeres, menos a humanas. 

—Pero... 

Entonces Gala hizo lo que ambos no pudieron, con una sola mirada de ojos negros como la noche detuvo al jaguar, Trent palideció como si hubiera visto un fantasma y tragó saliva, Patrick lo pudo oír, el más absoluto terror acelerando su corazón. 

¿Qué clase de felino era Gala? 

El que fuera, doblegó al rebelde jaguar en un segundo. 

—Vamos. 

Tanya intentó tranquilizar a su hermano con una sonrisa y una mirada que decía “todo está bien” por supuesto que lo estaría, ¿cómo se atrevía ese hombre a suponer que haría algo en contra de esta mujer? Esa ofensa era mayor que no haberle llamado Alfa al principio. 

—Oye, tranquilo. —Tanya colocó su mano sobre la muñeca de Patrick, dio un ligero tirón mientras acariciaba la piel con el pulgar—. Trent es un hueso duro, pero le hará bien estar en la coalición, cuando entre en confianza será un buen chico. 

El león haría cualquier cosa por seguir viendo el brillo alegre en sus ojos, confiaba en ella tanto como para pasar por alto las ofensas que le hicieron sentir insignificante y malvado, no lastimaría al hermano de esta humana, pero tal vez le daría un par de mordiscos para que aprenda sobre reglas y jerarquías. 

—¿Sobre qué quieres hablar? 

Patrick se dio cuenta de que desde que quedaron solos había sonreído todo el tiempo, aclarando su voz, el calor en sus mejillas una marca, se obligó a verse serio. El corazón quería tomarla por la cintura y pegarla a su cuerpo tanto como averiguar a que sabían sus labios, pero la mente estaba enfocada en una tarea importante. 

—El Alfa Fire Heart me ha enviado un e-mail esta tarde, quiere una reunión. 

—¿Para qué? 

—Eso es lo que quiero saber, pero especificó que podía llevar un acompañante y quiero que vengas conmigo. 

Asombrada, sus ojos tan amplios que le causaron ternura, Tanya echó un vistazo a la casa y luego regresó a él. 

—¿Ahora, ya? ¿Por qué yo? 

Porque quería pasar más tiempo con ella... Además la reunión sería con la pareja Alfa de Fire Hearts, y él no quería quedar solo ahí mientras veía a otro Alfa joven felizmente vinculado a una mujer con la que estaría hasta envejecer. No es que fuera a mentir diciendo que Tanya era su pareja... 

Quería verse fuerte. 

—Sí, ahora y no he tenido tiempo para escoger a alguien. 

Mentira, desde que Evan Hatchet envió ese requisito, solo una persona cruzó por la mente del león. 

—Bien..., ¿debo cambiarme de ropa? 

Patrick aprovechó para mirarla con detalle, ella tenía un cuerpo tan fuerte, su complexión robusta como el de una leona, llevaba un pantalón cargo color verde oscuro, una camiseta de manga larga color vino y sobre ella un chaleco de mezclilla azul profundo, sus rizos iban atrapados en una coleta ajustada. 

—No, solo necesitas un ligero cambio. 

Tomando la liga negra, liberó la masa salvaje, rizos cayeron en una explosión, Patrick tenía ganas de hundir su rostro en ellos para que le hicieran cosquillas y esa paz que tanto necesitaba. 

—Me gusta cuando están sueltos. 

Al volver a ponerse frente a ella, Tanya tenía un rubor en las mejillas. 

—Gracias. 

—Andando, la reunión es en la guarida del Alfa. 

Echando un último vistazo a la casa matriz, Tanya dudó por última vez:

—Gala puede encargarse de la enfermería por unas horas, todo está tranquilo. 

Su expresión desconfiada le decía todo, sí, Patrick no debía asumir la calma completa de la coalición, los cambios bruscos podían aparecer en cualquier momento. 

—Los tigres pueden encargarse de cualquier emergencia que pase, yo puedo cuidarlos a distancia, los tengo aquí —con un dedo señaló su cabeza, donde estaba la red de vínculos incrustada en su cerebro como si fuera sus vías de conexión neuronales. 

—Bien. 

La insistencia del león por tomarle de la mano fue un pinchazo constante contra su piel, la mejor forma de llegar al territorio de los leopardos era por la frontera del norte, a poco más de trece kilómetros desde la Casa Matriz, llegar hasta allá les tomó una hora y media en todo terreno. Podría haber tomado menos si aumentaba la velocidad, pero le permitió admirar la belleza natural de los bosques solo para saciarse con esa frágil inocencia que a veces tenía en su mirada, ese sentido de admiración por algo tan delicado y común como un montón de árboles..., le hacía sentir afortunado de tener a alguien con esa forma de actuar, de pensar.