Buenos días desde: Corazón de tinta y alma de papel.
Hoy os contaré cómo se inició este amor a la lectura y la escritura.
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Cuándo era a penas una cría, mis juegos consistían en escribir los cuentos que no estaban a mí disposición y dibujar sus escenas. Luego cosía las hojas y con un cartón forrado de papel charol le hacía la portada. No debía tener más de ocho o nueve años cuando cree mi colección: Gusanito que lee.
Esta es una historia entrañable de la que entresaco que para mí tanto escribir, dibujar y después leer mis libros era todo un uno inseparable. Hoy ya de mayor sigo igual, aunque el dibujo si que lo tengo abandonado.
Puse mi alma en escribir y mi descanso en la lectura. Nunca hubiera escrito si la lectura no fuese mi gran pasión.
En aquella época en la que era una niña, a penas tenía libros disponibles. Recuerdo un día en casa de mi abuela que descubrí una maleta con unos cuantos libros, uno de taquigrafía, otro de economía y otro de inglés. Siete años tenía, deseché economía y taquigrafía y me sumergí en el inglés. Era capaz de leer cualquier cosa.
Una enciclopedia, mi primer libro en primaria, la primera vez que fui a una biblioteca, fueron los momentos más fascinantes de mi niñez, tanto que no puede llegar Septiembre sin que mis pasos me dirijan hasta cualquier papelería a aspirar el aroma que desprenden las libretas y libros.
Conclusión: La lectura y la escritura forman parte de mí desde mi niñez.
Mañana os contaré cómo pase de los cuentos infantiles a los relatos juveniles.