Abby.
Había llegado el día. Tenía mis maletas preparadas, estaba dispuesta a enfrentarme a mi pasado una vez más. Pero, lo que no estaba segura era de cómo iba a asimilar cualquier cosa, si Harry podía verme tan frágil, no sabía si se burlaría de mí, o si todo iría bien entre nosotros y había la suficiente confianza para todo eso.
Soy de llorar delante de pocas personas. La compañía de Harry me hace sentir bien y muy yo misma.
Pero, nunca fui una persona segura de sí misma. Supongo, que a veces por mi actitud parece que estoy segura de lo que hago en cada momento, y siempre intento tener las palabras correctas. Pero, la realidad es que tras toda esa fortaleza que muestro, se encuentra un gran y profundo vacío dentro de mí.
Recuerdo muchas noches en las que me acurrucaba en la ventana, desde que mi padre murió cuándo yo apenas tenía quince años. Mi vida se derrumbó, y me costó bastante sacar las asignaturas para adelante, continuas terapias, era cabezota, y estaba en contra de todo. La ansiedad se apoderaba de mí cada noche, y llegue a hacer cosas de las que un poco más y tal vez no estaría contando todo esto.
Y si lo sumamos a que ese mismo año, ya de por si tenía pocas amistades. Pero, era demasiado evidente, ¿quién iba a querer sentarte junto a una pobre desgraciada que acaba de perder a su padre? Uno de los pilares más importantes de su vida.
Nadie. Esa es la respuesta, porque las personas son así en las buenas, están mostrando interés por ti. Pero, cuándo toda marcha mal. Te dejan de lado y te excluyen de actividades, no tratan de comprenderte, simplemente se alejan lentamente.
**
Me desvelaba cada dos por tres, le daba la vuelta a la almohada continuamente. No podía pegar ojo, estaba nerviosa. Habían pasado tan solo dos meses, aunque a mí me había parecido una eternidad.
Sé que le conté a Harry sobre mi hermano, y me consoló. Pero no es lo mismo verlo en su estado, que contarlo. Y mi hermano es lo único que me queda, si no despierta. No sé si encontraría razones para seguir adelante.
Por otro lado, estoy emocionada por ver a Clary, la extraño mucho. Todos los días me acuerdo de ella y sus alocadas ideas.
Una vez casi me metí en un gran lío, por su culpa. Estuvimos castigadas en el aula de castigo, por un intento fallido de faltar a las clases. Se lo avise, pero ella me dijo: "No, Abby. Tranquila no pasará nada... ¿qué podría salir mal?".
Todo. Absolutamente todo.
Pero aun así la amo. Es la persona que ha permanecido a mi lado, tanto en lo bueno como en lo malo, hace dos años que la conozco. Sino fuera por ella, no hubiera sido capaz de asistir a la universidad en mis condiciones...
**
Al día siguiente una vez preparada me arreglo las cejas frente al espejo, me depilo, por encima del labio algunos pequeños pelos que han quedado. Luego cojo el pintalabios, para retocarme los labios, se ven carnosos y rojos.
Me puse una blusa roja, y luego ajusté mi pantalón negro. Cogí las botas marrones, del armario y me las puse.
Hoy todo iba a salir bien. Nada intercedería en mis planes, o eso esperaba.
-Abby, ¿ya te vas? -escucho que pregunta una voz soñolienta desde la cama. Era Skye. Se incorporaba lentamente, tenía unos pelos alborotados, seguramente habría dado vueltas toda la noche en la cama, como casi siempre.
-Sí. ¿Te he despertado? -pregunto preocupada y le doy una mirada de disculpa, ella niega con la cabeza y ríe sin humor.
Suspiro, aliviada.
-No sabía que te ibas hoy. Espero que tengáis un buen viaje-se levanta y corre a abrazarme. Yo le devuelvo el abrazo emocionada por el momento.
-Gracias- digo tomando su mano. -Te voy a echar de menos, compi.
-Y yo, pero nos veremos en unos días de nada. -dice despreocupada. -Cuidadito con Harry, y no os divirtáis demasiado.
Le fulmino con la mirada. - ¡Skye! No vamos a ... ni siquiera somos... -me trabo en mis palabras por la complicada situación en la que me encuentro.
-Solo bromeaba. -dice alzando una ceja y riéndose seguido. Luego va hacia su mesa de noche y coge algo-Pero, por si acaso. -me da una caja de condones. -Es mejor prevenir que curar, ya sabes...
-Skye, ya basta. Te estás pasando.
Mis mejillas se tornan de rojo al instante llena de furia, e impaciencia, me siento avergonzada por esta conversación.
Ella comprende que se ha pasado y su rostro cambia a uno más serio. -De acuerdo, perdona. Pero, por favor confía en mí. Aunque sea llévatelos, siempre es mejor tenerlos a mano. -dice intentando abrir mi maleta de mano para meterlos.
Yo trato de impedir que los meta, pero no lo logro. Y ella lo cierra con candado.
-Skye, dame la llave. No vamos a hacer nada. A penas lo conozco...
-Si, pero vas a llevarlo a tu casa. Va a conocer a tu familia, y tu ciudad natal. Tenéis confianza para todo eso y más, por lo que parece -dice divertida.
Suspiro alargadamente. -Eres terca, muy terca. Aunque dudo que hagamos nada, me los llevo. -ella sonríe victoriosa. -Solo para no escucharte más
-Sabía que lograría convencerte.
-Aunque, no te aseguro que te los devuelva. Tal vez, los tire en algún contenedor cercano. -ella pone los ojos en blanco ante mi comentario y resopla.
-Cuídalos, que, aunque ahora mismo no estoy necesitada de ellos. Nunca se sabe si en el futuro... -mira había la ventana sonriente y distraída. - Ya sabes, lo necesite...
Suelto una carcajada. Creo que esto ha girado hacia otro rumbo, y ahora estamos hablando de ella, y de su amigo cercano, novio en el pasado que le rompió el corazón.
- ¿Te refieres a ti y a Wyatt? -alzo las cejas con expresión divertida. Ella me mira negando. -Mientes fatal. Está clarísimo que hay algo más entre ustedes.
-No, claro que no. Me refería a cuando conozca a alguien que me guste de verdad. -aclara con un tono más serio.
#28672 en Novela romántica
#18173 en Otros
#2721 en Humor
amor, felicidad desafios apredizaje, humor amistad dolor perdida
Editado: 21.04.2021