Corazones perdidos en Paris

Capítulo 20: La Brecha

Las semanas que siguieron estuvieron cargadas de una tensión palpable entre Julian y Léa. En el set, las miradas robadas y los suspiros ahogados eran el pan de cada día. El equipo y el elenco habían notado el cambio en la dinámica entre los dos protagonistas, y muchos se preguntaban en voz baja si la historia de amor ficticia estaba empezando a superar la realidad.

 

Sofía, por su parte, sentía que algo estaba ocurriendo, pero no podía identificar qué era exactamente. Julian, temeroso de herirla, había optado por mantener en secreto su conversación con Léa y la propuesta de la relación abierta. Pero cada día que pasaba, se volvía más difícil ocultar sus verdaderos sentimientos y las tensiones que surgían de ellos.

 

La distancia entre Sofía y Julian crecía, como una brecha que se ensanchaba lentamente con cada día que pasaba. En sus momentos a solas, Sofía no podía evitar sentir una creciente inseguridad. Julian parecía distraído, sus pensamientos siempre en otro lugar. Ella intentaba acercarse, pero cada vez que lo hacía, sentía que él se alejaba aún más.

 

Una noche, después de un largo día de filmación, Sofía decidió enfrentar a Julian. Lo encontró en su pequeño balcón, mirando las luces parpadeantes de París. La ciudad parecía ajena a la tormenta interna que ambos estaban experimentando.

 

"Julian," comenzó Sofía, su voz suave pero firme. "Necesitamos hablar."

 

Julian se volvió hacia ella, su rostro reflejando una mezcla de cansancio y preocupación. "Lo sé, Sofía. Creo que hemos estado evitando esto por mucho tiempo."

 

Sofía se acercó, sus ojos buscando los de él, anhelando encontrar alguna señal de la conexión que una vez compartieron. "Siento que te estoy perdiendo, que algo se interpone entre nosotros. ¿Qué está pasando realmente?"

 

Julian suspiró, pasando una mano por su cabello en un gesto de frustración. "Es complicado, Sofía. Léa y yo... hemos estado tratando de resolver nuestros sentimientos. Pero creo que solo hemos creado más confusión."

 

Sofía sintió un nudo formarse en su garganta, pero se obligó a mantenerse firme. "¿Y qué hay de nosotros? ¿Dónde quedamos tú y yo en todo esto?"

 

Julian bajó la mirada, incapaz de sostener su mirada. "He sido injusto contigo, Sofía. No he sido completamente honesto. Léa sugirió que abriéramos nuestra relación, para que yo pudiera explorar lo que siento por ella sin dejarte a ti."

 

Sofía sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. "¿Abrir nuestra relación? ¿Julian, cómo pudiste considerar algo así sin hablarlo conmigo primero?"

 

Julian levantó la mirada, sus ojos llenos de remordimiento. "No quería herirte, Sofía. No sabía cómo manejar todo esto. Pero ahora me doy cuenta de que he hecho todo mal."

 

Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Sofía, pero ella se obligó a mantener la calma. "Julian, siempre he creído en la honestidad y en enfrentar los problemas juntos. Pero esto... esto es demasiado."

 

Julian dio un paso hacia ella, su mano extendida en un gesto de súplica. "Sofía, por favor, no quiero perderte. Sé que he cometido errores, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para arreglar esto."

 

Sofía tomó una profunda respiración, tratando de contener sus emociones. "Julian, necesito tiempo para procesar todo esto. Necesito saber si realmente podemos superar esto juntos o si la brecha entre nosotros ya es demasiado grande."

 

Julian asintió lentamente, sus ojos llenos de arrepentimiento. "Lo entiendo, Sofía. Tómate el tiempo que necesites. Solo quiero que sepas que te amo y que estoy dispuesto a luchar por nosotros."

 

Sofía asintió, sintiendo que una decisión difícil estaba por delante. Sabía que el camino no sería fácil, pero también sabía que debía tomarlo para descubrir la verdad sobre sus sentimientos y el futuro de su relación con Julian.

 

Mientras la noche parisina envolvía el balcón, ambos se quedaron en silencio, sumidos en sus propios pensamientos, conscientes de que el amor verdadero requiere más que solo palabras. Requiere acciones, decisiones y la valentía de enfrentar incluso las verdades más dolorosas.




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