Capítulo 25: Verdades al descubierto

Al amanecer, el bullicio de París se hizo presente con vendedores ambulantes anunciando sus productos, turistas emocionados capturando cada momento, y el sonido rítmico de los carros en las calles empedradas. En medio de este vibrante mosaico urbano, Julian decidió enfrentar la situación con Sofía, sabiendo que la verdad no podía esperar más.

En un pequeño y encantador café en Le Marais, Sofía esperaba a Julian. Había escogido una mesa alejada, con vista a la calle, donde la luz del día se filtraba a través de las cortinas de encaje, creando patrones delicados en la mesa. Tomó un sorbo de su café au lait, el aroma reconfortante del café llenando el aire mientras se perdía en sus pensamientos. Sus ojos seguían los movimientos de los transeúntes, pero su mente estaba fija en la conversación pendiente con Julian, anticipando las palabras que cambiarían todo.

Julian llegó, su figura alta y delgada destacándose entre la multitud. Al ver a Sofía, su corazón latió con fuerza, sabiendo que lo que estaba por decir podría cambiar sus vidas para siempre. Caminó hacia ella, sintiendo cada paso como una eternidad, hasta que finalmente se sentó frente a ella.

Sofía lo miró a los ojos, su expresión serena pero curiosa. "Julian, ¿qué pasa? Pareces preocupado," dijo, su voz suave pero firme.

Julian tomó un profundo respiro, sabiendo que no había vuelta atrás. "Sofía, hay algo de lo que tenemos que hablar. Algo que he estado posponiendo, pero ya no puedo hacerlo más."

La expresión de Sofía cambió, una sombra de preocupación cruzando por su rostro. "¿De qué se trata, Julian?"

Respirando profundamente, Julian confesó: "A pesar de todo, aún siento algo por Léa. Es una conexión que nunca desapareció por completo. Pero te amo, y no quiero perderte."

Las palabras de Julian pesaron en el aire, creando una tensión palpable que parecía detener el tiempo. Sofía tardó un momento en procesar lo que escuchaba, su mirada clavada en él, tratando de comprender la magnitud de su confesión.

"Julian, merezco honestidad, no medias verdades," respondió finalmente, su voz temblando ligeramente pero firme. "¿Qué pasó realmente entre tú y Léa en el set?"

Julian bajó la mirada, sintiendo el peso de sus propias acciones. "En el set, la cercanía con Léa reavivó viejos sentimientos. Hubo momentos en los que nos dejamos llevar por la nostalgia, y sí, hubo besos, abrazos que significaban más de lo que debían. Pero nunca cruzamos la línea más allá de eso. Sin embargo, esos momentos fueron suficientes para darme cuenta de que la conexión entre nosotros no había desaparecido."

Sofía apretó los labios, luchando por mantener la compostura mientras la verdad la golpeaba con fuerza. "Julian, ¿cómo esperas que confíe en ti después de esto? Me has ocultado algo tan importante, algo que me afecta profundamente."

Julian alargó una mano, intentando alcanzar la de Sofía, pero ella la retiró, su mirada firme y herida. "Sé que te he fallado, Sofía. Sé que esto es difícil de perdonar. Pero te prometo que quiero arreglar las cosas, que quiero ser completamente honesto de ahora en adelante."

Sofía tomó un largo y tembloroso respiro. "La confianza no se recupera con promesas, Julian. Se gana con acciones. Necesito tiempo para procesar esto, para decidir si puedo seguir adelante contigo después de todo lo que has hecho."

Julian asintió lentamente, entendiendo la profundidad de su dolor. "Tomate el tiempo que necesites, Sofía. Haré todo lo posible para demostrarte que soy digno de tu confianza."

El bullicio de París continuaba afuera del café, indiferente a la tormenta emocional que se desataba en su interior. Mientras la luz del día se filtraba por las cortinas de encaje, Julian y Sofía se enfrentaron a la cruda realidad de sus sentimientos y decisiones, sabiendo que el camino hacia adelante sería largo y difícil, pero necesario para encontrar la verdad y la redención.

Esa tarde, Léa recibió una llamada de Sofía. "Necesitamos hablar," dijo Sofía con determinación, su voz clara y resuelta.

Las dos mujeres se encontraron en un jardín escondido en Montmartre, un rincón de tranquilidad en medio del bullicio de París. Rodeadas de rosas en pleno florecimiento y el aroma dulce de los jazmines, enfrentaron la situación bajo un cielo que prometía respuestas.

Léa llegó primero, sus pasos ligeros sobre el camino de grava, hasta encontrar un banco bajo un rosal trepador. Sofía llegó poco después, su presencia firme pero serena, llevando consigo un aire de resolución.

"Gracias por venir," dijo Sofía, rompiendo el silencio mientras se sentaba frente a Léa. El sonido de sus palabras se mezcló con el susurro del viento entre las flores.

Léa asintió, sus ojos encontrándose con los de Sofía. "Sabía que este momento llegaría," respondió con una mezcla de aceptación y preocupación en su voz.

Sofía tomó un respiro profundo, inhalando el aroma de los jazmines antes de hablar. "Julian me ha contado todo. Lo que pasó entre ustedes en el set, lo que aún siente por ti. Necesito entender, necesito saber cómo llegamos hasta aquí."

Léa cerró los ojos un instante, recordando cada detalle de los últimos meses. "Sofía, nunca fue mi intención lastimarte. Julian y yo tenemos una historia complicada, y cuando nos reencontramos en el set, fue como si esos sentimientos nunca se hubieran ido. Pero eso no excusa lo que hicimos, ni lo que sentimos."

Sofía la miró fijamente, sus ojos buscando alguna señal de verdad en las palabras de Léa. "Lo que más me duele es la falta de honestidad. Me merecía saber lo que estaba pasando. No quiero ser la persona atrapada en medio de un amor que no me incluye completamente."

Léa tragó saliva, sintiendo el peso de la culpa. "Tienes razón, y lamento profundamente no haber sido honesta desde el principio. Pero quiero que sepas que mis intenciones no eran egoístas. Pensé que podríamos encontrar una solución que funcionara para todos. Ahora veo lo ingenua que fui."