Correr hacia ti

Capítulo 4. Halley.

 

La alarma se cansó de sonar pero fue como a las seis de la mañana que se despertó medio  desorientado, al ver la hora su corazón dio un brinco. Agarró apurado con una mano los zapatos y bajó por las escaleras deprisa, abrió el refrigerador y tomó la vasija con comida, se echó apurado agua en la cara abriendo la pluma de la cocina y se fue hacia su auto. Estaba atrasado para el primer turno de clases. Encendió el auto. A lo lejos vio a Camila  montándose en el autobús que  la dejaría cerca de la escuela. Sonrió con ternura al verla subir y supo que le echaría de menos. Condujo rápidamente mientras de su cabeza no salía la chica. 
Caminaba hacia el salón del doctor Kindle. Igual llegó tarde pues se topó con un poco de tráfico. Entró agazapado para pasar desapercibido y se sentó en un espacio vacío al final. Sin dudas esta era una de las asignaturas que más le gustaban, "Derecho Penal". Este profesor había sido uno de los fiscales con mas prestigio del estado, se había jubilado como fiscal y se dedicó a enseñar a los más jóvenes. Hablaba desde su experiencia y vivencias personales. Al concluir la asignatura mientras los alumnos se iban marchando, se entretuvo recogiendo las libretas para guardarlas en la mochila, Kevin se sentó a su lado y le preguntaba por qué había llegado tarde, que incluso hasta el dr Kindle había notado su ausencia. El joven se justificó como pudo, no convenciendo del todo a su amigo que se imaginaba lo que pasaba por su cabeza. Halley apareció y captó toda la atención del muchacho. Ella además de hermosa era una mujer muy sensual y tenía este espíritu embobecedor sobre los hombres. Él la había intentado conquistar hace unos meses atrás pero ella lo estaba probando para ver si era sincero y si lograba ser fiel. No estaba dispuesta a ser una más y se daba mucha importancia. Le gustaba ser deseada por los hombres y el centro de atención; que dijeran que lo tenía comiendo en la palma de su mano era una sensación muy agradable, saber que esa manzana era sólo de ella. Por primera vez Dereck no sintió su corazón acelerarse  pero no le dio importancia alguna al síntoma. Lo saludó de lejos y con su mirada seductora le recordó su cita; sin más se alejó acompañada de unas amigas. Kevin no la soportaba, la sentía tan falsa y tan arrogante que la llamaba la "víbora".
—¿ Vas a ir?—preguntó curioso.
—No lo sé — respondió encogiéndose de hombros.
—Bueno... Si no quieres que se enoje no te queda de otra. — aseguró con un tonito en la voz que incomodó al Dereck.
—¿Por qué eres así con ella?—le preguntó en un susurro molesto.
—¿La verdad?...
Su amigo asintió esperando la respuesta.
—Porque es una zorra—afirmó poniendo más tensa la situación— te exige que seas como un cura pero ella no se cansa de provocar a los hombres.
Dereck frunció el ceño como recapacitando en las palabras de su amigo. Kevin le dio unas palmadas en la espalda para animarlo después de leer un sms que le llegó al móvil y fue al encuentro de su novia que lo estaba esperando en el patio.
Halley sorprendió a Dereck en el pasillo con su encantadora sonrisa. Él la observó detenidamente y se preguntó qué otra cosa le gustaba de ella aparte de su físico pues en realidad no la conocía lo suficiente; aunque bueno, él nunca tuvo la intención de tener una relación seria, sólo quería divertirse hasta que llegara el punto de que lo asfixiara y al fin terminar dejándola. Pero la astuta chica le viró la torta y lo tenía enredado, tanto que hasta él mismo se sorprendía de que hacía como dos meses que se portaba "bien". Antes ninguna relación le había durado más de dos semanas, no quería comprometerse y las mujeres a toda costa deseaban amarrarlo y bueno.... al final estaba permitiéndole a Halley ponerle una correa. ¿Por qué no? Sus padres querían verlo sentar cabeza y comprometerse, a pesar de ser aún tan joven y Kevin le repetía que amar a la mujer adecuada era vivir en un paraíso pues así él se sentia junto a su novia; aceptaba sus consejos porque a diferencia de él, Kevin sí sabía amar y serle fiel a una sola mujer e incluso soñaba con boda para después de graduarse, pero entonces, tuvo una duda... Halley no le hacía sentirse en un paraíso, de eso estaba seguro ¿Pero por qué no intentarlo?, ¿por qué no darle un chance y ver si se podría realmente enamorar, si podría llegar a sentir lo que significa amar y así experimentar aquello de lo que le hablaba su amigo?
Halley le pidió que la recogiera en su casa, era la primera vez que le daba la oportunidad de pasar por ella, caminaron juntos por un largo pasillo hasta que teniendo que tomar caminos diferentes la joven se despidió dandole por primera vez un beso en los labios. Dereck experimentaba una gran confusión, aquel suave roce con los labios de ella no era lo que tanto había imaginado, no ocasionó en él los famosos fuegos artificiales ¿Quizás porque iban de forma lenta? Eran muchos sus pensamientos pero sacó de su mente todo lo que no tenía que ver con su carrera y sus estudios.
En la tarde caminó hacia la Biblioteca que estaba situada a doscientos cincuenta metros al suroeste del campus. Le gustaba pasar el tiempo leyendo, sus padres propiciaron en él el amor por los libros. Abrió su mochila para sacar una libreta y bolígrafos para hacer unos apuntes y entonces sonrió al ver el libro infantil que Camila le había prestado. Lo puso sobre la mesa y dejando sus quehaceres a un lado se introdujo en la aventuras de ese niño tan travieso y la chica se instaló por mucho tiempo  en sus pensamientos. 
Pasó por Halley como a las siete de la noche, vivía en un suburbio llamado Glober Park que estaba a unos pocos kilómetros de la facultad. Fueron a una fiesta de una amiga de la chica. Había un mundo de diferencia entre ambos. Se dedicó a observar a Halley y cómo se comportaba en su ambiente y descubrió que Kevin la había calado de maravilla, sí que le gustaba provocar a los hombres pero eso ni le molestaba, otro síntoma que ignoraba. En la fiesta aparecieron algunas chicas que habían formado parte del pasado del joven. Una de ellas se le acercó y lo intentó seducir pero él coquetamente y con mucha simpatía se negó. Halley obsevaba de lejos y al ver que la rechazó se acercó orgullosa y en frente de la susodicha lo besó en los labios, la miró con una sonrisa y dándole la mano se lo llevó hacia otra de las mesas. Lo atrapó envolviendo las manos masculinas entre las suyas, hasta él se sorprendió pero no lo dio a demostrar, que esa chica que antes había sido una debilidad para él, le era ahora casi indiferente por lo fácil que era resistirse ante la tentación y sin saber por qué... se sintió orgulloso.




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