Correr hacia ti

Capitulo 12. Los celos.

 

Al llegar Dereck lo primero que hizo fue aparcar frente a la casa de Camila y contento se bajó del auto para correr al encuentro de la joven, le echaba de menos y quería poder estar junto a ella. Su sonrisa desapareció al ver a Rafael saliendo con ella de un costado de la casa, y para colmo, ambos muy risueños. Eso fue para él como un cubo de agua fría. Se quedó ahí parado mientras mostraba evidente incomodidad, cosa que Rafael notó y comprendió. Camila, cuyo corazón se había acelerado al verlo, decidió ser natural y los presentó y fue entonces que Dereck supo que ese era el "amigo" de la bicicleta, se dieron un apretón de manos bien fuerte y serio. Luego Rafael se acercó a Camila y se despidió besando su mejilla para luego mirar burlón a Dereck y marcharse muy fresco. Obvio que este se incomodó aún más pero se mostró apacible. Después que desapareció de su vista, el joven se volvió a la chica con ira en su mirada. La agarró por el brazo y la entró para la casa a la fuerza y la sentó de golpe en el sofá. Camila, estupefacta ante tal temperamento, pero encantada en el fondo,  preguntó inocentemente. 
—¿Qué te ocurre? ¿Por qué estás tan agresivo?
—No me gusta ese hombre.
—¿Te refieres a Rafael?
—¿Acaso hay algún otro? —La mirada fulminante del hombre no admitía réplicas. Camila entonces sonrió.
—¿Estás celoso?—Le preguntó alzando una ceja. Dereck se revolvió.
—Sólo quiero cuidarte—aseguró rápidamente. 
—¡No me cuides de Rafael, oh no— se apuró en decir— de él no quiero que me cuides— rió de una manera que redobló el furor del joven.
—¡Pero si él es el peligro aquí!—exclamó con voz alterada.
—¿Peligro dices? ¡Es sólo un amigo!
—Qué amigo de qué... ¿Acaso eres así de ingenua? Ese hombre no me agrada y te lo advierto, apártate de él...
Camila disfrutaba sus celos hasta que recordó a su 'novia' y se incomodó, poniéndose en pie para quedar frente a frente a él. Tenía el rostro encendido.
—¡¡Preocúpate mejor por tu novia!! Yo soy amiga de quien yo quiera y a mí qué me importa que tenga intenciones conmigo, soy una mujer libre y él es un hombre bien atractivo y además soltero!! 

Dereck se quedó en una pieza al escucharla. 
—¿De dónde sacaste que tengo novia?—preguntó sorprendido obviando lo demás, pues sabía que sólo lo había dicho para molestarlo y bien que fue así.

 —Me lo dijo ella— respondió Camila respirando fuerte— ¿cómo es que dijo que se llamaba?... Aaah, sí... Halley.
Dereck volvió a mostrar enfado y sorpresa a la vez.

 —¿Qué?— se puso en pie sin poderlo creer—¿Cuándo hablaste con ella?
—Eso no importa ahora—la chica bajó la mirada decepcionada, también un poco avergonzada y se sentó nuevamente.
Dereck se calmó y se sentó junto a ella al rato otra vez.
—No sé qué te habrá dicho ella, ni cómo fue que pudo hablar contigo pero te garantizo que ella y yo nunca hemos tenido nada. Te pido disculpas si te hizo sentir mal.
Camila se revolvió nerviosa. ¿Él le pedía disculpas? ¿Acaso le importaba lo que ella pudiera pensar?
—¿Y por qué me dices eso?— lo miró de una manera que lo extremeció— somos amigos ¿recuerdas? Si tienes novia o no, no es mi problema. 
Él asintió sin quitarle los ojos de encima.
—Pero aun así...— insistió— no quiero que te quedes pensando que estoy con alguien... y... bueno... soy soltero, ¿escuchas?... bien soltero.
Camila se sonrojó y cambió la dirección de su mirada hacia el suelo. Dereck sintió grandes deseos de besarla y envolverla entre sus brazos pero se reprimió.
—Aún sigue sin gustarme el Rafael ese.—Dijo al cabo de un molesto y significativo silencio. 
Ella sonrió por primera  vez recostándose nuevamente del sofá.
—Está bien— murmuró al fin, ya harta de pelear— tendré cuidado. Voy a hacerte caso— hizo un gesto de resignación.
Dereck se sintió más seguro y la animó.
—Anda, que te debo de llevar hasta el orfanato.
Ella se levantó y fue a recoger sus cosas. Dereck se quedó maquinando en cómo Halley pudo contactar con ella. "Seguro por eso decidió irse de la casa" pensó. Tomó su móvil y buscó entre los registros, sin embargo no había nada sospechoso, pero aun así necesitaba hablar con Halley, después de esto ya no quería pensarlo más, se había decidido por Camila,  estaba enamorado y no pensaba seguirlo negando y mucho menos luchar contra los sentimientos más hermosos que hubo tenido alguna vez. Cuando la chica bajó la llevó hasta el orfanato, tuvo que detenerse a mitad del camino ya que Camila tenía deseos de vomitar, bajó la ventanilla para que respirara en quietud. Se quedaron un buen rato allí. Cansándose de esperar le pidió que entrara para continuar el viaje pero ella se resistió. A pesar de eso, él le exigió que entrara y se sentara, ella así lo hizo y después de andar unos cinco minutos tuvo que detenerse otra vez ya que  los deseos regresaron aún más fuertes. Salieron juntos del auto y se sentaron en la raíz de un árbol y allí él la sostuvo mientras le acariciaba el cabello y ella se recuperaba. 
—¿Ya te sientes mejor? —Le preguntó al escucharla respirar más tranquila. Camila forzó una sonrisa y se quedó pegada a su cuerpo.
—Todo me da vueltas— fue su respuesta.
Dereck aprovechó la oportunidad y la contuvo entre sus brazos en tanto ambos palpitaban de ansiedad. Lo más emocionante de todo para él era que esta chica merecía un trato muy diferente al que usualmente usaba. Nada de besos repentinos ni caricias osadas. 
—Ya va a pasar— fueron sus palabras de consuelo, intentando librarse de sus pensamientos.
Camila sintió su corazón estallar con tanta proximidad, al sentir los latidos del hombre, y sentir el roce con su piel... Algo completamente nuevo para ella. Se apartó después de un rato y se acomodó el cabello.
—Ya estoy mejor— dijo entonces con una sonrisa.
—Entonces sigamos.
Adentro de nuevo reanudaron la marcha y en unos diez minutos llegaron a su destino. Ella se bajó y tomó su mochila.
—Nos vemos luego— fue la despedida de la chica. Le dio la espalda y continuó su marcha cabizbaja, no tanto por el malestar, sino por todo el cúmulo de emociones que hacían presa de ella.
—Espera!
Se volteó ante la llamada repentina de Dereck, que salió del auto y se acercó a ella.
—Entraré contigo.— Le dijo. Asintió y dio la vuelta pero él la volvió a llamar.—No me gusta que estés así conmigo— se quejó al llegar a su lado. 
—Disculpa— reconoció —me pasé la semana incómoda, no porque tengas novia— aclaró nerviosa— sólo porque no me hayas dicho.
Dereck sonrió.
—Boba... Después quiero saber qué te dijo ella y cómo fue, tengo que regañarla por estar inventando cosas y por molestarte.
— No— lo interrumpió—no hagas eso por favor— casi le rogó— deja las cosas así.
—¡Pero no puedo permitírselo! Volverá a hacerlo cada vez que se le ocurra. 
—Si lo hizo es porque se sentía con derecho, quizás le diste esperanza, o un motivo... eres un chico atractivo, quizás le sonreíste de más...— El joven no supo qué responder. —Pero eso no importa, somos amigos— continuó ella— lo que me molestó era el hecho de que no me lo hubieses dicho.
—Y ese Rafael...
—¿Qué con él? 
— ¿Le has dado algún derecho o alguna esperanza?
—¿Qué?—ahora él estaba virando las cosas—¡No!— fue la firme respuesta de la chica— sólo somos conocidos, coincidimos en el autobús y él me ayudó en una ocasión y nos hicimos amigos. Él es muy divertido pero si te refieres a darle esperanzas para tener otro tipo de relación con él... puedes estar seguro que no.
—Mejor así— Dereck pareció satisfecho— no me agrada.
Camila lo miró.
—Pero a mí sí.
—Mira— le habló serio en tono autoritario— no conoces a los hombres, puede parecer una ovejita pero tiene ojos de lobo y lo único que quiere es devorarte... de eso sí que me di cuenta.
—¿Devorarme?¿Pero qué dices? ¿A qué te refieres con devorarme? No lo conoces para hablar así de él.
Dereck levantó una ceja, de verdad ella no sabía lo que significaba, entonces recordó a Clara cuando le pidió que la cuidara, que era demasiado inocente.
—Créeme, conozco bien el instinto masculino, y si te advierto debes tomar precaución, pues sélo que digo. 
Camila comenzó a reír de pura histeria y detuvo la conversación. "Claro que lo sabía " pensó. 
—Dejemos esta charla de consejería para después, entremos de una vez.
—Espera— él la detuvo nuevamente— No me estés evadiendo el tema.
— Uff Dereck, ¿qué quieres que haga?
— Que cortes esa absurda amistad que tienes con él.— Le exigió y ella tembló al mirar sus labios carnosos y deseables.
—¿Pero por qué?— Se atrevió a preguntar aún una vez.
—Porque me da la gana. —Fue esta vez la áspera respuesta. 
—¿Te estás oyendo?— le reclamó pasmada— Pareces mi padre o mi marido y no eres ninguno de los dos.
—Pero puedo llegar a convertirme en uno de los dos.
Camila sintió un temblor al escucharlo y sonrió otra vez histérica.
—Mejor entremos ¿sí?
Dereck la tomó por la muñeca y la miró por unos segundos considerando abrazarla o no pero desistió, si lo hacía no se podría contener y no quería estropearlo. ¿Acaso el lobo era él? Un momento después, atravesaron juntos las puertas del edificio.




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