Correr hacia ti

Capítulo 24. La perdí pero la recuperaré.

 

—¿Quién es tan temprano?— Sin abrir los ojos, Dereck estiró el brazo tanteando sobre la mesita de noche para alcanzar el celular que sonaba frenéticamente. Camila se revolvió y lo abrazó más fuerte. Finalmente lo tuvo y lo acercó con fastidio a su oído. —¿Qué pasa? —La voz del otro lado tuvo la virtud de hacerlo incorporarse. —¡¿Qué?!

 La chica abrió los ojos y se sentó, prestando atención. 

—¿Qué es, mi amor?— Le preguntó pero él le hizo un gesto mientras escuchaba con el ceño fruncido lo que le decían del otro lado de la línea y por lo visto, no era nada bueno. Cuando cortó, se levantó de un salto y Camila lo siguió. —¿Qué sucede Dereck? Por favor, dime de una vez. 

Él se dio la vuelta al escucharla e intentó sonreír a la vez que fijaba en ella su mirada profunda. 

—Tengo que salir ahora y lo resolveré, no te preocupes... 

—¡Pero no me dices de qué se trata!—protestó ella cortándole— no soy una niña, ya no; y tengo derecho a saber lo que sea.

Dereck suspiró y reconoció que tenía razón. No podía seguir manteniéndola al margen de lo que estaba ocurriendo. Ella tenía que saber. 

—Me acaba de llamar Donovan—era el abogado que les había casado— hay una petición formal para anular nuestro matrimonio. 

—Pero... no entiendo— la joven se estrujó las manos en tanto recordaba las amenazas de su padre— quién... 

—Tu padre—contestó él sin titubear— ha presentado tu inscripción de nacimiento donde apareces como menor de edad y eso es suficiente para que nuestro matrimonio sea considerado ilegal. 

—¡Pero no es cierto! ¡Es un error! 

—Lo sé—Dereck la abrazó al ver su estado— y por eso lo voy a resolver. 

—Pero... cómo? 

—Haré una contrademanda y mientras haya litigio no podrán hacer la anulación. Con eso ganamos tiempo. Conseguiremos tu inscripción original y demandaré a tu padre por fraude. 

—No quiero hacerle daño. —Gimoteó la chica. 

—Ojalá pudiera evitarse pero es él quien quiere dañarnos... sobre todo a ti que eres su hija y tú no tienes idea con quién está conspirando. 

Camila lo miró asombrada y esperó sin respirar su revelación pero en ese momento, comenzaron a llamar afuera. Dereck se vistió rápidamente con un piyama y corrió abajo. Ella se puso una bata y lo siguió. Kevin estaba parado en el marco de la puerta que Dereck aún sostenía. 

—Su matrimonio está bajo petición de anulación— soltó haciendo que su amigo apretara los puños y mostrara una ira que asustó a la chica. El muchacho sabía que ya sabía e ignorando su reacción continuó— el señor Thompson alega que su hija es menor de edad y se casó bajo coacción sin su consentimiento. 

—¡¡¿Quée?!!!—gritó Camila sin entender mucho y volviéndose a Dereck— ¿De qué habla? 

—Cálmate, ya te expliqué... pero a ese idiota... ¡lo mato!!!— vociferó mas su amigo lo detuvo por el brazo. 

—¿A dónde vas tú? Ya Eduard presentó la contrademanda, no podrán hacer nada por el momento. 

—Holaaa!— Camila movió los brazos frente a ambos hombres—alguien me debe una explicación... yo no entiendo nada de lo que pasa y es sobre mí!  

—Ya te explico—la calmó Kevin— pero conociendo a este sé que es capaz de matar a ese hombre si no lo detengo. 

—¿A mi padre? —Ella miró a su marido con tristeza. 

—¿Acaso no sabes?—Kevin la miró con auténtico asombro y luego se volvió a su amigo— ¿no le has dicho? 

—¿Decirme qué?

 Ahora sí que Camila estaba al borde del colapso y Dereck tuvo que sostenerla y conducirla al sofá. Ella comenzó a llorar mientras él intentó calmarla inútilmente. 

—Te lo diré todo— le dijo repetidas veces—no lo hice porque quería protegerte. 

—No puedo creer que me estuvieras ocultando cosas.—Se quejó ella.

—Te amo preciosa... no tienes idea de lo que tu padre ha planeado en tu contra y yo no lo podía permitir. Esa fue una de las razones para casarme contigo. 

—¿Protegerme? ¿Entonces no lo hiciste porque me amas? Explotó mirando a Dereck muy enojada ahora. 

—Claro que fue porque te amo!—gritó el joven— por eso acepté hacerlo. Quiero cuidarte y apartarte de ese maldito para siempre. 

—¿De mi padre? 

—También... pero sobre todo de ese Rafael miserable.

—¿Rafael?—ella cada vez entendía menos— ¿qué tiene él que ver con todo esto? 

—Oh hermano... haz armado un buen embrollo al no decirle todo desde el principio. —Kevin se sentó entre ellos, apartándolos uno del otro. —Ve a vestirte que tenemos que irnos al bufete— le pidió a su amigo— yo me encargo de explicarle todo a Camila, ¿está bien? 

El joven asintió y luego de dirigirle una mirada de disculpas a su mujer, subió.

Camila finalmente tuvo dominio de lo que su padre había hecho. Literalmente la vendió a un hombre pero... ¿Rafael? ¿Cómo era posible que fuera esa clase de persona? Era incluso peor de lo que Dereck le dijo, y tembló al imaginar que pudiera salirse con la suya, pero Kevin la tranquilizó. Cuando su esposo bajó, todo enojo o decepción habían huido de ella. Kevin dijo que lo esperaría en el auto y salió. Entonces se acercó a él y lo abrazó tan fuerte como pudo. Dereck besó su cabello repetidas y le pidió que confiara en él. 

—Te prometo que resolveré esto y estaremos bien. ¿Me crees?

Apartó su rostro para mirarla y ella asintió antes de besarlo con toda su alma. 

—Te esperaré aquí— le dijo quedamente—no tardes demasiado. 

—No lo haré. 

El joven abandonó la casa cerrando tras de sí. Ella entonces tomó el celular y llamó a su padre con insistencia pero fue inútil, él no respondió. Mientras decidía qué hacer, unos nuevos toques en la puerta la sorprendieron. Temió que fuera Rafael y corrió escaleras arriba para vestirse. Los toques se repitieron con insistencia y Emmett no dejaba de ladrar. Al fin bajó resuelta y abrió. Frente a ella estaba su padre.

 —Hablemos.—Le dijo y entró sin esperar ser invitado. La chica lo enfrentó con la mirada impidiéndole hablar cuando comenzó a hacerlo. 




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