Capitulo 28. Separados.

—Te pedí que no salieras— protestó Dereck al ver allí a Camila y Kevin la saludó. La chica acopió fuerzas, debía ser ahora. 

—Tenemos que hablar. —Le dijo con un leve temblor en la voz. 

Kevin se alejó y el joven se sentó a su lado. 

—¿Sucedió algo?— Inquirió notando algo muy extraño.

 Ella bajó la mirada y sus ojos se inundaron de lágrimas impidiéndole hablar.
—¿Qué te pasa Camila?— Dereck se sintió confuso, estaban tan bien antes que saliera a por su amigo que no lograba entender —¿ocurrió algo en mi ausencia? 

—Perdóname...— logró al fin decir ella— pero debemos detenernos ahora... 

Él la miró y frunció el ceño entendiendo menos.

 —¿Qué dices? 

—Debes volver a América... yo... yo... debo quedarme. 

—¡¿Qué...?!— Dereck se levantó de un salto y soltó una risotada.—¿Esto es una broma? Claro... no puede ser otra cosa que eso... déjalo ya y entremos... —Extendió su mano para ayudarla a ponerse en pie pero ella lo rechazó vivamente.—Para ya Camila—advirtió molesto—no es gracioso...
Ella no se atrevía a mirarle, ¿cómo podría hacerlo? Él respiró profundo; no era idiota, sabía que algo ocurría. 

—Mírame — le pidió con dulzura, sentándose otra vez— mírame Camila... dime de qué se trata todo esto. Puedes decirme lo que sea. 

Ella negó. Se encontraba al borde de un ataque de nervios y sabía que él jamás creería el cuentito de que no le amaba en realidad y bla bla bla. Por eso se puso en pie dispuesta a tratarlo tan mal que no quisiera verla nunca más. 

—No quiero pasar por esto—comenzó a decir— estoy enamorada de ti pero no quiero pasar por esto.

 Dereck se levantó y tomó su rostro entre sus manos secando sus lágrimas. 

—¿Qué te dijeron para que digas eso?¿piensas que te creo? ¿Tu padre al fin nos encontró? Eres ingenua, el contrato que firmó es ilegal, no tienes que tener miedo de lo que sea que te haya dicho, confía en mí, ya todo está resuelto y yo te voy a proteger. 

Ella quitó sus manos de su rostro y lo miró. Debía actuar mejor, claro que no le creía. 

—No quiero seguir con esto... nadie me está obligando, esta decisión es mía y sólo mía—comenzó a elevar el tono de voz conforme la imagen odiosa de Rafael aparecía en su mente y la hacía enfurecer—mi padre me encontró y vino a hablarme. El tiene razón, te conoce desde siempre y dice que siempre comienzas entusiasmado y luego te aburres. No quiero estar ahí cuando llegue ese momento... lo nuestro fue un error... y cuando miras bien no tenemos mucho en común, hay un abismo entre nosotros que nos separa... fue hermoso... pero debemos tomar caminos diferentes ahora, no desequilibres tu vida por mí... no es justo para ti! 

—Camila...— Dereck luchaba para no enojarse, ella no sabía lo que decía. La chica continuó enardecida. 

—Me voy a quedar con mi padre una temporada así que eres libre. 

—¡Basta ya!—el joven dio un golpe en la pared y sus ojos relampaguearon— deja de decir estupideces, te he demostrado que te amo y he resuelto todo este asunto por ti!—gritó—vine aquí por ti y tu maldito padre no me conoce en absoluto... ¿por qué te comportas como si le creyeras a un tipo que te vendió por unos euros para salvar su empresa?...

Sin saber de dónde sacó el valor, ella le dio una bofetada haciéndole callar de golpe. Dereck se llevó una mano al rostro mientras la miraba de una manera que ella jamás había visto. El corazón de la chica se rompió y supo en ese instante que ya no había marcha atrás y que ya lo había perdido. 

—¿Estás... loca?— Preguntó él con voz quebrada y los ojos húmedos—¿Qué has hecho... Camila? 

—Por favor Dereck!— lo miró con el rostro encendido sintiendo que no podría soportarlo mucho más, si no lo acababa pronto iba a colapsar allí mismo frente a él— no es que me quieras tanto, cuando pase un tiempo me olvidarás, ya lo verás, y yo sólo seré un capítulo más en tu historia. 

El joven no soportó más y mostró evidente enojo. 

—¿Acaso dudas de lo que te he demostrado? ¿Piensas que todo esto ha sido mentira? ¡Pero mujer, te entregué mi corazón y créeme que no me arrepiento!!!
—Dudo de ti y también de mí... de no amarte lo suficiente como para aferrarte a mí... sufrirás mucho a mi lado... todo es complicado... por favor, déjame ir, regresa a casa con tu amigo que yo decidí quedarme aquí... 

—Me golpeaste—eso al joven le había dolido más que nada— porque dije la verdad acerca de tu padre... y todo lo que he hecho por ti no te importa. 

Camila se sintió perdida. Él no se enojaba lo suficiente y no iba a soportar verlo roto delante de ella y ya se había quedado sin argumentos. 

—Si te vas me matarás. —Le escuchó decir con voz ronca. 

—Lo siento. Yo siento que esto es lo correcto. Vete y olvida que existo. 

—¿Con qué te amenazaron para que hicieras esto Camila... 

—¡Nadie me amenazó! Mi padre me hizo entender. 

—¡Mentira! ¡Tú me amas y confías en mí! ¡Nadie cambia en unas horas y no te creo nada!! 

—Pues igual esto se acabó. —Salió corriendo en dirección al auto de aquel tipo que la esperaba al doblar de la esquina pero Dereck la alcanzó y la volvió a él con fuerza. 

—Esto no ha acabado... —Le dijo sacudiéndola mientras ella lloraba e intentaba librarse. 

—¡Déjame que me haces daño!—Él entonces la soltó y su mirada expresó tanto dolor como odio. 

—¿De verdad es lo que quieres?— masculló haciéndola estremecer. 
—Sí—se apuró en responder—necesito pensar y... no puedo hacerlo con claridad si estás aquí... quiero que te vayas, lo nuestro no tiene futuro, ¡debemos aceptarlo ahora que estamos a tiempo! 

Dereck comenzó a reír como loco y ella temió hacerle demasiado daño. Por Dios, no podía explicarse cómo había tenido valor para decirle todo aquello y herirlo de aquel modo en lugar de caer en sus brazos para decirle cuánto lo amaba y que todo eso no era real sino una maldita pesadilla. 

—Camila... me estás haciendo perder la paciencia— murmuró el joven— si me dejas y me voy no volveré más... aunque me mate... habrás muerto para mí... te advierto...