Correr hacia ti

Capítulo 30. ¡ Camila ha regresado!

 

Melissa corrió a su encuentro dando un grito de sincera alegría y la abrazó bien fuerte. 

—¿Volviste?...¿ahora?... ¿eres tú? 

Camila la abrazó con el mismo cariño y al separarse le regaló una sonrisa impregnada de nostalgia mientras su corazón latía rápido. Melissa era parte del íntimo círculo de Dereck. 

—Al fin soy libre— no pudo evitar soltar llorando, eran muchas emociones juntas. 

—¿Libre? —La chica frunció el ceño. ¿Libre? ¿Qué significaba eso? ¿Acaso estaba presa? 

—¿Me puedes abrazar otra vez?— pidió Camila interrumpiendo sus pensamientos y lo hizo sin dudar. 

—Libre, Cami... ¿de qué hablas?, ¿estás bien? 

La chica deshizo el abrazo secando sus lágrimas, tenía ahora el cabello por los hombros, estaba más bonita, había crecido. —Olvídalo— pidió— regresé a casa, y espero no volver a irme— sonrió— discúlpame, es que verte me emocionó, te eché de menos— confesó— Pero... qué haces aquí?— miró con temor a la casa de Dereck y todo estaba a oscuras. 

Melissa se puso nerviosa, los chicos estaban al llegar, y ella había traído amigas para ellos. Bueno, no contaba con volver a ver algún día a Camila. Dereck dijo que no volvería jamás. Pensó Melissa que la vio diferente, se veía alterada y nerviosa. 

—¿Segura que estás bien?— Le volvió a preguntar. 

—Pues claro, regresé y estar aquí me va a hacer bien, puedes venir cuando quieras...  

Melissa veía en ella algo que la hizo sentir pena en ese momento. 'Al fin libre' ¿qué querría decir ella con eso? Esta que veía enfrente no se le parecía mucho a la que conoció.

 —Pues claro— se apuró a decir entonces— necesitarás compañía, yo estoy trabajando en este pueblo, así que nos veremos a menudo.

 Camila volvió a sonreír cuando vio llegar un auto y detenerse frente a la casa de Dereck. ¿Sería?... 

—¿Quién viene allí?— preguntó con el corazón en la boca. 

—Dereck y sus amigos.

 La chica sintió que le bajó la tensión y Melissa se asustó al verla tan pálida. Por Dios, quería verlo pero no así ni ahora. 

—¿Estás bien?— preguntó su amiga apurada— Me estás asustando.

 Ella agarró su maleta. 

—Voy a entrar, debo acomodarme, fue un viaje largo—se justificó y se acercó a la puerta mientras intentaba abrirla.

Dereck se bajó del auto con una gran sonrisa, ni siquiera prestó atención al movimiento en la casa contigua. Eduard le lanzó una cerveza y la agarró abriéndola y pegándose de ella, el perro salió sacudiéndose y echó a correr. 

—¿A dónde va?— preguntó Kevin siguiéndole con la vista. 

—Déjalo en paz, extrañaba este lugar y va a explorar. Subamos. —Dijo Dereck.

 Así lo hicieron, como todo estaba oscuro no se percataron que había alguien entre las sombras. Ahí estaban las chicas que la novia de Kevin trajo y los chicos gritaron felices al descubrirlas pero Dereck no les hizo ningún caso y subió con su equipaje a su habitación.

Camila logró abrir la puerta y se volteó al escuchar unos ladridos detrás de ella. 

—Emmett— susurró feliz y se agachó para acariciar al animal— ¿Cómo estás amigo?... ¿te acordaste de mí?... claro que sí!— le dedicó un tiempo olvidando todo lo demás. 

Melissa no le apartaba los ojos de encima, había algo raro. Camila al fin se enderezó y despidiéndose entró a la casa seguida por el perro. Prendió la luz y todo seguía justo como lo había dejado hacía poco más de dos años. Tomó del sillón el celular que él le había regalado; ahí mismo lo dejó Dereck antes de salir a buscarla. Allí vio fotos que le sacaron lágrimas. Suspiró y buscó un calmante para tomárselo, deseaba darse un baño caliente y dormir por horas. Y subió en dirección a su habitación seguida por el leal Emmett.

Melissa llegó a la casa de al lado como si hubiera visto un fantasma y saludó a los chicos que ya estaban emparejados con las amigas que ella trajo.

 —¿Dónde estabas?— su novio la envolvió con sus brazos besándola con pasión— cómo te extrañé— le hizo un guiño que ella entendió y tuvo que reír. 

—Ok sexy—le dijo— pero primero debo contarte algo.

 Kevin arqueó una ceja pero fue tras ella, se acomodaron en la sala, todos estaban en la piscina celebrando. 

—¿Qué ocurre?—preguntó el chico ya con curiosidad.

 Ella miró a todos lados, no había nadie cerca y entonces miró fijamente a su novio. 

—Camila— susurró. 

—Qué con ella. 

—Está aquí, en su casa— susurró otra vez señalando por la ventana en esa dirección. 

—¡¿Qué?¡¡—Kevin dio un salto involuntariamente— ¿Volvió de Inglaterra?! 

—Shhh— ella puso su mano sobre la boca de él— te pueden escuchar. 

—¿Pero cuándo volvió? —Preguntó el joven otra vez apartando su mano. 

—Acabó de bajarse de un taxi, unos minutos antes que ustedes llegaran. 

—Ufff... qué fuerte— Kevin hizo una mueca al imaginarse la reacción de Dereck al enterarse. 

—Kevin...— continuó Melissa ignorando su comentario—algo le pasó, está diferente, se puso histérica cuando me vio, me pidió que la abrazara, lloró y dijo que al fin era libre... 

—¿Qué? 

—Libre Kevin, dijo que era libre, ¿sabes lo que eso significa? ¿ella no supo que ese contrato matrimonial con aquel loco fue cancelado?

 —Pues claro, Dereck se lo aclaró. 

—Entonces fue libre de otra cosa—observó la chica pensativa— además no la vi bien Kevin, estaba nerviosa, estaba rara.

 El joven se rascó la cabeza y recordó aquellos últimos momentos en Londres y cómo le pidió a Dereck descubrir la razón por la cual le dejaba y él no quiso escucharlo. 

—Hay que decirle a Dereck—decidió entonces— se pondrá como se va a poner, uno no puede tocar el tema de Camila pues ya sabes cómo actúa pero debes decirle. 

—¿Yo?, ¿estás loco? Dile tú. 

—Pero fuiste quien la vio y habló con ella. 

—Pero tú ya lo sabes, es tu amigo... dile tú.

 —Tú también eres su amiga. 

—No como tú, debes decirle tú y nadie más. 

—Pero me has echado la candela encima— protestó Kevin dándose  cuenta que no podría zafarse y ella se encogió de hombros. Se volvieron a juntar con los demás. 




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