Correr hacia ti

Capítulo 34. Revelaciones.

 

No se separaron en todo el día. Dereck hizo a Camila renunciar a su recién comenzado trabajo ya que se irían a Boston definitivamente. En la noche se fueron a la playa con frazadas, comida y cerveza; para disfrutar del mar y el firmamento. Reían recostados sobre la fría arena, el perro estaba buscando jugar pero ellos no estaban para eso, querían recuperar el tiempo perdido, y lo hacían mirándose y tocándose hasta el cansancio sin dejar de conversar y divertirse. Dereck sabía que debía contarle que había estado con Halley, pero no quería hablar de eso, ya luego llamaría a la otra y terminaría las cosas con ella. Aunque no tenían nada serio, su madre se empeñaba en que las cosas se volvieran más formales entre ellos, pero ahora que había recuperado al amor de su vida, ya no podía seguir con aquella aventura que se limitaba a placer animal. Camila fue su vida desde que la vio por vez primera, desde aquel momento algo los unió para siempre, y la iba a amar hasta el final. Se juró borrar de ella todo aquel tormento que debió sufrir y sólo esperaba por la llegada de William, el hermano de ella que les llevaría pruebas incriminatorias contra Rafael pero la chica no debía saberlo. William Thompson era cinco años mayor que él y se conocían de pequeños, él era el más sensato de los tres hermanos. Prefería no contarle a Camila nada sobre lo que había averiguado y sobre su venida; no quería ponerla más nerviosa. Ahora sólo deseaba disfrutarla y amarla. Amanecieron abrazados y casi desnudos entre las mantas, fue el perro quien los despertó lamiendo sus rostros. El animal agarró la manta que los cubría y se fue corriendo arrastrándola por toda la arena haciendo que él tuviera que perseguirlo en calzones mientras ella reía a carcajadas, vistiéndose apurada para seguirles. Al final Emmett soltó la manta y trató de taparla echándole arena. Eso hizo varias veces y cuando ellos se acercaban se mandaba a correr nuevamente con la pieza entre los dientes. No paraban de reír hasta dolerles la barriga. Al rato Dereck logró atraparlo halándolo por la cola y atrayéndolo hasta él, lo cargó. Camila se acercó muerta de risa y Dereck sin soltar al animal le dio la mano y entraron juntos al agua que les hizo estremecer de fría que estaba. Él lanzó al animal y agarrando a su mujer la cargó a ella. Emmett salió, se sacudió en la orilla y se revolcó sobre la arena. El joven soltó entonces a su mujer y haciéndose uno con ella la besó, olvidando todo lo demás.

Llegó el día en que se reunirían con William. Estaba listo, bajó y al llegar a la cocina ella estaba preparando el desayuno. Se quedó hipnotizado mirándola, todo su cuerpo reclamaba a esta mujer que por azar de la vida encontró aquel día en aquel peñasco. Desde que la vio quedó prendado de ella y a pesar de lo pasado, de las lágrimas y el inmenso sufrimiento en tan corto tiempo; habían sido capaces de sobrevivir a todo y estaban nuevamente juntos. Esperaba sinceramente que esta vez para siempre. 

—¿Vas a salir? —Le preguntó la chica extrañada al verlo.

 —Debo ir a la ciudad para resolver un asunto con Eduard y Kevin— le contestó—quédate en casa Camila— le pidió acercándose a ella, abrazándola por la espalda y besando su cuello— no salgas por favor; es un camino largo pero regresaré antes del anochecer. 

Ella lo contempló de la cabeza a los pies, estaba muy guapo, pero pensó que así era siempre. Vestía de saco con un sobretodo castaño oscuro hasta un poco más abajo de las rodillas, que le daba un toque de intensa elegancia. 

—Te voy a extrañar—le dijo haciendo pucheros como una niña y pestañando con un gesto que a él le encantaba y lo ponía a mil. 

—No hagas eso ahora, que realmente me tengo que ir— se quejó y la besó soltándola pronto. Desayunó apurado y cuando sus amigos le avisaron que ya iban hacia el lugar acordado que era un restaurante, donde quedaron con William en poco más de tres horas; salió deprisa con la comida en la boca lanzándole un beso a la chica.

Estando los cuatros hombres en el lugar acordado, entraron a un reservado y ordenaron unos tragos. El hermano de Camila había viajado expresamente a petición de Dereck para compartir todas las pruebas que tenía acerca de la criminalidad de Rafael. Acordaron trabajar juntos en ello cuando el joven se comunicó con él unos días atrás al decidir investigar qué había pasado realmente con Camila en Londres. Cómodamente sentados y mientras bebían whisky, William sacó unos documentos y se los entregó a Dereck, él los ojeó y se los pasó a Eduard. Luego le entregó un documento médico. 

—¿Qué es esto?— preguntó Dereck frunciendo el ceño.

 —Léelo.— Le animó. 

Él así lo hizo y apretó la mandíbula con rabia. 

—¿Esto es broma?— preguntó con visible exaltación.

 Sin responder, William también le pasó unas fotos, que le sacaron las lágrimas y su indignación creció. 

—¡¡¡Qué mierda es esta!!!— vociferó atrayendo sobre su mesa la atención del mesero. 

—Cálmate— le pidió Kevin que acababa de ver todo y se lo pasó a Eduard. 

—Rafael Swift logró que cinco doctores elaboraran esto, y sentenció a mi hermana a ser tratada como loca— empezó entonces a narrar su cuñado— así fue como lograron recuperarla aquel día que la sacaron de la casa donde se quedaban. Yo no estaba al tanto de esto, mi relación con mi padre se basa sólo en trabajo. La amenazaron con enviarte a la cárcel y provocar tu muerte allá adentro; la darían por loca, pues como ves, hay cinco firmas que lo corroboran y la hicieron firmar un contrato donde lo que únicamente ella ganaba era su silencio para dejarte en paz. Tenía que permanecer en Londres por dos años, no podía tener contacto con nadie de este lado, debía aceptar las visitas de Rafael... 

—¿A qué te refieres con visitas?— gruñó Dereck interrumpiéndole. 

William tomó aire y lo soltó. Entonces fijó sus ojos sobre Dereck. 

—Tranquilo— le dijo— que Rafael jamás logró ponerle un dedo encima. No es que no lo intentara pero por mucho que luchó por cancelar su matrimonio no lo logró pues ustedes se le adelantaron y no pudo hacer nada. Se limitó a joderles la vida al tenerla separada de ti—Dereck apretó los puños con rabia pero permaneció en silencio y William continuó—A los tres días creo, fue llevada al hospital, no había comido ni bebido nada, mi padre entendió que la estaba matando, pero ella se resistía a comer... Luego que se recuperó, él fue a buscar a Rafael, le rogó que deshiciera aquel contrato, que la dejara en paz... incluso le iba a entregar la presidencia de la empresa pero el miserable se negó; lograron golpear a mi padre y se llevaron a Camila. El desgraciado lo amenazó con un asunto de lavado de dinero, y le dijo que ella estaría bien. Al cabo de seis meses la encontré... estaba internada en una clínica psiquiátrica— Dereck se tapó el rostro con las manos, apoyando sus codos de la mesa, esto era mucho para él. Kevin y Eduard estaban atónitos, pero nadie interrumpió la historia— El maldito la encerró allí, y removí cielo y tierra hasta que logré sacarla... ella no me habla de lo que vivió encerrada en ese lugar, estaba algo atormentada, y tomaba unos antidepresivos fuertes— Dereck pensó en el frasco de pastillas— Bueno, la llevé a casa y allí logró recuperarse, ese hombre amenazó con volverla a internar si no se comportaba. Por causa de ese maldito contrato la llevaba a reuniones familiares y ella...— sonrió— Camila se las arreglaba para destruir todo. Mi padre ya no estaba con Rafael pero también había sido amenazado y participaba de ese circo. En cuanto se cumplieron los dos años, el contrato se venció... fue libre y decidió volver, ese imbécil se enteró y aún temo que pueda hacer algo. Todo este tiempo busqué y ahí está todo. Cuando me llamaste, me alegró saber que ella te tenía, y presumí que aún la amabas y que debías saber todo para entender. —El hombre hizo un alto y miró a Dereck que se mostraba completamente devastado. —Pueden apoyarse de eso y destruirlo, están los datos de los cinco médicos que se prestaron para esa farsa, todo lo que reuní está ahí... son las pruebas que necesitan.




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