Correr hacia ti

Capítulo 39. Sorpresa fallida.

Después de pensarlo, decidió ir a ver a Robinson. Necesitaba hablar con alguien que quizás la ayudara a ver todo desde otra perspectiva y pudiera desvanecer toda esa inseguridad que como una muralla se comenzó a levantar entre ella y su amor por Dereck. Él aún no regresaba y aunque intentó llamarle no respondió. Cuando tomó su teléfono se dio cuenta que no tenía carga y lo dejó ahí tirado. En ese momento, el joven estaba recibiendo una llamada que lo dejó descolocado. Su padre acababa de sufrir un accidente y estaba muy mal. No le dieron más explicaciones y regresó a su casa para recoger algunas cosas y a Camila, pero ella no estaba por ningún lugar. La llamó y el celular le dio apagado. "Mierda Camila, dónde estás metida!!" Pensó enojándose; decidió que no tenía tiempo para esperarla, temía llegar tarde para ver a su padre así que tuvo que tomar una decisión y esa decisión fue irse. Le dejó un mensaje, y le pidió a Melissa que la cuidara hasta que él regresara, dejó al animal dentro de la casa de la chica para que ella lo cuidara. Y así salió deprisa mientras contactaba con Kevin que también iba con él. En todo el viaje sólo pensaba en su padre, ese absurdo accidente y en dónde pudo haberse metido Camila. Dio un golpetazo sobre el timón enojado, ¿por qué las cosas se tenían que complicar tanto? Al llegar al aeropuerto ahí estaba ya Kevin esperándole y para sorpresa suya, apareció Halley corriendo muy preocupada; acababa de recibir la noticia y había reservado para ese mismo vuelo. Él sencillamente la ignoró. A la joven le sorprendió no ver a la Camila y sonrió satisfecha para sí al ver que Dereck se iba sin ella. Kevin no preguntó nada, ya Dereck solito le contaría la tragedia cuando tuviera tiempo. Entrada la tarde, Camila regresó más animada a su casa. Robinson le había dado muy buenos y alentadores consejos. Cuando bajó del taxi, lo primero que vio fue a Melissa dando vueltas frente a su puerta. 

—¿Dónde estabas mujer!—Le preguntó ni bien la tuvo delante. 

—¿Qué ocurre?— preguntó a su vez, al ver que estaba alterada. 

—El padre de Dereck tuvo un accidente.

 Camila se llevó las manos a la boca. 

—¿Y dónde está él? 

—Tuvo que irse urgente a Boston—soltó su amiga, haciendo que la noticia le cayera peor— tenías el teléfono apagado y no sabía dónde estabas, así que no le quedó otra que irse con Kevin, dijo que le esperaras aquí, que el vendría por ti. 

"¿Y por qué no me pidió que fuera con él?" pensó seria. —Está bien, yo esperaré, en definitiva, es lo que me toca... 

Entró a la casa y al abrir salió Emmett saltándole encima y lo acarició. Melissa también entró y le hizo compañía en tanto recibieran alguna noticia. Muy tarde en la noche Kevin fue el que se comunicó, Mateo Mcdowell estaba en coma y había que esperar, Dereck estaba ocupándose de la empresa y todos los compromisos pendientes, su abuelo había convocado una reunión con la junta directiva para entregarle a él la presidencia en lugar de su padre. Además había mucho trabajo atrasado y todo había caído de golpe sobre sus hombros.

Pasaron doce días y casi no había podido conversar con él, esta espera la estaba matando, la llamaba para decirle que estaba complicado con el trabajo y que cuando tuviese un tiempo la iría a buscar. Esto ya la tenía de mal humor, el año estaba por acabar y ella estaba sola allí, no quería importunarlo; sabía que debía estar pasando un momento difícil pero no entendía el porqué quería estar solo, sin ella. Melissa fue testigo de su incomodidad y pensó que hasta ella estaría así, ella y Kevin tenían trabajos en diferentes lugares pero él siempre venía a por ella los fines de semana o en los momentos que no tenía ningun caso. Sin embargo, Dereck había abandonado completamente a su mujer. 
Por su parte, Dereck no había querido traerla porque tenía demasiado trabajo y aún se estaba adaptando, prácticamente dormía allí en su oficina ya que trabajaba hasta tarde, no quería tenerla sola en su apartamento. Al menos sabía que allá tenía a Melissa y a Robinson, estaba tranquilo sabiendo que estaba en buenas manos, el trabajo lo absorbía tanto que no le daba chance ni a pensar en otra cosa. Pero la extrañaba un mundo y le hablaba poco por no extrañarla más.

Llegó el nuevo año. Camila y Dereck habían hablado bastante en la madrugada del día primero. Su padre seguía en coma y él se sentía bastante agobiado. Ella le pidió ir con él pero el joven le puso reparos. 

—Perdóname linda, no sabes cómo quisiera estar ahora contigo pero ya me ves, sigo en la oficina y duermo en un sofá. 

—Pero quiero estar contigo— protestó ella.

 —Mi amor, aquí estarás sola porque me paso todo el día metido en la empresa o en el tribunal; no estaré tranquilo sabiendo que estás en casa y no puedo estar ahí a tu lado. Dame una semana, sí? Déjame terminar de acomodarlo todo y luego te busco, ¿puedes esperar?
—Si no queda más remedio...—aceptó de mala gana—hasta el fin— le hizo pucheros y él le envió muchos besos. Tuvo que cortar y ella se recostó de la cama, no quería seguir esperando y en ese instante decidió que ella misma iría a Boston; y Melissa la iba a acompañar. Cuando le dijo el día siguiente a su amiga, para su sorpresa a ella le encantó la idea de sorprender a sus hombres así que contentas reservaron el vuelo para partir cuanto antes. Cuando llegaron a la ciudad fueron directo a la firma de abogados donde trabajaban pues deberían estar allí. 

—Hola linda. 

Uno de los abogados que salía en ese momento se metió con Melissa haciendo que ella arqueara una ceja y lo mirara de arriba a abajo

—¿ Buscas a alguien? 

—A Kevin Carter y a Dereck McDowell. 

—Aaah...— las observó sin ningún recato— no están, McDowell está en la empresa de su padre por estos días y Carter fue a ver a un cliente. Por hoy no vendrán aquí. ¿Las puedo ayudar en algo? 

—¿Y usted, tiene tiempo libre...— Melissa se fijó en su identificación —señor Keller?— le preguntó sacándole una sonrisa al hombre vestido de traje negro que tenía en su mano un americano caliente.




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