Correr hacia ti

Capítulo 40. En el Seaport Elite.

Melissa llamó a Kevin que llegó corriendo a verla, se besaron con pasión mientras se preguntaba qué hacía allí. No tardó en decirle que la llevaría a la fiesta de esa noche y se la llevó con él. Camila que estaba escondida en el baño con el perro, salió cuando ya fue seguro. Tenía sólo dos horas antes que llegara Keller, se sentía algo alterada pero gracias a Dios ya había dejado aquel medicamento. Respiró hasta que se sintió más tranquila, unas lágrimas salieron de sus ojos al pensar que Dereck estuviese otra vez en algo con Halley; y las palabras de ella y las de Keller, martillaban su mente sin piedad. Pero no estaba segura, quizás ella se estaba metiendo en la boca de leones y él iría solo, aunque Halley seguramente estaría allí porque trabajaba junto a él; y eso le dio más rabia; tampoco le había contado ese detalle. De algo estaba segura, esta noche definiría su vida. Se vistió con el vestido que escogió Melissa para ella. Era negro de brillo, con un escote reservado pero aun así le quedaba fantástico, largo y entallado. Sus zapatos negros y altos, un maquillaje simple y su cabello suelto, las mismas argollas que llevaba puestas y la cadena que Dereck le regaló; completaron su atuendo. Estaba nerviosa y enseguida le avisaron que la esperaban abajo. Se despidió del perro que dejó encerrado en el baño. Cuando Keller la vio quedó prendado de su belleza y sencillez, era tan joven y delicada. Sintió calor y se estiró un poco el cuello para dejar entrar el aire.

 —Estás hermosa— le susurró y ella sin mostrar timidez, sonriendo, se fue con él. Pero durante el trayecto al barco, no pudo seguir con la farsa y sintió la inmensa necesidad de ser sincera con Keller, así que en medio de su ansiedad le contó quién era y con qué objetivo había aceptado su invitación. El hombre la escuchó con cuidado y no se mostró reacio como ella esperaba, aunque sí muy sorprendido de que fuera la esposa del joven McDowell. Aceptó ayudarla y le prometió que todo quedaría entre ellos. Ella se sintió libre y aliviada después de confesarse; su acompañante en verdad era muy cortés. 
Cuando llegaron se sintió abrumada ante tanto lujo y tal cantidad de personas. No vio entre la multitud ni a Melissa con Kevin, ni a Dereck ni a Halley. Cuando el yate zarpó, sintió un escalofrío y fue la voz de Keller quien la hizo volver a la realidad. 

—Tranquila, seguro han de estar en el segundo nivel.— Ella sonrió nerviosa. —McDowell sería un verdadero idiota si te está engañando— opinó el hombre sin importarle mucho, recostado de la baranda y tomando un poco de whisky que habían pasado repartiendo.

 —Sólo espero que no— murmuró algo desalentada.
—Eres muy joven aún señorita Thompson, deberías disfrutar de la vida... superarte...— le siguió diciendo Keller— demasiado joven para ya estar casada... 

Ella sólo le regaló su sencilla sonrisa y quizás él tenía razón; pero lo único que quería era estar al lado de su hombre, crecer a su lado... Dereck era todo para ella, el que le había enseñado el significado del amor, por quien soportó su martirio en Inglaterra y quien metió a la cárcel a su opresor. ¿Cómo podría querer vivir separada de él? Simplemente no imaginaba su vida sin su presencia, sólo esperaba que él se alegrara de verla y que todo saliera bien, la noche apenas comenzaba. Unos abogados se acercaron hasta Keller y no pudieron evitar deleitarse en la hermosa joven que estaba a su lado. 

—¿Y ella quién es?— preguntó uno. 

—Una amiga— respondió el hombre— así que no la estés mirando, anda conmigo. 

El hombre rió nervioso. 

—Tranquilo, sólo la estaba admirando— se justificó. 

Camila se sentía chiquitica delante de estos hombres de experiencia, delante de toda esa gente rica y aristócrata vestida con costosas ropas de marca y joyas fascinantes. En un momento decidió que ella no pertenecía a ese lugar y extrañó su casa y su playa. Solamente el amor que sentía por Dereck la mantuvo en ese lugar, aunque claro, ya era tarde para arrepentirse pues estaban bien lejos de la costa y a no ser que quisiera nadar en esas aguas congeladas; estaba atrapada. Halley tuvo razón cuando le dijo que su mundo y el de Dereck eran muy diferentes y eso la entristeció demasiado. Keller notó su malestar y la alejó de la multitud, llevándola a sentar a una mesa apartados de los demás. Camila le agradeció apenada por ponerlo en tal situación, pero el hombre prefería seriamente no estar entre todos esos arrogantes. Conversaron un rato y ella se distrajo de su ansiedad hasta que vio a Kevin y Melissa que bajaban unas escaleras y su corazon se aceleró. Fueron directamente hasta ellos, Kevin quedó completamente asombrado al verla allí y al lado de Keller.

 —Hola Carter— fue el saludo de su colega. Kevin miró ora a Keller, ora a Camila y ora a Melissa que se veía muy natural, como si fuera su cómplice. Detuvo a un mesero que iba sirviendo whisky y le quitó 2 copas y las dos se las bebió en segundos. —La noche será muy larga— soltó lanzando un suspiro—Dereck no sabe que estás aquí... verdad? —Le preguntó a Camila. Ella negó y él rió histérico "Sólo espero que no pase nada desagradable" pensó. Su amigo había cambiado mucho desde el accidente de su padre. Sabía que extrañaba a su mujer y la seguía amando, pero algo era diferente. 
Cuando el gerente tomó el micrófono comenzó la ceremonia y la fiesta se animó. Ya Camila había confirmado que Dereck estaba allí, se hallaba en el segundo nivel y de verdad no quería ni encontrárselo, estaba demasiado nerviosa. No podía comprender porqué ella no estaba a su lado como su esposa y ese junto a otros pensamientos similares, la atormentaban. Al fin Kevin les pidió subir, y que pasara lo que fuera a pasar. 

—¿Por qué no me dijiste que Camila vino contigo?— masculló al oído de su novia. 

—Sorpresa— susurró ella y él la miró serio—ups... claro, a no ser que Dereck esté en algo indebido, o sí? 

—De eso yo no sé— protestó el joven— sólo espero que todo salga bien.
Al fin llegaron arriba. Y Camila lo vio junto a Halley como si fuesen grandes amigos, muy unidos. La imagen de la vez que ella se apareció en su casa y no quiso irse la sacó de quicio y no le quitó los ojos de encima. Entonces ocurrió lo que tanto temía, ella lo besó en los labios. Keller y sus amigos la miraron esperando un ataque. Esto era mucho para ella, que sin soportar más aquello, no tuvo tal ataque pero sí se dio la vuelta y bajó aprisa seguida por Melissa. Keller apretó los puños y también bajó y Kevin gruñó por la estupidez de su amigo. Se acomodó el traje y respirando profundo fue hasta él. 




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