Correr hacia ti

Capítulo 41. Este no es mi lugar.

 

Kevin tuvo que darle unas palmadas en la espalda a su amigo. 

—¿Cómo que aquí?— preguntó recuperándose.

——Sí amigo, está aquí y te vio en el momento que te besaron. 

—¡Maldición!— Dereck se estresó—¿Dónde está? 

—Ahora mismo no sé, pero debe seguir en el barco. 

—Claro chistoso— soltó el joven y salió de allí deprisa a buscarla. Kevin suspirando comenzó a beber mientras saludaba a unos compañeros. 
Después de haber llorado mucho en los brazos de su amiga, Camila sólo deseaba jamás haber sido testigo de aquello, cómo dolía. Keller que llegó hasta ella la llevó hacia la cocina, en donde tendría tranquilidad y en donde menos a Dereck se le ocurriría buscar. Después que se hubo desahogado comprendió que Halley tenía razón; ella no era para él y todo esto había sido un error, y más al escuchar algunos comentarios mientras salía de allí. 
Pudo evitar a Dereck que se volvió loco buscándola sin éxito hasta que el yate regresó al puerto y hubo que abandonarlo. Entonces ocurrió lo inevitable, tuvo que darle la cara. Keller le deseó suerte y se alejó dejándoles solos. 
Estaban a solamente dos metros de distancia, parados en el muelle. No decían nada, él sólo la miraba mientras reconocía lo hermosa que estaba y de burro no pudo lucirla como suya. Su cuerpo comenzó a reaccionar ante la proximidad de la mujer y sólo entonces se dio cuenta de cuánto la extrañaba. En ese momento lo único que se le ocurría era poder hacerle el amor toda la noche. 

—Sé lo que viste y te juro que fue un malentendido—comenzó a decir, acercándose y deteniéndose ante ella— ¿pero qué haces aquí?, ¿por qué no me dijiste que vendrías?, ¿qué hacías con Keller?

 Ella lo fulminó con la mirada sin intención de ocultar su enojo.

 —¿Para eso era que me querías tener en Havre de Grace? ¿Para poder estar con ella? Sólo tenías que hablarme claro, decirme la verdad; decirme que yo estaba en el pasado y jamás haberme ilusionado otra vez!!!

 —¡¡¡Pero qué dices!!! ¿Acaso piensas que estoy con ella?, eso que viste fue un error, las cosas no son así, yo te amo a ti y eso ya te lo he demostrado!!—Camila trató de retener las lágrimas pero una cosa era cierta, estaba muy dolida— Es cierto que debí traerte conmigo desde el primer momento pero todo se me complicó con el trabajo; mi padre, la empresa... no tenía tiempo para nada y no quería que estuvieras sola esperándome  en aquel apartamento. 

—Basta Dereck— pidió ella— ¿no te das cuenta que somos tan diferentes?... 

—No vayas con lo del pasado— gruñó el joven. 

—Mira Dereck,  definitivamente este es tu mundo y te gusta, gente prepotente y orgullosa, un mundo que es hostil para mí que ni siquiera he podido pasar la universidad, un mundo en el que sé que no encajo y el amor aunque sea grande no nos alcanza. 

—¡Calla Camila!— ordenó él mientras se estrujaba el ceño como si estuviese harto— vamos a casa de una buena vez. 

—¿A casa?—ella no pensaba darle tregua—estoy muy lejos de casa. Vine hasta aquí pensando en darte una sorpresa que te hiciera feliz pero sólo he confirmado que no me necesitas. Tienes todo lo que quieres y evidentemente yo no era algo que quisieras pues nunca me pediste que viniera. No me extrañaste, no te hice falta... me dabas largas porque te avergüenzas de mí y estabas muy acompañado de esa... 

—Basta Camila—Dereck se enojó— estás diciendo tonterías. Yo te amo  y claro que te necesito; no seas infantil y comprende que estaba pasando por mucho estrés y no tenía cabeza para nada. 

—Ni para mí... y es triste descubrirlo. Apenas me llamaste todo este tiempo pero estuviste horas en esta fiesta con esa mujer. Estoy segura que ni siquiera te alegras de verme. 

El joven reconoció que ella tenía razón en muchas cosas y que él no había hecho bien las cosas. Se acercó más e intentó tomar una mano suya pero ella lo rechazó. 

—Por favor Cami—le suplicó esta vez— hablemos de esto con calma, te explicaré todo, ahora vamos a casa... 

—¡No me quiero ir contigo! 

—¡¿Qué dices?! ¡No puedes vivir siempre tan llena de inseguridad dudando de lo que yo siento!, es fustrante— se quejó— no seas inmadura. 

—Tienes razón, soy una niña inmadura y trastornada, sufro de depresión y mucha inseguridad en mi vida, pero es que me siento poca cosa ante ti... ¿no me ves? Este no es Havre de Grace donde vive gente simple, este es otro mundo en el cual tú encajas y luces genial, pero reconócelo; yo no. 

—Estás enojada, te entiendo, vamos a casa y resolvamos esto. 

—¿Por qué me iría contigo? Ni siquiera sabías que había venido ni te importaba. Lo siento Dereck,  no importa cuanto yo intente correr hacia ti, la corriente es más fuerte y nos separa. 

Las lágrimas corrían por sus ojos. Él intentó tocarla otra vez y otra vez fue rechazado. Estaba enojado, sí, pero consigo mismo. Había prometido cuidarla y amarla y la había dejado sola pero ahora, al verla; sólo podía desearla con todas sus fuerzas. 

—Camila... 

Un compañero a lo lejos le dio voces desde su auto. 

—¡Dereck, tu mujer está inconsciente, ven a buscarla para que la lleves a casa!

 Esto sí ya terminó de enfurecer a la chica.

 —¿Ves lo que te digo? Para todos ellos Halley es tu mujer, ni siquiera saben quién soy yo, estoy sobrando Dereck. 

—¡Vamos amigo... se ve mal!— gritó el otro desde su lugar.

 El joven se vio en una disyuntiva pero no quería dejar a Camila. Halley no le importaba. 

—Vete con ella Dereck— le pidió la chica secándose unas lágrimas—está claro que nosotros no tenemos futuro juntos, me duele pero tú y yo lo sabemos ya... adiós.

 —¡¡¡Dereck, maldición... está convulsionando!!!  

Quedó pasmado y pegado a la tierra mientras la veía alejarse y escuchaba sobre Halley desde el otro lado y al final corrió hacia donde su amigo le llamaba. Camila se detuvo para voltearse. "Se fue con ella" pensó con el corazón hecho pedazos. Lo vio alejarse y comenzó a llorar, y se agachó allí mismo dando rienda suelta a su dolor. Sintió alguien detrás, Melissa se agachó a su lado y la abrazó.




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