Correr hacia ti

Capítulo 42. No otra vez...

—¿Qué fue lo que le hiciste a Halley?— Su madre le salió al paso ni bien llegó al hospital. Frunciendo el ceño la ignoró. 

—Buenos días para ti también. —Gruñó. Se dirigió a los ascensores para subir, con ella pisándole los talones. 

—La madre de Halley me avisó que estaba aquí, porque añoche se tomó un frasco de pastillas con alcohol en el Seaport, y tú fuiste el responsable. Entraron al elevador y Dereck metió las manos en los bolsillos de su pantalón sin escucharla. En lo único que podía pensar era en Camila.—¡Dereck!— el grito chillón de su madre hirió sus oídos haciéndole apretar los ojos—dime qué le hiciste a la pobre chica. 

—No le hice nada— contestó al fin de mala gana—estoy harto de que me acose. Simplemente la puse en su lugar. 

—¿Eso es todo? ¿Seguro que no fue a causa de esa tonta con la que insistes estar casado?

Dereck se volvió furioso a ella esta vez. 

—No hables de Camila, es mi esposa y ve preparándote porque mañana mismo la presentaré en la empresa como tal. 

—Así que es cierto que está aquí—Andrea hizo una mueca— vino para perseguirte, estoy segura que tú no ibas a ir a buscarla. Al final cuando tu padre tuvo el accidente la dejaste atrás... 

El ascensor se detuvo y la puerta se abrió. Un grupo de personas entró en tanto ellos salieron.

—Eres un tonto... crees que amas a esa chiquilla pero no es cierto. Estabas muy bien aquí sin ella. 

—Sí, soy un tonto— reconoció el joven sin mirarla mientras juntos atravesaban el pasillo en dirección al cuarto de Halley—pero por haberla dejado atrás. Sé que te alegraste cuando me viste volver sin ella pero te repito... es mi esposa y llegó el momento de darle su lugar. 

—No sabes lo que quieres... teniendo el amor de una chica como Halley. Quiero ver ahora qué explicación le das a sus padres para justificar lo que ella hizo.

 Dereck la atravesó con la mirada. 

—Observa cómo lo resuelvo de un buena vez. Al llegar, el matrimonio Frenn se le puso delante. Andrea los saludó muy afectuosa pero Dereck lo hizo de lejos. El padre de Halley lo miró como si esperara una satisfacción. 

—¿No dirás nada Dereck?—le preguntó la madre de la chica ante su obstinado silencio en tanto Andrea se deshacía en disculpas en su nombre. 

—Supongo que su hija les contó lo que sucedió.—Dijo interrumpiendo a su madre. 

El señor Frenn se adelantó. 

—Claro que lo hizo— espetó con molestia— tú fuiste con ella a la fiesta y la humillaste públicamente para irte con otra mujer. 

Dereck no pudo evitar soltar una carcajada. 

—¿Qué haces? —Murmuró su madre. 

—Pues si eso creen vayamos ahora mismo a preguntarle conmigo delante. —Sin esperar entró al cuarto de la joven que estaba recostada de la cama y se incorporó asustada cuando lo vio. Los tres mayores entraron tras él y todos se quedaron a los pies de la cama. Dereck miró a Halley visiblemente enojado.—¿Puedes repetirle a tus padres la historia de por qué atentaste contra tu vida? 

Ella comenzó a hacer pucheros. 

—Yo te adoro... y tú... no haces más que... despreciarme...— dijo tartamudeando. 

—Yo no hago más que decirte que somos adultos y que no te amo. No hago más que decirte que estoy casado y que lo nuestro fue solamente diversión para los dos. Jamás te he prometido nada y tú siempre aceptaste mis condiciones. Cuando en Havre de Grace te dije el año pasado que se acabó... es porque se acabó. Lo que no comprendo es porqué insistes en no aceptarlo. 

Halley comenzó a llorar y su madre corrió a su lado para abrazarla pero su padre seguía quieto con los puños apretados. 

—¡Pero tú dejaste a esa mujer...—gritó la chica entre sollozos—no la trajiste contigo y no volviste por ella... pero apareció ayer detrás de ti... y enseguida te fuiste a perseguirla! 

—Yo cometí un error al dejarla pero claro que iba a ir a buscarla. Me metiste en problemas con lo que hiciste en el barco y luego hiciste esta estupidez... da gracias que corrí aquí contigo teniendo que dejarla a ella. Pero yo me alegro de que tus padres estén. Lo que hubo entre nosotros no fue importante para mí y acabó hace rato. Mañana todo el mundo conocerá a mi esposa y espero que ustedes ayuden a su hija a superar esto y a que me deje en paz... a ambos. Señores... —Sin decir una palabra más, salió del cuarto bastante enojado. El padre de Halley apretó la mandíbula pero se volvió a su hija con ojos chispeantes. 

—¡Eres una estúpida!—le gritó—¡Ese hombre no te ama y no te amará... dejarás de perseguirlo de una vez y por todas! ¿Cómo pudiste ponerte en peligro por eso? ¡Y da gracias que te trajo al hospital pues otro canalla no lo habría hecho! 

Halley redobló el llanto mientras su madre contradecía a su padre y Andrea salió corriendo de allí con la esperanza de alcanzar a Dereck.

Cuando el joven abandonó el hospital fue a la empresa e intentó trabajar pero no tenía cabeza para ello. Seguía muy enojado al ver cómo por estúpido y sinvergüenza se había metido en este lío. Lamentó profundamente haber estado con Halley alguna vez. Antes se sentía cómodo y acostarse con ella no era un problema, pues claro que le gustaba. Pero desde que Camila regresó ella se volvió invisible ante sus ojos y fijó toda su atención en la mujer que más le gustaba en todo el mundo. Ojalá el tiempo pudiera echarse atrás y nunca la hubiera dejado en Londres, y nunca hubiera cedido a los encantos de Halley, y nunca la hubiera dejado en Maryland cuando tuvo que regresar intempestivamente a Boston. Pero no, era imposible hacer retroceder el tiempo y lo único que le quedaba era arreglar todo, volver a convencerla de su amor y comenzar de una vez a vivir como pareja, darle el lugar que le correspondía en su vida. Antes de almuerzo no pudo seguir ahí y adelantó su encuentro con ella. Pidió que no lo esperaran y supuso que ya debía estar más calmada y que tal vez podrían almorzar juntos y explicarle todo. Deseaba tanto abrazarla, besarla, tenerla en su cama... su piel se puso de gallina ante el pensamiento de su cuerpo desnudo. Y se prometió no decepcionarla nunca más.




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