Capítulo 55. Daniel.

Dereck entró al cubículo donde yacía dormido su hijo. El médico le dijo que no despertaría hasta el día siguiente y que cuando lo hiciera, debería estar muy recuperado. Se sentó muy cerca de él y cruzando sus manos apoyó el rostro en ellas sin apartar la vista del pequeño. Lágrimas silenciosas corrieron por sus mejillas mientras pensaba en todo, y en Camila; rogando que estuviera bien. 
Charlotte llegó hasta donde se encontraban su novio y sus amigos. Su rostro denotaba una gran turbación. 

—¿Cómo están? —Preguntó ansiosa pero no les dio tiempo de responder, el cirujano apareció ante ellos. 

—Familiares de Camila Thompson... 

—¡Aquí!— dijeron al unísono y se atropellaron ante él. 

El médico les explicó que la cirugía acabó, que había salido bien y ahora sólo quedaba esperar, que la noche sería definitoria. 

—Bueno—dijo Eduard—al menos ya pasó el mayor peligro. Camila estará bien, lo sé. Ahora sólo hay que decirle a Dereck.— Miró a Kevin y él asintió para ir pero Melissa lo detuvo. 

—Yo iré.— Dijo y la miró asombrado. 

—No es conveniente... ya ves cómo está contigo... 

—No me importa y no le tengo miedo, también debe escuchar otras cosas que no le pude decir. 

—Por favor, no le eches más leña al fuego— Eduard hizo una mueca de disgusto—no vayas a provocarlo. 

La mujer sonrió. 

—Ustedes creen que Dereck es un ogro, parece mentira que sean sus amigos y no sepan que tiene el corazón más tierno del mundo. —Sin decir más, salió por él.

—El niño te conoce— Dereck volvió el rostro hacia Melissa que estaba en la puerta. Frunció el ceño pero ella no se amedrentó— Camila siempre le habló de ti... le decía que estabas en un gran viaje y que pronto regresarías por él...— el corazón del hombre comenzó a reaccionar a sus palabras— ...conoce tu rostro,  ella le enseñaba tus fotos, conservó cientos de ellas; ese niño te ama y te espera Dereck... quizás Camila fue una inmadura y no supo lidiar con todo ello, pero ponte en su lugar; estar encerrada en Inglaterra junto a aquel anormal la desestabilizó emocionalmente, claro que su autoestima estaba por el piso... además, era muy joven todavía, y tú no cooperaste mucho que digamos cuando la dejaste sola. Tienes todo el derecho a enojarte, pero al menos escúchala... por Dani...— Melissa hizo una pausa pero él permaneció inmóvil y en obstinado silencio. —Ah, vine a decirte que ya terminó la cirugía y salió bien. Hay que esperar su evolución. Nos vemos. 

La mujer desapareció y Dereck se enderezó. Su corazón estaba muy conmovido y lo que ella le dijo sólo le hizo arreciar el llanto. Se volvió al niño y sintió su pecho estallar de amor. Lo miraba hasta el cansancio y sujetó su pequeña mano entre las suyas. Saber que él era el vínculo que siempre lo tendría atado a ella le llenó de gozo, saber de la existencia de su hijo... que tenía un hijo... un hijo de Camila, su amor. Aunque estaba molesto no podía pensar en ello ahora y se emocionó al pensar que cuando el niño despertara sabría que él era su padre. Agradeció que Camila estaba a salvo también y se quedó allí toda la noche frente a la cama de Daniel. No quería dejarlo ni un instante, ya había perdido mucho de su inocente hijo y creía con creces que todo el tiempo perdido lo iba a recuperar. 
Muy temprano en la mañana, Dani abrió los ojos y lo miró. El corazón de Dereck se aceleró y le regaló su sonrisa. No tardó el niño darse cuenta de quién era él y una inmensa alegría llenó su corazoncito al ver por primera vez el retrato de su padre hecho carne y hueso. 

—¿Papá?— balbuceó en tanto extendió sus dos manitos y Dereck sin tardarse lo abrazó con inmensa ternura. 
—Hola hijito— susurró mientras un millón de emociones hacían presa en él. 

—Sabía que ibas a venir— confesó el niño con su voz clara— lo sabía.

 —Perdóname Dani— Dereck volvió a llorar— no estuve presente, pero volví y es definitivo, te lo prometo hijo, no nos volveremos a separar nunca más. 

El niño soltó a su padre y lo miró con esos ojitos que expresaban pura alegría al escucharle y después volvió a abrazarle. En ese momento apareció en la puerta Andrea y contempló aquella escena. Dereck sin soltar al niño se volvió a ella preguntándose qué hacía ahí. 

—¿Quién es ella papá?— preguntó Dani al verla.

—Es la abuela hijo— respondió, y la volvió a mirar confundido. —¿Qué haces aquí? 

—Es igualito a ti— dijo la mujer emocionada, ignorando su pregunta y temblorosa se acercó hasta el niño tomando su pequeño rostro entre sus manos— soy abuela bebé— le dijo con los ojos húmedos, y poniendo un beso en su frente lo abrazó, plagada de emoción y luchando contra el llanto. 

Dereck veía todo sin entender y sus pensamientos comenzaron a atropellarse. 

—¿Y mamita papá?— preguntó el niño sacándolo de su dilema y enseguida entró la pediatra para hacerle un chequeo. 

—Ella está bien— le aseguró. 

Andrea salió de la habitación. 

—Un Lamborghini blanco nos chocó.— Contó Dani y Dereck se sorprendió. 

—¿Un Lamborghini?... ¿y cómo sabes de eso?

 —Lo vi papá, yo me sé las marcas de los autos... tengo un cuaderno para dibujar donde dice los nombres— le explicó el niño con toda inocencia— desde que íbamos para la casa de casa de tía Melissa, estaba allí; cuando mami y yo nos fuimos iba detrás de nosotros, era muy bonito... luego no lo vi más hasta que nos chocó...— Dani se quedó serio— Tengo hambre.—Dijo entonces. 

Dereck estaba helado, según lo que le había dicho el niño no había sido un accidente... fue premeditado. La doctora acabó y luego de hacerle mimos le preguntó que quería comer mientras él hacía una lista de golosinas y Dereck seguía en shock. 

—Ahora regreso— dijo volviéndose a él con una sonrisa— voy a ver al doctor de mami, sí? 

Dani concordó contento y él salió y le marcó a Kevin, debía hablar con su amigo. Allí seguía su madre, y aunque todavía no tenía claro cómo había sabido de su hijo, lo dejó por el momento pues el asunto que tenía entre manos era mucho más importante. Le pidió que entrara con el niño y lo cuidara hasta su regreso porque debía resolver un asunto urgente. Encontró a sus amigos junto a un policía que les estaba dando detalles. Ellos también se habían quedado toda la noche.