Correr hacia ti

Capítulo 60. Nuestro hogar.

 

¿Cómo era posible dormir a su lado y no tocarlo o abrazarlo? Ya no hablar de hacer el amor... pero tanta distancia la consumía. Dereck simplemente se acostaba cada noche y le daba la espalda, aunque la mayoría de las veces ella ingresaba a la habitación cuando sabía que dormía. ¿Era parte de este juego o era sólo porque ella aún se recuperaba del accidente? Camila decidió no dar el primer paso; si él podía ella también. Esa noche al volver de la fiesta fue especialmente difícil. Dereck se quedó afuera y ella no supo cuándo se acostó. Los brazos suaves de Dani la despertaron en la mañana. Abrió los ojos y lo abrazó aún somnolienta.-Buenos días tesoro de mami. Cuando volvió a mirar, Dereck se vestía frente al clóset. Apartó la vista ante la visión de su espalda ancha y desnuda. Era una boba. 

—Mamá... levántate que dice papá que vamos a pasear.— Le dijo Dani y eso fue de ayuda. 

—¿Ah sí? —Se incorporó y Dereck la miró.—¿A dónde vamos?— Le preguntó con curiosidad. 

—Vamos a comprar una casa... claro... si te gusta.

 Camila dio un respingo al escucharlo. 

—¿Es en serio? ¿Y que no está bien este departamento? 

—Dani necesita más espacio. Hay una casa muy parecida a la de Havre de Grace que quiero que veas y sólo puede ser hoy. 

Salió de la habitación abrochándose la camisa seguido por Dani y Emmett. Ella se lanzó de la cama sin demora.

Llegaron al centro de la ciudad y enseguida se adentraron a una de las zonas residenciales más caras de Boston, Beacon Hill. Detuvieron el auto ante una de esas hermosas viviendas. Camila casi pierde el aliento ante la visión de la enorme casa y todo el terreno que ocupaba. La primera impresión había sido contundente y Dereck sonrió al descubrirlo. Se apearon y él tomó a Dani en sus brazos. Enseguida apareció un hombre que les saludó muy afablemente y se volvió con un silbido hacia ella.

 —Es mucho más hermosa en persona— fue su saludo—y sus ojos... wow. —Camila se sonrojó incómoda ante la desfachatez de este sujeto en tanto Dereck la miró orgulloso de arriba a abajo. El hombre agarró su mano y la besó. —Ya basta Scott— se quejó él, reaccionando al fin—recuerda que es mi mujer, así que mantén tu distancia. 

El hombre rió para disimular.

 —Tranquilo amigo, sólo la estaba elogiando, es cierto que tienes un gusto impresionante, aún recuerdo a la rubia. 

Camila puso entonces expresión de enojo ante el comentario que sin lugar a dudas hacía alusión a Halley y Dereck lo notó. Sin ella prevenirlo la rodeó con su brazo y puso un beso cálido en su mejilla. 

—Mi mujer es mucho más hermosa— sentenció haciendo que el tal Scott volviera a reír.

 —De eso no cabe duda. —Afirmó. 

—Mejor vamos a lo que venimos, no tengo todo el día — pidió y el hombre asintiendo fue delante. 

Dani comenzó a bombardear a su padre a preguntas y le rogó que lo pusiera en el suelo. Cuando la puerta de hierro y cristal fue abierta, entró corriendo a la enorme vivienda. 

—¡No te alejes Dani!— Le gritó Camila viéndole desaparecer en dirección a la sala de estar. 

—No hay de qué preocuparse— la tranquilizó el agente inmobiliario—no hay ningún peligro. ¿Podemos comenzar el tour?

 Dereck asintió. 

—No tienes que venir. Yo me encargo.— Dijo y tomando a Camila por una mano, se adentraron en la casa.

El lugar era enorme y lujoso, y la cocina... bueno, la cocina era un sueño hecho realidad para cualquier mujer. Claro que no el sueño de Camila, ella no pensaba en estas cosas pero su corazón se expandió al pensar que pudieran vivir en esta casa. Luego de inspeccionar toda la planta baja, tocó ir al segundo nivel. Dereck la condujo directamente a una preciosa habitación con enormes ventanales de cristal. 

—Esta será la habitación de Dani— le dijo—la pondremos a su gusto e incluso tiene un cuarto de juegos. —Se dirigió a una puerta al lado de la del baño y ella se acercó para mirar.—¿Te gusta?— Le preguntó él sin dejar de mirarla. La joven asintió. Le parecía demasiado pero le encantaba.—Ahora vamos a la nuestra. 

El corazón de la mujer perdió el control cuando él dijo esas palabras, pero más por el tono con que las dijo. En un momento Camila se vio frente al dormitorio más espectacular que hubiera visto en toda su vida, con clósets individuales en los que podría guardarse un auto por lo grandes y un baño tan inmenso como la misma habitación. Dereck se recostó del marco de la puerta mientras ella inspeccionaba todo con ansiedad y disfrutaba verla. Lo que más le impresionó fue el derroche de luz de cada espacio, realmente eso podría convertirse en un hogar para ellos tres. De pronto se volvió al hombre. 

—Es una casa de película— le dijo— pero es tan grande... y debe ser carísima. Es decir... ¿puedes darte el lujo de comprarla?

 Dereck sólo sonrió. 

—Puedo comprar diez iguales si así lo quisiera. —Contestó con altanería y ella tuvo que reír. 

—Wow señor rico. No sabía que nadara en dinero a ese nivel... —comentó incisiva. 

Dereck también rió. 

—Usted es la esposa de un gran empresario, señora. Y todo lo que ese empresario tiene es suyo. —Camila se sonrojó y él rió más fuerte. Boba que era.—Si cerramos el negocio esta será tu casa-!—le explicó entonces—la pondremos a tu nombre, así que cuando te hartes de mí y quieras darme una patada será legal. No me quedará más remedio que regresar a mi departamento. Lo conservaré por si las moscas. 

—Chistoso. —Masculló Camila y él se acercó. 

—Entonces... ¿la quieres?

La joven estaba sobrecogida y asustada. Claro que le encantaba pero nunca antes alguien le compró una mansión. Se encogió de hombros y Dereck le tomó la mano. 

—Sigamos. —Le dijo simplemente y la llevó a ver el resto y luego a la terraza. 

Dani apareció junto a ellos, se había quedado abajo con Scott. 

—¡Mamá... papá!— gritó entusiasmado— ¡Hay una gran piscina! ¡Vamos a verla por favor! Dereck sonrió y lo tomó en sus brazos. 




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