Correr hacia ti

Capítulo 63. Avances y maquinaciones.

 

—Luces absolutamente feliz. 

Kevin observó a Dereck que acababa de entrar a la sala de juntas, en tanto daba vueltas sobre la silla que ocupaba. Su amigo sonrió y se le antojó que hacía mucho no había visto esa sonrisa plena y franca. 

—En serio Der, estás resplandeciente. 

—Tengo motivos. —Confesó el joven y volvió a sonreír con algún pensamiento travieso que cruzó por su mente. 

—Ya era hora. Imagino que perdonaste a tu mujer... al verlos llegar de la mano... y creo que ese orgullo y esa obstinación han desaparecido. 

—Déjame en paz—pidió Dereck riendo— decidimos olvidarlo todo y tener un nuevo comienzo. 

—Y esa cara de expresión taaaan relajada significa un montón de sexo. 

Dereck iba a amenazarlo cuando entró Eduard, seguido por dos hombres. 

—Pasen y tomen asiento por favor— pidió al verlos—les estaba esperando. 

—¿Y tu mujer? —Preguntó su amigo recién llegado pero no obtuvo respuesta.

 Los cinco hombres se acomodaron y los desconocidos sacaron un par de sobres de sus respectivos portafolios. Dereck se apresuró a acercarlos a él. Era el resultado de las investigaciones de dos de los detectives que había contratado. Los tres amigos inspeccionaron rigurosamente el contenido de los sobres. No parecía ser mucho más que lo que la policía había averiguado pero una foto de un hombre emergió entre otros documentos. Dereck la observó con el ceño fruncido. Uno de los detectives se inclinó a él. 

—Hallaron un vaso desechable dentro de la guantera del vehículo agresor— dijo— supuestamente no era viable pero han logrado aislar una muestra de adn que ahora debe estar siendo procesada por la policía. Ellos no comparten mucho con nosotros señor McDowell, eso ya lo sabe; pero nuestra licencia les obliga. Esos resultados serán los que confirmarán esa foto que tiene en las manos. Mire la parte de atrás... —Dereck así lo hizo y leyó un nombre escrito con tinta. —Identificamos una llamada que se hizo desde el interior del Lamborghini ese mismo día. El número le pertenece a este sujeto. 

—¿Y la policía no pudo hacer eso?— Preguntó Dereck molesto. 

—Ellos no tienen mucha motivación que digamos—contestó uno de ellos— no tiene idea de cuán morosos pueden ser y cuántos casos que consideran de menor importancia archivan sin resolver. En este caso no se concretó el homicidio, ellos lo traspapelan en la inmensa pila de crímenes similares. 

—Ya estoy tras este tipo—intervino Eduard que no había dejado de trabajar en su laptop, al ver la expresión de Dereck— Si me das 24 horas te lo desnudo. No te digo menos porque estoy ocupado con el caso de homicidio de Vaugh pero esta noche le dedico todo el tiempo. 

—Jasper Sweeney— murmuró Dereck— necesito saber todo sobre él para ir a hacerle una visita. 

Kevin lo miró. 

—De eso nada, lo entregaremos a la policía. Si el adn se confirma, ya sabremos que es culpable y tendrá que explicar muchas cosas. 

—Bien— Dereck dio por terminada la reunión y le pasó las carpetas a Eduard después de volver a meter todo en ellas—Hazte cargo— nos mantendremos en contacto—dijo a los detectives que se despidieron—me falta Russo, pero está trabajando también en otro caso. Creo que por ahora esto ha sido un buen empujón. Tengo que ir a la empresa. —Se levantó y recogió sus cosas— nos vemos en la tarde y mañana a primera hora quiero toda la información de ese tipo en mi escritorio.

 Kevin y Eduard se miraron. 

—No le des nada sin consultarme antes—dijo el primero una vez que se hubo marchado— ya sabes cómo es y ahora las cosas le están yendo bien. No queremos que vuelva a complicarse como le pasó con Rafael Swift hace 8 años. 

Eduard asintió y ambos salieron de allí.

Camila estuvo bien ocupada revisando evidencias y archivos sobre el caso que tenía entre manos. Se sentía completa. Había regresado al trabajo y lo más importante... hizo las paces definitivas con su marido. Tenía su hijo, su hogar. ¿Qué más podía pedir? Había olvidado completamente aquella llamada y aquel nombre. En la tarde se marchó con Dereck. Caminó orgullosa por los pasillos de la firma del brazo de su hombre, dejando bien en claro que era su dueña. Siempre atraían todas las miradas. 

—¿Vamos por Dani?— Le preguntó a Dereck ni bien subieron al auto. 

Él se volvió a ella y se acercó para besarla con intensidad. Al dejarla, sus ojos brillaban. Sólo le faltaba descubrir quién quiso o aún quería matarla para vivir en perfecta paz. 

—No— le respondió entonces encendiendo el motor—vamos a casa a prepararnos que tenemos un evento en la empresa. 

Camila pareció disgustada. 

—¿Y tenemos que ir... o yo... tengo que ir? 

Dereck frunció el ceño. 

—Claro, yo soy el presidente y tú eres mi esposa. No me querrás dejar a merced de todas esas mujeres... 

Camila pensó en su asistente. 

—Claro que voy—aseguró— pero Dani se va a quedar con tu madre otra vez? 

El hombre volvió a mirarla, en esta ocasión con asombro. 

—Me gustaría mucho que me dijeras porqué detestas a mi madre de ese modo— murmuró— ya sé que ella no es un encanto pero yo no te obligo a soportarla, sin embargo; el niño es otra cosa, es su nieto y lo adora. 

—Sí, cómo no. 

—¿Percibo sarcasmo en tu tono? 

Camila suspiró. 

—Está bien—dijo al fin— tú tienes razón. Pero Dani debe estar en su casa, cerca de sus padres y su escuela... con el fin de semana es suficiente. Me estás haciendo extrañarlo mucho. 

—Ok—aceptó Dereck al ver su carita irresistible— haremos algo. Vamos a ese evento, doy la cara un rato y luego regresamos por él. Es bastante probable que esté dormido, pero si es el deseo de la señora, es una orden para mí. 

Camila asintió complacida y le dio un beso en la mejilla haciendole sonreír sin apartar la vista del camino. Le encantaba este nuevo Dereck, o no; no era nuevo, sino el mismo de siempre; solamente que ahora estaba renaciendo de sus propias cenizas.




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