Correr hacia ti

Capítulo 65. Enigmas.

 

Dereck estuvo desvelado parte de la noche pensando en la situación de Camila y su madre. Se propuso descubrir qué había detrás de todo aquel rechazo y hostilidad. En la mañana dejó a su mujer en el bufete y fue hasta la empresa de tecnología, estaba ansioso de poner en práctica unas ideas que le dieron unos inversionistas. Becca se acercó a él, como siempre hermosa hasta de más, pero no notaba ya nada de eso y desde el día del incidente en la fiesta la había puesto definitivamente en su lugar; la única mujer que ocupaba todo el espacio de su cabeza era su hermosa y terca esposa. Su asistente le entregó algunos documentos que debía firmar, además tenía que pasar por el taller y revisar un asunto con el equipo de marketing y luego ir a una reunión con un proveedor. Su teléfono sonó, era Betsy, le colgó y apagó el móvil. Con esta también había dejado las cosas claras pero a veces lo molestaba. Después de revisar y firmar los papeles fue a almorzar con un socio y luego en dirección a la firma para ver a Eduard que era quien lidiaba con los investigadores del caso del accidente y tenía algo para él.

Cuando Camila iba en la mañana hacia su despacho después que Dereck la dejó, en el camino se encontró con Davis, el asistente de Eduard. Le pidió un consejo sobre el caso que tenía pendiente de Mary y el hombre aceptó ayudarla. Llegó a su oficina y ya Teddy estaba recogiendo algunas cosas, se sentaron y trabajaron allí, en cuanto llegó Mary Grey le dieron una pequeña asesoría y a las 2 de la tarde fueron a ver a la testigo del caso de Gregory, le confirmaron que la madre de la niña había metido a su amante esa noche en la casa y el hombre era drogadicto. Camila y Teddy se miraron y luego salieron de ahí. Estaban esperando un informe médico que les diría la hora aproximada en que recibió los golpes la niña. Regresaron a la oficina sobre las 3 y ella se volvió a su asistente. 

—Ya terminamos por hoy, estoy esperando un archivo sobre el caso de Mary, en cuanto lo tenga te lo enviaré. Tómate el resto de la tarde libre. 

Se acercó hasta el despacho del presidente por si acaso habría vuelto y se enteró que estaba reunido a puertas cerradas con sus socios. Suspiró y se dio la vuelta, estaban bien pero la pequeña discusión por causa de su madre y luego, cuando ella llevó al niño... uff, había sido difícil y las cosas quedaron inconclusas entre ellos a la vez que Dereck no le preguntó más el motivo de su animadversión hacia Andrea. Dylan se cruzó en su camino y pronto la hizo reír.

Dereck golpeaba rítmicamente un lapicero contra el cristal de su escritorio en tanto Kevin y Eduard se sentaban. La cara de su amigo más joven le intrigó y ardía en deseos de conocer las novedades que le traía. 

—Esto es inverosímil Dereck—comenzó a decir Eduard— el caso acaba de dar un nuevo giro y complicarse. 

—¿Más?! —Gruñó su amigo dejando caer la pluma de una vez. 

—Me enviaron los resultados de la muestra de adn hallada en el Lamborghini. 

—¿Y?

 Eduard y Kevin se miraron. 

—Un 99.97 de coincidencia con Jasper Sweeney—soltó el primero— este tipo tenía negocios turbios y está en el sistema por un par de arrestos por escándalo en la vía pública y conducir borracho. Lleva un año y medio muerto bajo extrañas circunstancias que nunca se han aclarado, un caso más sin resolver. 

—¿Pero cómo es posible que estuviera ahí su adn?— Dereck se levantó de golpe y dio algunas vueltas— evidentemente ese vaso fue plantado por el criminal. El Lamborghini fue robado prácticamente unas horas antes del accidente. Y no hay ningún vínculo entre este y el tal Sweeney. 

—No lo hay—concedió Eduard— y habría jurado que ese adn no iba a coincidir pero ahora estoy seguro que la muerte de este sujeto hace tiempo atrás, está ligada al accidente de Camila. De eso no me caben dudas y te prometo que muy pronto encontraré ese nexo y lo averiguaré todo. 

—Por ahora las cosas están tranquilas, pero tengo un salto en el estómago de sólo pensar que este tipo pueda volver a tener acceso a mi mujer. Me tranquiliza que está siendo muy bien protegida pero por lo visto, este criminal que no se me ocurre cuál es su móvil; es un tipo astuto que sabe lo que hace. 

—Pues yo también—espetó Eduard—se las verá conmigo y ya te puedo garantizar que lo descubriré. 

Kevin sonrió y le dio un codazo a su amigo. 

—Por supuesto señor Frost. Confiamos que así será. Dile a Dereck lo otro. 

El hombre se volvió a sus compañeros con expresión de asombro. 

—¿Qué?

 Eduard aclaró su garganta. 

—Hay algunas coincidencias que estoy revisando de hace seis años atrás que involucran a Sweeney con otras personas que podrían ser de interés. 

El corazón de Dereck dio un salto. 

—¿Seis años atrás?— repitió—¿Acaso tiene que ver con el tiempo en que Camila... 

—Presiento que algo tiene que ver— lo interrumpió Eduard— cuando tenga pruebas y evidencias concretas, te pondré al tanto. 

Hubo un instante de silencio. 

—Necesito que me tengas eso cuanto antes. Tenemos que ponernos un paso por delante de este tipo, no sabemos qué pueda estar planeando ahora mismo. 

—Tendré todo hasta después de la fiesta de Kevin. 

—¿La fiesta de Kevin?— Dereck miró al susodicho que se encogió de hombros. 

—Increíble que mi mejor amigo no recuerde que el sábado es mi cumpleaños. —Se quejó. Superado el asombro, Dereck soltó una carcajada. 

—Cierto loco—dijo— sí... claro que no lo he olvidado. ¿Y qué toca? 

—Pues Melissa ha reservado todo un restaurante. Vendrán Josh, Damian, Roger... la pasaremos en grande, como en los viejos tiempos. Barbacoa y cerveza, no quiero más. 

—Excelente. 

—La fiesta va a empezar a las 9 y es hasta el amanecer. 

—Por supuesto. 

Eduard se puso en pie. 

—Voy a trabajar— se despidió— llamaré a Charlotte para decirle lo del sábado. Dereck, no te preocupes, tengo todo bajo control.

 Kevin se levantó de un salto. 




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