Correr hacia ti

Capítulo 66. La fiesta de cumpleaños.

 

—¡Llegó Dereck! 

Un coro de silbidos y gritos alegres se dejó escuchar en cuanto la pareja atravesó la entrada. Sus amigos se apresuraron a recibir a aquel que fuera su líder desde la universidad. Ahí estaban los antiguos colegas. Damian y Josh se habían casado y el primero incluso había engordado, provocando las bromas del resto de sus compañeros. Los hombres se alegraron mucho al ver a Camila y los felicitaron por su hijo. Conocían la abrupta historia de amor por encima. Dereck se sintió en su medio. Después de los abrazos se juntaron para ponerse al día y el homenajeado le lanzó una cerveza, como en los viejos tiempos. Camila se reunió con las mujeres y les fueron presentadas las novias y esposas de los demás. Allí estaban todos los abogados jóvenes de la firma y nadie sin pareja, incluso Dylan había llevado a una chica. El lugar era muy agradable, un restaurante especializado en parrilladas y barbacoas, con tenues luces y buena música movida. Tenía un gran patio en el centro y era ahí donde estaban teniendo la celebración. -La noche promete. Dijo Charlotte mientras veía a los hombres reír. 

—A las 12 partiremos el pastel—dijo Melissa—y cantaremos feliz cumpleaños— de repente miró a Camila que se había servido un poco de cerveza—¿Te puedo pedir un favor? —Ella asintió mirándola con curiosidad.—Quiero que seas tú quien la cantes con el background. 

—¿Que cante qué? 

—¡Feliz cumpleaños! Luego nosotros nos unimos—al ver la cara de su amiga, Melissa hizo una mueca—no puedo creer que con lo bien que cantas tengas que emborracharte para hacerlo. 

—¡Oye! —La joven le dio una palmada riendo. 

—Es cierto—se metió Charlotte. 

—La canción favorita de Kevin es 'It must have been love', ¿te atreverías a cantarla como un regalo para él? —Melissa la miró con cara de lástima. 

—No me la sé, no me pongas en esa situación. 

—Sí te la sabes, mentirosa... la tenías en tu teléfono. Mira, hagamos algo, comienza a emborracharte y me avisas cuando estés lista. 

Camila la amenazó y las demás comenzaron a reír. La noche transcurrió movida, alegre y sin incidentes. En serio se divertían. En un momento pusieron música romántica y las mujeres fueron a por sus hombres.

Dereck miraba a Camila desde arriba con su hermosa sonrisa. Los ojos de ambos no se apartaron de sus rostros ni un segundo. Mientras abrazados se movían levemente al compás de una balada, no podían dejar de contemplarse y esto era suficiente para agitar sus corazones. 

—¿Te estás divirtiendo? —Preguntó el hombre en un susurro. 

—Mucho. Estamos entre los amigos, no accionistas ricachones estirados—Dereck rió al escucharla y ella continuó—esta fiesta me hace recordar la casa de la playa, no sé porqué... 

—No voy a Havre de Grace desde que te perdí— confesó él volando con sus pensamientos a aquel lugar al oírlo mencionar— y también lo he extrañado mucho. En cuanto tengamos vacaciones iremos para que Dani lo conozca. Estoy seguro que le encantará. 

Los ojos de Camila resplandecieron. 

—Claro que sí... vayamos el próximo verano, para navidad es muy frío. 

—Nunca pasamos juntos una navidad— dijo Dereck de pronto—y eso me entristece. Este año lo haré especial para los tres. Sólo espero que se resuelvan algunos problemas pendientes. 

—¿Cuáles problemas?—preguntó ella con curiosidad—no me has dicho de ningún problema.

 La inquisitiva mirada de su marido la atravesó. 

—Cosas del trabajo, descubrir quién provocó tu accidente para enviarlo a prisión... y tu relación con mi madre. 

Camila apretó los labios y se apoyó en su pecho. 

—Te dije que la iba a tolerar por ti. Si hay que cenar en acción de gracias, navidad y cuando sea con ella lo haré porque te amo y es tu madre, y la amas como es natural; además también está Mateo que sí me gusta mucho. ¿Ves que no soy tan necia? Sigo aceptando que ella se lleve a Dani los fines de semana y que así tú y yo podamos disfrutar nuestro amor... no te preocupes Dereck, mientras la señora Andrea no se meta con mi familia todo estará bien. 

Él besó sus cabellos aspirando su aroma y sonrió. 

—Te amo. Y quiero que sepas que estoy de tu lado. Ya estuve demasiado tiempo sin ti, y esto que estamos construyendo es lo más importante del mundo para mí. 

Camila levantó el rostro y lo besó. 

—¡Dereck! 

El grito de Kevin cortó el beso y se volvió a mirar. Sus amigos lo querían otra vez entre ellos. Rió y Camila lo soltó. 

—Ve—le dijo—después de todo tendremos todo el día siguiente para nosotros... porque ni pienses que irás a la oficina ni a nada relacionado con trabajo. —Le hizo un guiño y dio la vuelta.

 Él la observó alejarse mordiendo su labio inferior con una sonrisa pícara y se dirigió a donde sus amigos que lo recibieron entre bromas y risotadas.

A la medianoche Camila cantó feliz cumpleaños y a Kevin sus amigos le vaciaron encima una botella de champán sorpresivamente. Tiraron confetis y recibió buenos golpes. Las risas no pararon en largo tiempo. Luego se pusieron a bailar. Fue una celebración memorable y de mucha acción. Algunos se fueron antes pero los más unidos se mantuvieron compartiendo casi hasta el amanecer. Las mujeres tuvieron muy poco a los hombres para ellas, pero no se quejaron. También la pasaron muy bien juntas y cotillaron bastante. Dereck y Camila regresaron a su casa como a las 5. Kevin quería seguir la fiesta ese día pero ella le dijo que no contara con su marido. En cuanto entraron se agarraron a besos y su destino final fue su cama. Después de saciar sus ganas, quedaron dormidos abrazados y casi al mediodía despertaron juntos y sonrientes. Fueron a la ducha y volvieron a hacer el amor. Entonces Camila fue a la cocina a preparar qué comer. Una sorpresa le esperaba ahí.

—¡¡Dereck!! 

Ante el grito de su esposa, Dereck corrió desde la habitación y bajó las escaleras casi volando. Apareció en la cocina y la miró con una interrogante en su mirada preñada de ansiedad. Ella estaba como paralizada y le señaló con una mano, la puerta corrediza de cristal que conducía al jardín. Cuando el hombre miró, el asombro hizo presa en él en tanto una expresión de enojo apareció en su rostro. El cristal estaba hecho añicos en el suelo. -Alguien entró anoche en la casa. Murmuró Camila muy asustada e iba a acercarse a la evidencia pero Dereck se lo impidió con firmeza. 




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