Cosas De Escritora Loca

TOSÍ

Se me atoró la saliva y tosí. 

Tosí varias veces y me ahogué. 

Tosí y esa fue la última vez que lo hice. Perdí la conciencia y me fui, aunque no supe a dónde. 

Pero sentí calma y paz. 

Fué raro, fue rápido. Algo se apagó en mi cerebro, tal vez algo estalló. No hubo dolor, solo una desconexión. Cómo cuando corres y te tropiezas con una lámpara, desconectando el enchufe en el proceso.

Fue una buena forma de marcharse y un alivio. No tenía miedo de que pasara, pero sí del cómo. No quería que fuera traumático ni doloroso. Tampoco dejar reguero de tripas o algo por el estilo. 

Ahora estoy bien.

La vida es buena, la mía lo fue, pero está sobrevalorada. 

Cómo una vida larga y sana pero sin sabor. Sin comer lo que te gusta, sin darte gustitos, sin el café con pan después del desayuno y las papitas con chamoy alguna tarde. 

Desvelarte viendo películas de terror asiáticas.

El frappé de mazapán una calurosa noche de verano.

El sonido de la refri, con la cobija encima, fingiendo que es invierno. 

El primer viento fresco de la montaña, luego de cuatro o cinco meses de calor intenso.

Dejarle comida al gatito que no puedes adoptar formalmente, pero que alimentas.

Las migajas de pan para los plumeritos belicosos voladores.

La mascota de mi hermana viéndome como psicótica. 

La fila de los pájaros, esperando su turno para comer las sobras de la Foxy.

Pequeños detalles que me hacen sonreír y que sin duda extrañaré junto con mi familia.

Tosí y fue todo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.